En esta parte exterior de la curva, donde la velocidad es mayor, el río arrastra las gravas del fondo y las paredes, de modo que la curva se desgasta hacia afuera y hacia abajo. En la parte interior de la curva, la corriente que arrastra gravas, arenas etc, al disminuir su velocidad, deposita sedimento que provoca que aparezca una playa. La curva del río se desplaza de forma horizontal a lo ancho de llanura de inundación. En la foto de arriba a la izquierda, podemos ver como se ha desplazado un meandro en la zona indicada con tres flechas paralelas colocándose en una posición que amenaza gravemente a una población que se defiende con escolleras y motas o diques. Esto no es nuevo, ha ocurrido siempre. Podemos ver en la parte superior de la fotografía como las antiguas posiciones del río se delatan con la forma de las parcelas de los cultivos que ocupan las zonas correspondientes al antiguo lecho del río.
En la foto de la derecha vemos como los meandros se han desplazado horizontalmente, de la posición 1 a la 4, hecho que la foto aérea indica claramente. De nuevo es la forma de las parcelas lo que nos indica claramente el proceso. En el caso del meandro activo en la actualidad, marcado con el número 4, comprobamos como se está produciendo el desplazamiento hacia arriba y un poco a la derecha. El antiguo lecho del río ha sido "expropiado" al río convirtiéndolo en terrenos de cultivo.
Pero mayor es el problema de las urbanizaciones que aparecen en lugares como el que indicamos, que está colocada justo en el lugar por el que el río ha de cortar el meandro, hecho que ocurre en casos como el que nos ocupa cuando se forma una curva cerrada en forma de herradura como la numerada con el 4. Más abajo, explico cual es el proceso de evolución probable de la curva que explica la leyenda de la fotografía que dice que esta urbanización este colocada en un lugar inadecuado y peligroso.
Por efecto de estos movimientos, podemos ver pues que el río de desplaza de lado, como una serpiente de cascabel, o arriba y abajo en el lecho según el tamaño de la avenida y si el tramo es recto o curvo, ancho o estrecho ya que el depósito o la erosión depende de la velocidad y del caudal del río. Defienden los ribereños afectados, la suposición de que lo mejor es construir defensas y dragar el río para evitar las inundaciones. Eso les han contado los gestores. Es lo más sencillo para ellos. Hemos podido incluso ver en la televisión como el presidente de la Confereración Hidrográfica del Ebro ha asegurado que él estaría encantado de "limpiar" el río pero que no le dejaban. Los ecologistas a los que no hacen caso jamás se lo impiden, al parecer. La foto del encabezamiento muestra la riada. ¿Hay alguien que crea que quitando grava del fondo y broza y árboles de las orillas toda ese agua pueda caber dentro del encauzamiento?.
Nada más lejos de la realidad. La ausencia de vegetación provocaría una mayor velocidad de la corriente y por lo tanto una mayor fuerza erosiva forzando al río a ser mucho más agresivo en las curvas. Si las defensas son destruidas con la altura que lleva el agua en las avenidas actuales, ¿Aguantarían mejor con cuatro o seis metros más de altura?. ¿Podemos imaginar el desastre que implicaría la rotura de una defensa de esas dimensiones?. Las defensas no es necesario que sean desbordadas, en las curvas donde la velocidad en tan bestial se pueden erosionar y socavar con mayor facilidad. Los problemas han crecido al tiempo que las defensas han proliferado a lo largo de toda la longitud del río.
Es pues contraproducente en el caso de las inundaciones la velocidad del río, ya que a mayor velocidad, mayor daño. En el caso de que un río entre en un pueblo, no es lo mismo que lo haga de forma lenta dejando barro, a que lo haga de forma rápida llevándose las casas y el suelo sobre el que se asientan. Un río “limpio” alcanza mayor velocidad multiplicando su acción erosiva, tanto erosionando las motas como socavándolas al multiplicar su velocidad en las curvas.
La polémica aumenta de tono cuando se esgrime que el dragado y la limpieza son inaceptables medioambientalmente, que lo son. Una persona que ve como se pierde su casa, y su medio de vida, lo último que está dispuesto a oír es que el remedio que le "venden" los políticos no se ejecuta por que se quiere dejar el río para los chopos y los patos por culpa de los ecologistas. Al parecer el río se desborda por que los ecologistas no dejan "limpiar el río".
En primer lugar, hay que decir que algunos pueblos están situados en unas tierras fértiles y ricas pero que tienen un precio. El estar cerca del río sucede que con cierta periodicidad se vean inundadas. Habrá riadas que no llegarán al pueblo y habrá otras, que serán menos, que lo anegarán completamente. La solución que se ofrece es la construcción de defensas frente a determinados caudales, dragados y limpezas. Las defensas provocan que al darse una riada que no se puede extender horizontalmente, esta sube en altura en el espacio disponible lo que añadido a la fuerte corriente, provoca riesgo de rotura. Este riesgo aumenta si se ha "limpiado el río" pues aumenta la velocidad de la corriente, y todavía más si se ha dragado, ya que el caudal que circula constreñido es algo mayor, por lo menos la primera vez.
No se puede evitar la inundación, pues el caudal no se puede evitar, es evidente, que si se pudiera se habría hecho. Lo más razonable, es dar los pasos por orden de prioridades. Primero, y asumiendo que estamos dentro del río, lo que debemos de proteger por encima de todo son las viviendas. Luego las defensas es lógico destinarlas a proteger los núcleos urbanos. Si no queremos que se inunde el pueblo, lo lógico es evitar que lleguen las aguas hasta él, pero al no poder ser eliminadas por arte de magia, habrá que permitir que vayan a otro lugar. Hay que favorecer que se inunden los cultivos. Pero no de cualquier forma. Una inundación a gran velocidad destroza todo a su paso. La riada ha de ser poco destructiva y para ello ha de ser frenada por los bosques. Una vez anegados los cultivos, no debe de haber impedimento para que el agua del cultivo retorne al río pasada la riada, evitando que permanezcan anegadas las tierras demasiado tiempo pudriendo las plantas. Las tierras que se inunden con mayor peiodicidad han de tener cultivos más tolerantes a las riadas que las más alejadas.
Facilitar el corte de este meandro A, podría ocasionar el abandono del meandro antes de la próxima riada violenta, dejando el pueblo de sufrir la amenaza del río con una corriente tan violenta y permitiendo que la defensa se construya algo más alejada del pueblo.
Con este breve bosquejo de lo que podría ser otro tipo de gestión no basada en las defensas y los dragados, sólo pretendo que se abra el debate. Existen científicos en esta tierra que podrían dotar a estas pocas líneas de un contenido fundamentado y con el correspondiente rigor como para que el resultado fuese que las personas sufriesen menos además de que el río volviese a ser un río y no un monstruo imprevisible como hoy.
Espero que no haya quedado demasiado farragosa la entrada y que se entienda que la he realizado desde casa, que no he hecho mediciones ni nada por el estilo y que un trabajo científico cuenta con el rigor necesario como para que se establezca donde colocar las defensas que sean necesarias, cuales hay que eliminar, y por donde y hasta donde se debe dejar que el río se mueva y desborde. Sólo pretendo que tras leer ésto, alguna persona que defienda que las inundaciones que han sumido a tanta gente en la desesperación crea que pueden ser gestionadas de oro modo y escuche a aquellos científicos expertos en dinámica fluvial con cuyos conocimientos se pueda llegar a cambiar esta situación. Al fin y al cabo... yo sólo soy el grumete de este barco.
En otra entrada trataré de ofrecer la visión de un naturalista que justifique el no al dragado y de la explicación de por qué hay que preocuparse más de los encauzamientos que de las islas de gravas tan valiosas, necesarias y típicas del trazado de nuestro río en esta zona media. Como despedida, imagen de satélite de la riada.