Hace poco le decía lo siguiente a un amigo: “Me encanta escribir sobre cine. Al fin y al cabo es mi gran pasión (el cine y escribir) desde que tengo uso de razón y con los años me he ido dotando de las herramientas y el conocimiento necesario para para poder escribir desde una determinada posición”.
Más que una declaración de intenciones, es una declaración de amor en toda regla. Amor por el objeto -el cine-, por la forma de abordarlo -analizar y escribir- y por la posición -el feminismo-.
La tesis y el trabajo me ocupan tiempo y tengo varios proyectos aparcados hasta que vengan tiempos menos tormentosos, pero aun así, a pesar de este contexto de investigación precaria y autogestionada que intento convertir en un proceso investigador sostenible y bello a pesar de los pesares, es bonito ver como poco a poco voy recogiendo los frutos y este año está siendo muy interesante.
Por una parte, María Castejón, ciberamiga desde hace tiempo y compañera en esto de mirar el cine desde la perspectiva de género, me ofreció la oportunidad de colaborar en el multiepílogo de su segundo libro (Más fotogramas de género. Representación de feminidades y masculinidades en el cine español de los 90 (Logroño: Siníndice, 2015)) y lo hice con un pequeño artículo titulado “¡Hasta el gorro!” junto a un plantel de lujo: Lucía Martínez Odriozola, Coral Herrera Gómez, Natalia Ardanaz, Maje Girona Magraner, Itziar Ziga, María Molas, Teresa Galilea, Sara García de las Heras, Señora Milton, Belén Gaudes y Pablo Macías, María Castrejón, Cristina Cabedo, Estíbaliz De Miguel Calvo y Natalia Martínez Pérezse.
Ahora además, sale a la venta Panorama del cine iberoamericano en un contexto global. Historias comunes, propuestas, futuro (Madrid: Dykinson, 2014), un libro colaborativo coordinado por Ana Sedeño, Pedro Matute y María Jesús Ruiz, en el que he participado con un capítulo que lleva por título “Cine y violencia simbólica: la representación audiovisual del feminicidio en Ciudad Juárez en el género documental”.
Más adelante colgaré mis aportaciones en abierto, pero desde ya os recomiendo que os lancéis a la lectura de estos dos libros porque el trabajo de María, de todas mis colegas de multiepílogo feminista y de todos l@s compañer@s de la Red INAV que han participado esta revisión actual del cine iberoamericano, vale mucho la pena.