De la página a la pantalla: Scusa ma ti voglio sposare

Publicado el 28 octubre 2011 por Silvia Filóloga @silviafilologa

Amor a la mediterránea
Cuando el cine se queda sin un argumento suficiente que esgrimir, no hay otra que despojarse de las exigencias más banales del cinéfilo más aférrimo y prepararse para una crítica féroz del producto. Y este es el caso de Perdona pero Quiero Casarme Contigo, basada en la novela homónima del italiano Federico Moccia; una visión patria de la Italia más in y pastelosa, y claro ejemplo de un film que perfectamente viene a engrosar las arcas del cine más comercial. Podría haberla dirigido Berlusconi que nadie lo hubiera notado, es más, hasta Il Caveliere bien prodría identificarse con el protagonista, Alex, un madurito encantador de "velinas" (veinteañeras) y fiestas con los amigos hasta las tantas. Y todos tan contentos.

Alex, Niki ¿y el sí?

Ciertamente, esta secuela de Perdona si te Llamo Amor pierde puntos y fuelle en la argumentación narrativa, chispa en unos personajes demasiado estereotipados, y comicidad en escena. En la primera película, Moccia conseguía casi sin esfuerzo todos estos aspectos, pero como cuan chicle demasiado estirado, la gracia se acaba rompiedo al final y te explota en la cara sin darte cuenta. En esta ocasión, en Perdona pero Quiero casarme Contigo, el escritor-director romano no llega a alcanzar cotas excesivamente ya no altas, pero sí decentes, de romanticismo, creatividad y comicidad, resultando un caos de caracteres: pseudoromanticismo y comicidad forzada en exceso. Así es la visión que Moccia nos pretende vender del amor a los 20 y a los 40 años, una visión llena de clichés y muy previsible, tontorrona por momentos y facilona en otros, sin sumar la falta de ingenio en las ocurrencias románticas, como colgar un cartel luminoso en un puente parisino con una petición de mano a posteriori, o interrumpir una fiesta en una playa ibicenca (que ya sabemos cómo son las fiestas en Ibiza, cualquiera se atrevería a aguar una). 
El film está falto hasta de sensibilidad y cierto cariño en la puesta en escena. Moccia abusa demasiado de la música en ausencia de diálogos o en presencia de una simplicidad de éstos, el travelling para incitar al ritmo, la voz-en-off de sus personajes (pensamientos internos) ... Cualquiera diría que esto parece más una comedia americana que italiana, y perfectamente, dado que establece saltos de unas historias a otras, no nos importaría hacer zapping por la película que ninguna está plenamente desarrollada, como en los largometrajes Hollywoodienses más absurdos. Si vamos de una a otra sin recalar en ninguna no importa, la imagen en pantalla queda vacía de fuerza dramática, quizá debido o a unos actores mediocres o posiblemente a un desconocimiento brutal por parte del director del medio cinematográfico en el que se mueve su película. Y es que a pesar del éxito de sus novelas, Moccia bien debería saber con certeza matemática que trasladar literalmente los diálogos y conversaciones del papel a la pantalla es, en dos palabras, un imposible, no funciona.

Una feliz y sonriente Niki Cavalli

Perdona pero Quiero Casarme Contigo es una muestra más de los niveles pseudos, ridículos y simplones a los que está llegando la comedia romántica, aquí con sabor mediterráneo. No hay sorpresas de ningún tipo, ni giros de 180º, ni siquiera ese "motor amor" que se respira (y huele) en las páginas de las novelas de Moccia. El resultado no deja de ser una visión fría del matrimonio que hasta produce escalofríos (no excluye todo el proceso habitual como conocer a los suegros, miedo al compromiso o lidiar con las cuñadas repelentes empeñadas en organizarte toda la boda), cuyo fin último y supremo es escuchar la sílaba afirmativa, que en definitiva, da comienzo a una vida feliz y de color de rosa. Así es este alegato al amor para siempre con tintes de pelicula B (de bodrio boda). Es entonces cuando nos llevamos la mano a la cabeza y decimos: perdona Fede, pero esto no es una comedia romántica.

CUIDADO, ESTO NO ACABA AQUÍ:
¿Versión fiel? Sí, aunque no abarca toda la novela (de 700 páginas) y resulta más inaguantable.¿Mejor o peor que la novela? Peor, pierde demasiado carisma.¿Merece la pena? Aún así, sí, solo por la curiosidad de ver cómo se traspasan los elementos literarios a la pantalla. Y eso ya es razón suficiente a tenor del resultado.
Datos de interés: trailer en español y reseña del libro.
Recomiendo por supuesto verla en VOS. En castellano (e imagino cualquier idioma distinto al original) desmerece muchísimo. Escuchar los diálogos en italiano ayuda a imaginarse la comicidad escénica que en la versión doblada al castellano, tristemente, se pierde por el camino.
Filóloga Bibliófila