Y de “Siete Vidas”, el frutero. Fueron muchos años tas los que terminamos sin saber como se llamaba este curioso personaje, entre la ternura y el “friquismo”, que se coló semana a semana en la caja tonta con personalidad propia. Santi Rodríguez, el actor que le dio vida, ha cerrado su cuenta de “Twitter” por reconocerse católico creyente y practicante en una entrevista de televisión. Curiosa forma del progresismo militante de demostrar el talante que enseñaba el leonés errante, mostrando un profundo respeto a las manifestaciones en las que se defiende a los palestinos, muchos de los cuales profesan una fe radical, e insultando a quienes se confiesan católicos. Como siempre, de lo que se trata no es de demostrar la diferencia que nos distingue, sino de ser mejor y de denostar lo ajeno como apestado, pero siempre dentro de los límites establecidos por lo políticamente correcto. No está mal defender a Palestina, pese a que muchos de sus ciudadanos profesan una religión radical o pertenecen abiertamente a una organización terrorista, pero Santi Rodríguez merece ser insultado por centenares, sí centenares, de internautas por el único motivo de confesarse católico.