Como dice Emilio, al abrir las fosas se da la palabra a los muertos, ellos hablan a los vivos y ambos terminan dignificando su existencia. Ambos, en el reencuentro, reciben una parte de la justicia que les corresponde y que les ha sido negada durante decenas de años. No pueden defenderse argumentos para que esto no ocurra. Por eso es difícil de digerir la persecución a quien intenta hacerlo realidad. No podemos consentir que el olvido vuelva a enterrar nuestra memoria. Y en ello, todos hemos de tomar partido. Por eso,de nuevo, utilizo las palabras de Emilio haciéndolas mías, afirmando que quien no se significa, se hace insignificante.
Como dice Emilio, al abrir las fosas se da la palabra a los muertos, ellos hablan a los vivos y ambos terminan dignificando su existencia. Ambos, en el reencuentro, reciben una parte de la justicia que les corresponde y que les ha sido negada durante decenas de años. No pueden defenderse argumentos para que esto no ocurra. Por eso es difícil de digerir la persecución a quien intenta hacerlo realidad. No podemos consentir que el olvido vuelva a enterrar nuestra memoria. Y en ello, todos hemos de tomar partido. Por eso,de nuevo, utilizo las palabras de Emilio haciéndolas mías, afirmando que quien no se significa, se hace insignificante.