“Entender la guerra civil española sólo es posible si se parte de un hecho: ninguno de sus protagonistas sabía con anterioridad que estaba embarcándose en un conflicto de tanta envergadura, para el que no tenían los medios humanos ni financieros necesarios, ni los conocimientos técnicos imprescindibles”, escribe Jorge M. Reverte en la introducción de De Madrid al Ebro, el volumen de título sutilmente paródico que acaba de publicar en Galaxia Gutenberg con la colaboración de Mario Martínez Zauner y el apoyo documental de Ignacio D’Olhaberriague Martínez
Un relato organizado alrededor de batallas y frentes documentados con veintisiete mapas que reflejan el desarrollo de un conflicto bélico que empezó siendo un golpe militar frustrado y acabó convirtiéndose en una guerra de exterminio y destrucción masiva a lo largo de casi tres años. Desde el triunfo y fracaso de aquel pronunciamiento inicial de julio de 1936 hasta la batalla del Ebro, la mayor que se ha producido nunca en territorio español, decisiva en la caída de Cataluña y en la rendición final de Madrid, un recorrido en trece capítulos que toma como punto de partida ese planteamiento inicial para acabar desmintiendo la idea extendida de que Franco quería una guerra larga y posponer la toma de Madrid por conveniencias políticas.
La tesis de este libro es que el paso del golpe de estado a una situación de guerra y la prolongación del conflicto armado no fue el resultado de una estrategia, sino una imposición de las circunstancias, porque frente a la mayoría del ejército sublevado la defensa de la República se llevó a cabo con las fuerzas del orden y las milicias de los partidos que fueron la base de la configuración del Ejército Popular. Un ejército que hizo frente a los rebeldes durante esos tres años y articuló la resistencia de una parte importante de la población, enfrentada en lucha desigual a la potencia un ejército organizado y a la enorme capacidad destructiva de las fuerzas coloniales.
Desde los primeros combates en el interior de las ciudades, donde se aplastó a los sublevados o a los leales, hasta la configuración del conflicto como una guerra moderna por tierra, mar y aire, las grandes batallas empezaron tras la batalla de Madrid, que frustró una toma rápida de la capital en noviembre de 1936.
Se sucedieron a partir de entonces las batallas que se estudian en este libro, con cinco intentos intermedios de tomar Madrid. Se distinguen aquí cuatro fases en la guerra civil: desde el avance hacia Madrid por el sur y el norte hasta la decisiva batalla del Ebro que inclinó definitivamente la victoria del lado franquista, pasando por el desplazamiento de las operaciones militares hacia el norte, desde Brunete, y hacia el Este, desde Belchite y Teruel, en una estrategia cuyo triunfo supuso que se partiera en dos la España republicana.
Un estudio riguroso con el que Jorge M. Reverte confirma que, como indicó Antony Beevor, es el mejor historiador militar español: el Jarama, Guadalajara, Brunete, Belchite, Teruel o el Ebro son la base de una reinterpretación del conflicto bélico que se suma a sus libros anteriores: La batalla del Ebro, La batalla de Madrid, La caída de Cataluña o El arte de matar.
Santos Domínguez