Así que mis papilas gustativas se han puesto a dar palmas de alegría cuando he leído en El Periódico que un supermercado ha instalado en Barcelona una máquina de venta de leche fresca a granel. En alguno de los supermercados de la cadena Bon Preu se pueden encontrar estas máquinas con leche fresca que como mucho tarda 24 horas en llegar al cliente desde el momento que se ordeña.
Espero que la iniciativa funcione y dentro de poco esté al alcance de todos el poder degustar un vaso de leche calentita antes de acostarnos, un chocolate a la taza o un buen café con leche, con su nata fresca y su espumita, sin necesidad de estar al lado de cualquier granja de Girona, Asturias o Galicia.
Aunque este producto sigue pudiéndose encontrar en hipermercados es cada vez es más difícil, hay que valorar que la iniciativa se haya tenido en cuenta desde una cadena de supermercados más pequeña y accesible al consumidor en general.
Es curioso que un simple vaso de leche fresca hoy en día pueda ser considerado un placer de la vida.