A veces los mejores viajes son los inesperados, los que no están preparados, aquellos en los que esperas ver cualquier cosa porque no has esperado nada de ellos... este viaje es Lisboa!
Hace mucho tiempo que paseé por las calles de esta ciudad, y descubría sus alrededores. Esta entrada no es un diario de viaje, son recuerdos que a veces cuesta plasmar cuando aún en los viajes iba con mi cámara de carrete!
Enfoca que nos vamos de paseo...
Lisboa, Agosto 2003
Y así surgió la idea del viaje ...
Hacía dos años que me había ido con mi mejor amiga de Interrail por Europa, una experiencia que no olvidaríamos fácilmente, y cuando aquel verano del 2003 regresé a Gijón solo hablamos de lo bien que estaría poder repetir, pero el problema es que no había mucha pasta para hacer un viaje. Aún así empieza la idea a rondar en la cabeza y las ganas me pueden. Seguro que hay algún sitio donde ir que sea bueno, bonito y barato. Le doy una y mil vueltas, e intento convencer a Sandra, cosa que no es muy difícil. Aquella tarde nos acercamos a la estación de tren para informarnos y sin pensarlo mucho volvimos con dos billetes de i/v a Lisboa! Nunca habíamos estado en Portugal y para una escapada de 6 o 7 días, Lisboa era la ciudad perfecta.
Pocos días para organizar, casi que todo iría sobre la marcha. Internet aún no se usaba como hoy en día, así que nos fuimos con la poca información que conseguimos sacar de alguna guía de la biblioteca y sin alojamiento! (Bueno...llevábamos una tienda de campaña por lo que pudiera pasar, aunque confieso que tampoco sabíamos donde la plantaríamos)
Tras 16 horas de tren desde Asturias, llegamos por la mañana, y nuestro primer objetivo era buscar donde alojarnos. Sin saberlo nos encontrábamos en pleno centro de Lisboa, recorriendo la gran avenida de la Liberdade en busca de alguna pensión. El objetivo, a pesar de ser Agosto fue fácil, claro que el sitio no era ninguna maravilla. Un sitio bastante modesto, antiguo, con alguna amiga inquilina en la habitación que descubriríamos más tarde, pero eso sí en pleno corazón de Lisboa, en la plaza Restauradores, una de las plazas con más vida de la ciudad. El matrimonio mayor que lo regentaba era lo más parecido a tener unos abuelitos que se preocupaban por todo. Siempre recordaremos a la señora preguntándonos todas las mañanas "Hoy, a la praia o a la montanha?"
¿Qué ver en Lisboa?
Lisboa es una ciudad sencilla de recorrer y en un par de días habrás conocido los puntos más destacados de la ciudad. Te recomendaría que te dejes perder por sus calles, te empapes en cada rincón del ambiente lisboeta, disfrutes de las panorámicas desde sus numerosos miradores, o asistas algún espectáculo de fado entre otras muchas cosas.
La ciudad se halla situada sobre siete colinas, por lo que callejear a veces se puede poner demasiado..."cuesta arriba", pero no te preocupes porque así no tendrás mejor excusa que coger alguno de sus típicos funiculares, elevadores o ascensores, y disfrutar de las vistas desde los puntos más altos de la ciudad.
Si estas alojado como nosotras en la zona Baixa, esta puede ser una buena zona para comenzar a conocer la ciudad. La Baixa es la parte baja y más céntrica de Lisboa, y que separa Alfama del Barrio Alto. Comenzamos el paseo en la Plaza de los Restauradores, fácilmente reconocible por su obelisco que conmemora la independencia de Portugal frente a la dominación española en 1640. Esta plaza junto con la Plaza de Rossio, que está a continuación, son de las más animadas, y un punto de encuentro para turistas y lisboetas. Está llena de cafés donde sentarse y algún que otro edificio importante como el Teatro Nacional o la famosa estación de trenes de Rossio. Si necesitáis información de la ciudad, la oficina de turismo está precisamente en la Plaza de los Restauradores. Os aconsejo que vayáis sobre todo si estáis interesados en la Lisboa Card que incluye la entrada gratuita a muchos sitios, más el uso ilimitado en el transporte de la ciudad.
Desde aquí si seguís avanzando por el centro de la Baixa, a través de la rua Augusta, llegaréis directos al Arco de Triunfo que da entrada a la plaza más importante de Lisboa, la Plaza de Comercio. Antiguamente en esta plaza se encontraba el Palacio Real, que fue destruido por el terremoto de 1755. Esta plaza situada frente al Tajo, se llamaba así porque aquí llegaban los barcos mercantes y era consideraba la puerta de Lisboa.
En nuestro primer día, después de recorrer la Baixa decidimos visitar el Castillo San Jorge, que se encuentra junto al barrio de la Alfama. Desde la Plaza del Comercio, hay unas cuantas cuestas pero también se puede coger el tranvía 28 y bajarte en uno de los dos miradores que hay junto al castillo y que no debes perderte, el mirador Santa Luzia y el de Porta do Sol.
Mirador Porta do Sol
El Castillo San Jorge, situado en la colina más alta de Lisboa, es fácil divisarlo de día y noche. Este castillo con más de ocho siglos de antigüedad, y sus 11 torreones, se conserva en muy buen estado. La zona es bastante grande, así que la visita te llevará bastante tiempo. Lo mejor es la panorámica, pues al ser el punto más alto, las vistas de la ciudad y el río Tajo son espectaculares desde allí arriba.
A la bajada también puedes aprovechar para ver la catedral de Lisboa, la iglesia más antigua de la ciudad y que se encuentra a pocas calles del castillo.
Nuestro primer día estábamos tan cansadas y como aún quedaban bastantes días por delante, después de esta primera toma de contacto, nos fuimos a descansar; pero sin duda, esta puede ser una buena ocasión para conocer el barrio de Alfama, el barrio más auténtico de Lisboa, y que nosotras recorrimos en los días siguientes.
La Alfama es la parte más antigua y típica de esta ciudad, donde vive la clase obrera y pescadores. Recorrer sus estrechas y empinadas calles, y respirar ese ambiente lisboeta, bohemio y quizás para mi también... melancólico, con sus populares cantos, el fado, es la mejor forma de conocer Lisboa.
Otros zonas que no debes perderte en la ciudad de Lisboa, es el Barrio Alto. La mejor forma para ir es cogiendo uno de sus funiculares o elevadores.
Hay tres elevadores: El elevador Lavra, que es el más antiguo, y los más populares el elevador da Gloria y da Bico, siendo este último el más empinado. Si hay una imagen típica de Lisboa, son precisamente estos funiculares amarillos que se mueven por las pendientes pronunciadas de la ciudad y que están considerados Patrimonio de la Humanidad.
Ilustración del artista francés Lapin
También hay una manera más para poder ir al Barrio Alto, y es a través de otro elevador, en este caso ascensor, que es el de Santa Justa. Este ascensor de 45 metros, se ha convertido en una de las grandes atracciones turísticas, viene a ser la mini Eiffel parisina de la ciudad de Lisboa.
Desde el elevador Santa Justa se obtienen otra de las mejores vistas de Lisboa: la plaza Rossio, el puerto, el castillo San Jorge...
El Barrio Alto es bastante tranquilo por el día, pero por la noche la marcha y botellones están asegurados. Una zona muy alternativa, en la que encontrarás un poquito de todo. La verdad es que salir por la noche en Lisboa fue un poco..."raro". No por la marcha en sí, sino por el carácter peculiar de los portugueses. Al igual que los italianos, siempre tienen un piropo en la boca, y lo que los primeros días nos hizo gracia, al final comenzó a rayarnos hasta el punto que no nos parecía seguro ni coger un taxi! (Anécdotas que dejamos mejor para el baúl de los recuerdos que para el blog jajjajaj)
La verdad es que nunca he tenido esa sensación cuando he viajado, pero después de tantos años es algo de lo que me sigo acordando...No sé, quizá fue simplemente nuestra experiencia por el 2003, o quizás ese es el típico carácter de los portugueses y que nosotras en aquel momento no supimos entender...
Como os he comentado en el Barrio Alto la oferta es muy variada: restaurantes, cafeterías, multitud de bares y pequeños pubs de marcha; pero entre todos estos sitios quiero recomendaros uno especialmente, el Pavilhão Chinês.
Rua Dom Pedro V, nr 89
El Pavilhão Chinês, es un café-bar con más de 25 años, situado en el Barrio Alto, con un encanto muy, muy especial. El sitio es bastante curioso, incluso la llegada al local es misteriosa. Una gran puerta roja, que bien podrías pasarte de largo pensando que es una casa privada, y un timbre al que hay que llamar para poder acceder. Entonces, la puerta se abre y un hombre bien vestido, con pajarita y chaleco, te recibe y te da paso por diferentes salones que te transportan a otra época. La música suena de fondo, y la luz es tenue, más que un bar, parece un pequeño museo lleno de antigüedades. Sus paredes están llenas de vitrinas con objetos en miniatura. La carta con un montón de tipos de cócteles buenísimos (que en su día nos recomendaron alguno, pero ya no soy capaz de recordar) es un libro lleno de ilustraciones de los años 20. Son de esos sitios peculiares en los viajes que hay que ir!Si buscas otras zonas para tus salidas nocturnas, aparte del Barrio Alto o de la Alfama con sus fados, puedes encontrar un ambiente más chic en los antiguos muelles, en las Docas. Bajo el puente 25 de abril, y frente a un pequeño puerto deportivo se encuentran numerosas terrazas, buenos restaurantes y locales hasta altas horas de la madrugada.Esta zona está un poco alejada del centro, así que conviene cogerse un taxi porque la pateada hasta allí os puedo confirmar que es MUY grande jjajajaja
Conociendo un poco ya la parte más céntrica de la ciudad, hay un día en tu escapada a Lisboa que tienes que reservar a Belem, que se encuentra a las afueras de la ciudad. Para llegar hasta allí, se puede ir en autobús o bien coger el tranvía 15.
Belem es una de las zonas más turísticas y está relacionada directamente con la era de los Descubrimientos. Situado frente al Tajo, desde allí zarpaban y llegaban las carabelas que iban en busca de nuevas rutas y nuevas tierras. Hay tres cosas importantes para ver en Belem: el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belem, y el Monumento a los Descubrimientos.
- El Monasterio de los Jerónimos, considerado Patrimonio de la Humanidad en 1983, es una de las visitas más importantes y un icono de esta época, pues se mandó construir para celebrar el regreso desde la India del navegante y explorador portugués, Vasco de Gama. Hoy en día sus restos se encuentran ahí.
Vistas desde el Monumento de los Descubrimientos
- El Monumento a los Descubrimientos está situado frente al Monasterio de los Jerónimos. Este monumento con forma de carabela mira al Tajo, y fue construido en 1960 en conmemoración a los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante. Las esculturas que hay a ambos lado de la carabela son famosas personalidades portuguesas que estuvieron relacionadas con esta época. Merece la pena subir al mirador que hay arriba, pues desde allí obtendrás una perfecta panorámica de todo el Monasterio de los Jerónimos, aunque a nosotras ese día se presentó con bastante bruma. También se puede ver muy bien la gran rosa de los vientos que hay en el suelo junto a este monumento.
- La Torre de Belem, un poco más alejada, pero también en el borde del río Tajo, es uno de los edificios más importantes durante el reinado de Manuel I. Se construyó a primeros del siglo XVI como torre de defensa, aunque después acabó como centro de recaudación de impuestos.
Si todas estas visitas te han abierto el apetito, y además te apetece degustar lo típico del lugar aprovecha para probar los famosos pastelitos de nata de Belem!
Hasta ahora hemos visto la parte más antigua de la ciudad, pero Lisboa también cuenta con una parte mucho más moderna. Una de ellas, está prácticamente en pleno centro, yendo desde la Baixa hasta el final de la Avenida Libertade, se llega a la Plaza de Pombal y al Parque Eduardo VII, el más grande de Lisboa. Esta zona nos da ya una visión diferente de la ciudad.
También al lado opuesto de Belem, situado a las afueras, nos encontramos la parte más vanguardista, el Parque de las Naciones, donde tuvo lugar la Expo de 1998.
Gracia, parte de la mascota Gil y ... el brazo de Sandra
Hoy en día es un sitio de cultura, relax y ocio lleno de amplios jardines, edificios modernos, pabellones, espectáculos...
También hay un teleférico que atraviesa el Tajo y desde el que supongo se contemplará de maravilla el puente de Vasco de Gama que se construyó también cuando la Expo, y que es el puente más largo de Europa con 17 metros
Gracias Sandra por estos viajes que me traen tantísimos buenos recuerdos.
Nosotras nos dejamos la parte más nueva de la ciudad para el último día, ya que nuestro tren a Madrid era nocturno, y teníamos todo el día por delante.
Cómo habéis visto, una escapada de 3 o 4 días pueden ser suficientes para conocer la ciudad de Lisboa, pero si contáis con más días como era nuestro caso, entonces os recomendamos que aprovechéis para ir a otras poblaciones cercanas como son Sintra, Cascais y Estoril, que os contaremos en el próximo post.
To be continued...
Artículos relacionados con este viaje:
1- De paseo por Lisboa
2- Sintra, Cascais y Estoril