Vivo a unas cuadras del centro neurálgico del barrio de Liniers, donde se concentra la estación de tren, la estación de micros, etcétera. Es una zona de alto tránsito para todo laburante, como sucede en otros puntos importantes de la Ciudad de Buenos Aires. Claro, eso no molesta a los vecinos históricos ya que están acostumbrados, lo que no soportan (porque tienen dentro suyo un pequeño fascistas que se asoma indignado) es a la comunidad boliviana que está ubicada en el barrio desde hace aproximadamente 20 años, y que todos los días copan las calles porteñas con su cultura.
El vecino histórico (que es facho aunque se resista a asumirlo) se queja de los olores que emanan de los restoranes, no soporta sus comidas típicas. Detesta a esa población que los califica como indios, sucios, borrachos, etc. ¡Ah! pero ojo que dice que no es facho...
Pueden visitar si quieren el blog Liniers así no te queremos, donde moderan su racismo y sólo orientan sus quejas hacia el cuidado del espacio público, porque vale aclarar para estos porteños, los bolitas son incivilizados, cagan y mean en la calle, etc.
La moderación del blog se va a la mierda con las publicaciones de los comentarios por parte de cobardes anónimos como este:
"Alguien sabe como hay que hacer para echar a los bolivianos de liniers ? son las cosas mas sucias del planeta , ladrones mugrientos, hicieron que el barrio pierda un 40% de su valor en las propiedades , no se puede salir de noche, da panico, parece una villa, por que no juntan firmas para que los echen ?"
¿Quienes son los que realmente necesitan educación? ¿los bolivianos o estos fascistas ignorantes? Me cuesta creer que con o sin comunidad boliviana Liniers es una mugre, porque es una zona neurálgica y es tan roñosa como es Once y Constitución. Pero claro es más cómodo acusar al inmigrante de nuestras propios errores.
Después está también la clara estigmatización de calificar de boliviano, como si fuera denigrante. Es racismo, etnocentrismo de los porteños que cuando viajan a España se escandalizan porque nos tratan de sudacas muertos de hambre y no hacen distinción entre un argentino, un peruano o un boliviano. Somos ciudadanos de segunda. Es algo clásico del porteño de la ciudad que intenta despegarse de nuestra cultura latinoamericana, que mira a Miami o a Europa. Está protegido por la historia oficial: la distinción entre Buenos Aires y el Interior.
Somos los porteños que tenemos que luchar contra esa educación que busca diferenciarnos del resto, que nos hace celebrar tradicionalmente ante el monumento al falo que es nuestro obelisco. El elemento viril de Buenos Aires que penetra en el Interior. ¿Por qué mierda le llamamos a las provincias el Interior ? ¿Acaso no fuimos constituidos como un Estado federal? Como decía el poeta Calamaro en el tema "El punto argentino": "Si soy del Interior, no estoy adentro..." Así, las noticias se concentran en lo que pasa en Buenos Aires y el conurbano, las provincias que revienten...
El porteño se diferencia del resto, del hombre suburbano, del estereotipo social que habita el Conurbano: el punga, el chorro, el drogón (el cabecita negra, de gorrita, piel oscura, indumentaria deportiva); el porteño se diferencia del interior (¿qué diferencia cultural existe entre un jujeño con un boliviano? son pueblos hermanos, comparten tradiciones nativas milenarias, pero el porteño los repudia, los descalifica si ocupan su espacio: son bolitas).
Pero este porteño de cuarta, el que vive como yo en Liniers, lo hace por resentido. Porque no comparte el mismo status social del porteño VIP que vive en Barrio Norte. Nosotros vivimos en el Sur oeste, y lo peor para el vecino facho, a metros de la Gral. Paz, limitando con Ciudadela, con ese foco peligroso. Este porteño de cuarta no soporta el lugar que habita, y encima es discriminado por el porteño VIP.
Yo recomendaría que, en venganza, estos vecinos descontentos se vayan a vivir a Bolivia. En una de esas aprenden un poco lo que es vivir en comunidad.