La dama de noche - Viviana Rivero
Pero lo extraño es cómo mis días, después de conocerte, de repente coincidían constantemente con vos. Lunes, jueves, nuestra rutinaria vida de colegio nos dejó saber cuándo nos cruzaríamos. Y entonces me vuelvo a cruzar con esos ojos, que parecen comerte solo con la mirada, que aunque parezca extraño, la siento incluso antes de saber que estas ahí; por que siempre es así, siendo tan distraída probablemente no te vi, pero, como si alguien o algo me llamara, me doy vuelta y estas ahí, mirándome. ¡Y porqué dicen que las mujeres somos difíciles de entender! Si con vos todo es al revés, y me confundís tanto. Y así y todo, sos tan distinto que me encantas. Pero -siempre, siempre un pero-, ni yo me merezco alguien que me tenga como segunda opción, ni tu novia que la engañes, eso es lo que me obligo a pensar y me ayuda a saludarte con un simple hola, sin demostrar que por dentro me desarmas. ¿Sos algo así como un amor platónico? Supongo, igual, espero que se me pase pronto, si es que se puede.