Pero si se tiene en cuenta que el ser humano es un ser cultural que ha recurrido al mito desde tiempos remotos como explicación de la realidad, es imposible que éste viva en completa ausencia de todo lo relacionado con lo mitológico, perviviendo este ámbito en el inconsciente de cada uno como memoria de la humanidad y de forma tan poco consciente en la vida diaria, a través de fiestas y ritos, de leyes y costumbres propias de una comunidad. La única forma de reconciliarse con la mitología es la de tomar conciencia de lo que queda de mítico en la vida moderna y aprender a equilibrarlo con una racionalidad abierta, sin caer en la aceptación de todo lo que algunos llaman verdades innegables.
Pero si se tiene en cuenta que el ser humano es un ser cultural que ha recurrido al mito desde tiempos remotos como explicación de la realidad, es imposible que éste viva en completa ausencia de todo lo relacionado con lo mitológico, perviviendo este ámbito en el inconsciente de cada uno como memoria de la humanidad y de forma tan poco consciente en la vida diaria, a través de fiestas y ritos, de leyes y costumbres propias de una comunidad. La única forma de reconciliarse con la mitología es la de tomar conciencia de lo que queda de mítico en la vida moderna y aprender a equilibrarlo con una racionalidad abierta, sin caer en la aceptación de todo lo que algunos llaman verdades innegables.