Los famosos cables (palabra ya familiar, por impregnación mediática) han puesto a algunos en su sitio, han destapado tramas y han dado el carácter de hecho consumado a alguna de las leyendas urbanas que inundan la red (algunas de ellas herencia de la fase predigital, todo hay que decirlo).
El diario el País, en su edición digital (Diario elegido por Assange, junto a otros cuatro en el mundo para ir difundiendo estos contenidos: The New York Times, The Guardian, Le Monde y Der Spiege), tiene un apartado destacado en la parte superior de su página web, donde va colocando algunos de lo affaires más escabroso que wikileaks ha ido filtrando: la retirada de empresas Españolas de Irán por presión estadounidense, el soborno de la multinacional farmacéutica Pfizer a fiscales niegerianos para impedir que saliera a la luz pública los experimentos que había realizado con niños en aquel país, el ninguneo de Obama al gobierno de Zapatero o la reciente presión de la casa blanca para que la ley sindes(cargas) fuera apoyada por todas las fuerzas políticas...
Mientras tanto, Obama declara que el caso de las filtraciones son actos deplorables. Como última reflexión del año , deberíamos preguntarnos ¿son deplorables las filtraciones o lo verdaderamente deplorables deberían ser los acciones que han sido filtradas?alfonsovazquez.comciberantropólogo