pero no las que andan a botón.
Yo las quiero de la mano de una abuela
que me las lea en camisón.
"Marcha de Osías"
María Elena Walsh
Llueve, estoy en la cama, tengo los pies congelados y extraño los calcetines para dormir que me tejía mi abuela. Me compré un calienta camas y hasta lo bauticé como a Harrison Ford, pero no es lo mismo; aquellos calcetines de lana tenían calidez incorporada. Estoy como el osito Osías, solo que yo quiero tibieza de las manos de una abuela, en vez de cuentos (perdón, Harry, pero es así)
Aunque, shhh, no digan nada: tengo un par guardado y sin uso. Mi abuela ya no puede tejerme calcetines para dormir –o teje, pero no me los puede mandar desde donde está– así que mientras haya un par sin estrenar en el cajón, puedo imaginar que me los regaló ayer.
Ya sé que ese tipo de pensamiento mágico no tiene mucho asidero, pero entibia el alma, si no los pies.
EriSada