He decidido que hoy voy a hacerme la misteriosa y os resumiré mis últimos días en las últimas fotos que he subido a instagram pasadas por filtros en tonos sepia (no todos eran tonos sepia en realidad, dejemos de engañarnos):
He vuelto a retomar el japonés (ésta vez por mi cuenta)
Éste desastre es mi habitación-zulo, toda rosa y odiosamente-amorosamente adolescente-1998. Parece una favela, es un desastre
Éstas son mis piernas. Por cierto, esa falda plisada es la de mi cosplay de Yukino (Karekano). Esa falda/cosplay circa de 2002, ahí es nada. Me vuelve a entrar! De un tiempo a esta parte la utilizo “para la vida real”, y ya viene la primavera y con ella esta faldita
No sé qué más comentar, hoy no me siento muy inspirada, pero no quiero perder la costumbre de escribir por aquí, o al menos, no quiero que ésto se convierta en un lugar triste y desolador donde solamente vengo a escribir cuando estoy deprimida; lo cual está bien (me sirve mucho escribir por aquí sin pensar en consecuencias), pero creo que a veces, también está bien escribir las cosas buenas, verdad? O es que tal vez, al final, solamente encontramos inspiración en las cosas tristes.
Si todo va bien y nada nos falla, en mayo aparecerá el primer número del fanzine, espero que nada nos falle, claro. Cuando digo “que nada nos falle”, estoy pensando en ti, que estás leyendo ésto. No me falles tampoco tú, eh? Te avisaré cuando lleguemos a las curvas para que puedas cogerme fuerte de la mano y no tengas miedo a saltar, pero no me sueltes.