Brian De Palma.
Hace 4 años que no vemos al realizador de Los Intocables en la gran pantalla. Concretamente desde su incursión en el bélico con Redacted, que dejó algo frío al personal. Quizás por ello ha decidido regresar al género que mejor se le da para su nuevo proyecto The Key Man. Se trata de un thriller sobre un hombre que es capturado por el gobierno ya que aseguran que su cuerpo contiene respuestas a secretos nacionales. ¿Veremos al mejor De Palma de una vez por todas? El rodaje comienza a finales de año con guión de Joby Harold (Awake).
¿Y qué pasa con la ya anunciada Passion? Pues de momento parece que nada.
Tony Scott.
Si De Palma se toma su tiempo entre rodaje y rodaje, uno que no para es Tony Scott, que tras conocer ayer el anuncio de que su hermano regresará al universo Blade Runner en un film aún por concretar, ha decidido hacerle sombra confirmando no uno, sino dos proyectos. El primero de ellos es Hell´s Angels, con el que finalmente se pone manos a la obra tras meses de rumores en los que Mickey Rourke parecía casi atado como protagonista. Ahora resulta que el director de Top Gun (en cuyo remake también anda metido) quiere a Jeff Bridges para dar vida al líder de la banda en el film, que narrará la relación de ese peligroso gangster con uno de los mecánicos de sus famosas motocicletas.
El siguiente trabajo del realizador será un remake del clásico de Sam Peckimpah Grupo Salvaje, para el que ya está trabajando con el guionista de L.A. Confidential. Y hasta que no lo vea, no me lo creo.
Alejandro González Iñárritu.
Tras demostrar la falta que le hace Guillermo Arriaga en el guión con Biutiful, el director de Babel ha firmado para dirigir su primer proyecto de perfil alto The Revenant. Se trata de una adaptación de la novela homónima de Michael Punke sobre un trampero del siglo XIX que es atacado por un oso y saqueado y abandonado por sus compañeros. Medio muerto, el hombre será capaz de recorrer más de 4.000 kilómetros para buscar y asesinar a los culpables. Vamos, un thriller de venganza en toda regla y un cambio de género que le puede sentar a las mil maravillas a un director que se estaba estancando en dramas cada vez más densos y lúgubres.
Vía Collider.