Santa Isberga, princesa y ermitaña. 21 de mayo.
Según esta leyenda, como era muy hermosa, tuvo muchos pretendientes (entre ellos el emperador de Oriente, Constantino Coprónimo), mas ella prefería entregarse a Jesucristo. Entonces pidió a Dios un milagro y este se lo concedió afeándola, enviándole un este le envió un herpes labial, úlceras y tumores varios. Una vez despreciada por los pretendientes, sanó y fue más bella aún. Este sea, probablemente, el origen de la leyenda de Santa Wilgefortis (20 de julio). Una versión un tanto extraña dice que, habiendo sido asesinado su director espiritual, el eremita San Venancio (3 de septiembre), su cuerpo fue lanzado al río y al sacarlo se halló una anguila dentro de su cuerpo. Isberga comió el animal y entonces fue que sanó milagrosamente, siendo más bella. Afortunadamente, como son leyendas, esta versión tan repugnante podemos olvidarla.
En fin, siendo libre Isberga-Gisela, tomó el velo de las vírgenes en la iglesia familiar de Aire-sur-la-Lys, siendo luego monja y abadesa en el monasterio de Chelles. Siendo abadesa, heredó de su padre las tierras de Aire-sur-la-Lys y allí erigió una iglesia y monasterio dedicados a la memoria de San Venancio. En sus últimos años de vida, ella se retiró allí, dejando todo cargo.
Al parecer nuestra santa murió sobre 810. La santa aún es venerada Arras y Artois, especialmente contra los males de los ojos, de la piel y todo tipo de úlceras.
A 21 de mayo además se celebra a:
San Constantino I,
emperador.
La Traslación de
San Juan de la Cruz.
S Eugenio de Mazenod,
obispo fundador.
Beata Richezza,
reina y viuda.