Marzo, 26 de 1.994 tiene que ser la fecha en que se cometió el peor error histórico que jamás haya firmado un presidente venezolano en toda su historia política republicana. En esa fecha, el Doctor Rafael Caldera, uno de los presidentes de mayor capacidad intelectual y de mayor formación política y profesional que haya pasado por la primera magistratura del país, llevado tal vez, por los compromisos políticos que lo ayudaron a ascender al poder por segunda vez en su vida, dictó el sobreseimiento de la causa que se seguía contra el golpista Hugo Rafael Chávez Frías, quien lideró el atentado contra la democracia del país y contra un gobernante democráticamente elegido.
Dicho sobreseimiento abrió las puertas para que este infame personaje, ayudado por ciertos emporios económicos oportunistas y poderosos del país, se aliara con las peores alimañas que durante más de cuarenta años habían estado sobreviviendo de la conchupancia política, y lograra conquistar el corazón y el voto de los más desposeídos mediante engaños, obteniendo la mayoría inobjetable en las elecciones de 1998.
La historia de Venezuela algún día describirá esta fecha, como el comienzo de la debacle política y económica de este gran país, que a partir de ese momento, y por espacio de ya casi veinte años, es gobernado por una casta de renegados acomplejados y resentidos sociales, supuestos socialistas, que llegaron al poder con el único fin de saquear el erario público, amparados del apoyo popular que tuvieron al comienzo de su gestión.
Al comienzo, el nefasto personaje gobernante, se encargó del saqueo y desmantelamiento de la industria petrolera, y de la sustracción de sus riquezas, contando con la dirección del entonces todopoderoso superministro Rafael Ramírez. Al poco tiempo también, desmantelaron la autonomía del Banco Central de Venezuela para acabar con las reservas monetarias del país, apropiándose de ellas.
Ya destruídas la industria Petrolera, Gasífera, Eléctrica, la industria del Hierro, el Aluminio y la economía en general, van ahora por las cuartas reservas de Oro mas cuantiosas del mundo, por los Diamantes y el Coltán, sin importarles que para ello tienen que destruir el paisaje más antigüo del Planeta, los Tepuyes y el salto de agua más alto del mundo.
Definitivamente estamos antes las pirañas más peligrosas que jamás han existido, y todo pasando ante los ojos y el consentimiento de los gobiernos del mundo y el sufrimiento del propio pueblo que una vez confió en esos lobos disfrazados de corderos.