De lo critico a la responsabilidad del hombre y su entorno

Juan Lorenzo de Membiela
Sucesos Contemporáneos
«Una revolución siempre es alguna clase de rebelión  contra alguna clase de mediocridad» .  Aforismo 253 de  Wagensberg
En todas  las crisis subyace una causa latente motivada por avances tecnológicos que  han  cambiado el modo productivo y el pensamiento económico. Ahí está la Gran depresión de 1873-1896 o la Gran depresión de 1929-1945.  Hoy, padecemos otra, en donde lo tecnológico juega un papel secundario porque ni tan siquiera ha agotado su potencial. Pero  en donde lo económico conserva   unas perspectivas  mantenidas de recesión.

Las previsiones sobre crecimiento mundial para 2013 del Fondo Monetario Internacional (FMI) apuntan a una ralentización tanto en los países desarrollados como en los emergentes. No es noticia. Lo positivo de los infortunios es que  el recorrido hacia lo peor  es  corto, quedando como opción solamente mejorar. La causa  es el enfriamiento de la actividad productiva durante el segundo semestre de 2012. A pesar de ello y de los indicadores mundiales, el FMI en su boletín de 21  de septiembre de 2012, transmite  la necesidad de cerrar el capítulo de la crisis de la zona euro y  anclar las expectativas en  Europa, EEUU y Japón.
A tal fin,  en 9 de  octubre  de 2012, se celebrará en Tokio una reunión para actualizar el informe  «Perspectivas de la economía Mundial». Se debatirán las  perspectivas  de la economía mundial,  el modo de zanjar la crisis financiera de la Unión Europea (UE), el elevado desempleo, el encarecimiento de los alimentos y una regulación del mercado financiero. También la reforma de la estructura de los gobiernos  para viabilizar la participación de los mercados emergentes de Asia y Brasil.
Pero siendo loables estas iniciativas, no creo que la crisis de 2007  haya concluido porque todavía sus consecuencias no se han revelado.  El nuevo paradigma financiero y económico continua fraguándose  y tardará algún tiempo para  que adopte un perfil reconocible.
No se olvida que en  la crisis financiera de 2007  late una corrupción en donde impera la codicia en sus muchas personificaciones y consecuencias. El afán del hombre de trascender a su propia existencia, como razonó Ortega y Gasset  en su obra «Introducción a una estimativa» (1976),   puede ser una excusa que no llega a ser una justificación. Pero  fundamenta la idea de que el hombre entraña un enigma, una realidad fatigosa de comprender e intrincada de interpretar. Y cualquier precio se paga para perpetuar efímeras existencias.
Además, la erosión que sistemáticamente se ha producido sobre la religión en el postmodernismo ha exacerbado el potencial humano para el mal [1].
En este escenario  me pregunto cómo podrán las organizaciones implementar cambios precisos para subsistir  ante  la adversidad.
El Dr. C. Otto Scharmer , del Massachusetts Institute of Technology,  autor  de la « Teoría U» , ha  percibido un cambio global emergente  indiciario de  un modelo de civilización que trabaje con organizaciones  que sean ambientalmente sostenibles, en donde la persona se integre, aporte su talento y se fortalezca, que sea socialmente incluyente, culturalmente creativa y transformadora de la comunidad   para implantar la justicia social.
Como Peter Senge, intenta aplicar  los valores y talento  humanos en el centro de trabajo como base de una nueva empresa.
Se persigue implantar una responsabilidad del hombre para el hombre y su medio, ambiental y social. Conecta este propósito con el pensamiento de Havel  que defiende  el resurgimiento de la responsabilidad humana para resistirse a cualquier  automatismo irracional, impersonal y amoral.
Para  consolidar lo emergente se ha creado la red «ELIAS»,[2] para avanzar en un sistema de mercado global incluyente y sostenible. Es una iniciativa  global intersectorial  que aglutina  en red a líderes de alto potencial y a sus instituciones. Con ello se generan nuevas ideas, prototipos y  empresas.  Se favorece  la evolución de sistemas sostenibles en mercados globales junto al  capital humano, social y natural, así como al  capital financiero e industrial.
Se  fomenta  el uso de herramientas  para detectar y crear oportunidades de futuro a través de retiros estratégicos y otros recursos que favorezcan la interacción de los miembros . En suma se trata  que a través de la innovación se opere un cambio profundo de mentalidad de la empresa y su medio. Y con ello, se superen los egoísmos generadores de injusticias que causan daño al hombre y a su entorno. ________________ Notas [1]  ( cfr.: D´Souza,2007 y Hamel, 2012: 128). [2] «ELIAS»  fue creado  en 2006 integrando una  red de socios a nivel mundial, entre los que se encuentran:  BASF, BP, JAC-Anhui (China), la Federación Industrial de Paraná (Brasil), InWent (Ministerio Federal de Desarrollo y Cooperación), el Ministerio indonesio de Comercio, Nissan, Oxfam Gran Bretaña, el Pacto Mundial de Naciones Unidas, el PNUD, UNICEF, Unilever, el Instituto del Banco Mundial y el Fondo Mundial para la Naturaleza.
Sobre el autor Juan Lorenzo de Membiela es Licenciado en Derecho por el Colegio Universitario San Pablo CEU de Madrid, adscrito a la Universidad Complutense (1982-1987), y Doctor en Derecho por la Universidad de Valencia en el año 2002. En la acualidad es Letrado de la Administración de la Seguridad Social, cuerpo en el que ingresó en el año 1991. A lo largo de los últimos años ha publicado diversos volúmenes en editoriales jurídicas como Aranzadi o La Ley.
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