De paso por el estrecho.

Publicado el 13 septiembre 2014 por Torrens

Esta semana he estado en Gibraltar y por supuesto, tengo varios comentarios a hacer.

El primero es que hay varios esquemas básicos en que se basa la forma de los aeropuertos, desde el que para mi es el mejor, el circular con anexos tipo isla conectados por pasillos subterráneos, que es el del Charles de Gaulle y el de la mayor parte de aeropuertos británicos y suizos, al de media luna también bastante funcional. Como no podía ser de otra forma, en España el método estándar es el modelo butifarra o salsicha, que en mi opinión es el peor de todos.

Puesto a pensar las razones en que se han basado para optar por el modelo rectilíneo se me ocurre primero que como el nuestro es un pueblo que hace poco ejercicio, de esta forma al menos lo hacemos andando por terminales cuando viajamos, otra razón es el ahorro de combustible porque en vuelos cortos una buena parte del trayecto se hace andando, pero probablemente la principal razón es que el esquema y el diseño final que siempre se utiliza permite que se trate de edificios multiusos que en realidad son inmensos centros comerciales que a la vez se usan como aeropuertos, que además permiten al personal de información orientar mejor a los pasajeros despistados diciéndoles que la puerta 49 que no encuentran está entre el gran supermercado de perfumería y cosmética y la inmensa tienda de deportes con las camisetas de todos los equipos de futbol del mundo.

Encima en el aeropuerto de Málaga, al pasar el control de seguridad en el viaje de vuelta, el más imbécil e idiota de los agentes de seguridad que me he topado en todo el mundo y en toda mi vida, después de pasar el control me hizo abrir mi bolsa de mano en la que había una herramienta multiusos que tenía desde hace probablemente treinta años y que había pasado controles de seguridad sin problemas en aeropuertos de todo el mundo hasta que se topó con un diplodocus con forma aparentemente humana y total ausencia de cerebro que me la requisó porque uno de los usos era una navaja de a duras penas 3 cms., a pesar que le dije que la norma permite un máximo de 4 cms., pero como no podía ser de otra forma me contestó con un exabrupto, posiblemente por lo muy limitado de su lenguaje. A una señora alemana a mi lado, el mismo diplodocus la hizo pasar por el arco detector descalza porque le hizo poner sus zapatos, que lucían grandes hebillas, en la cinta transportadora del aparato rayos X, y cuando llegaron al final la hizo esperar un buen rato descalza mientras el imbécil ser uniformado de apariencia humana metía sus zapatos en una caja detectora. La señora pudo darse por muy satisfecha al llegar a su país correctamente calzada y con hebillas después de haber pasado por las manos de tal ejemplo de ausencia total de cualquier capacidad de razonar. A la empresa de seguridad del aeropuerto de Málaga, que por lo que he visto en Internet es una tal TRABILSA, la pregunta sería ¿tener la seguridad de cualquier aeropuerto en manos de tarados sin cerebro como el que me crucé en Málaga, nos da aunque sea un mínimo de seguridad? yo creo que no, más bien la empeora. Seguro que en Málaga hay muchos agentes de seguridad desempleados que profesionalmente y como personas son millones de veces mejores que el burro idiotizado con que me topé, pero no son amiguetes de la persona adecuada.

Danny, un buen amigo gibraltareño me vino a buscar al aeropuerto malagueño y me llevó hasta Gibraltar en un trayecto en que me sentí como en casa porque la autopista era de peaje.

Estaba por segunda vez en Gibraltar y después de muchos años me volvió a gustar. La mezcla de la Gran Bretaña y la Gran Andalucía da un producto muy atractivo. Encima me enteré de un par de cosas interesantes.

La primera es que todo el problema por el que dos países que forman parte de la U.E. y de la NATO son incapaces de ponerse de acuerdo en solucionar el régimen de un enclave con las características de Gibraltar reside en el hecho de que cada parte pone el énfasis en lo que le interesa. España lo pone en el cumplimiento del tratado de Utrecht que establece que cualquier cambio en las condiciones y las formas por las que el Reino Unido ocupa Gibraltar debe ser aprobada por España o el territorio debe devolverse a España. El Reino Unido alude a los 30.000 habitantes de Gibraltar para condicionar cualquier solución para el territorio a la opinión de sus habitantes expresada en referéndum, de los que ya se llevaron a cabo dos, uno en 1967 y otro en el 2002, este para decidir sobre una soberanía conjunta poco concreta, con resultado apabullantemente claro en ambos, contra cualquier sometimiento, directo o indirecto, total o compartido a la soberanía española. Siendo ya bien conocida la actitud de fobia enferma del PP a los referéndums, porque los prohíben leyes inventadas, cualquier solución por ese camino será imposible. Si fuésemos gibraltareños y súbditos de su majestad británica, la verdad es que a muy pocos les atraería pasar a ser súbditos de un régimen que controla la Justicia a través de Altos Tribunales títeres, los ladrones corruptos se pasean con toda tranquilidad por la calle o no, en función de lo que interesa al régimen, y tiene Fiscales Generales que se encargan de proteger de la Justicia a las personalidades muy importantes, entre muchos otros desastres de todo tipo.

Mi segundo descubrimiento fue que con Moratinos de Ministro de Exteriores y Zapatero de Presidente, en Gibraltar se estuvo muy cerca de alcanzar un acuerdo estable sobre el enclave que incluía la utilización conjunta del aeropuerto de Gibraltar con una terminal británica y una española unidas por un puente y un túnel cuyas obras llegaron incluso a iniciarse nivelando una gran explanada que se atraviesa justo al lado de la frontera, pero al llegar el PP al poder se lo cargaron todo para volver al ¡Gibraltar Español!, después de una dura campaña que todavía recuerdo contra el Ministro Moratinos, que como todos los ministros de Zapatero no era nada extraordinario, pero que consiguió llevar a España al G-20, donde fracasó el gran José Maria Aznar. Según me contaron en Gibraltar justo cuando el país había pasado del desastre Zapatero al desastre inmóvil de Rajoy y mientras tenía lugar la campaña contra Moratinos y se cargaban todos sus acuerdos sobre Gibraltar, “casualmente” los pescadores de La Línea y Algeciras empezaron a cometer muchas más barbaridades de las que entre los pescadores españoles ya son habituales, hasta que en Marzo 2012, después de amenazarlos varias veces, Gibraltar les prohibió faenar a menos de 3 millas de la costa y puso en marcha el plante de bloques de cemento en el fondo del mar, medidas que no difieren en nada de las que nuestros pescadores han sufrido en casi todos los países con mar del mundo, y con ello se inició el actual estado de conflicto. También en Gibraltar me explicaron que cuando Rajoy se cargó los acuerdos con Moratinos y el proyecto de uso conjunto del aeropuerto, entre los habitantes de La Línea y Algeciras, con excepción de los pescadores, hubo un cabreo mayúsculo, hecho que me es imposible comprobar con los residentes de las mencionadas poblaciones, pero estoy seguro que debió ser así porque una frontera mucho más permeable y un aeropuerto conjunto supondrían para ambas poblaciones, ya con una gran dependencia de Gibraltar, un salto económico muy importante, y si bien es cierto que hay contrabando, más lo hay en Galicia y no ocurre nada a pesar que el presidente de la CCAA es amigo íntimo de uno de los principales contrabandistas. Pero ya se sabe que el PP solo se preocupa por el bienestar de los españoles, y como catalán sé que les encanta actuar para aumentar dicho bienestar sin usar la inteligencia absolutamente para nada y a batacazos, mentiras e insultos, porque sus oponentes (un día de estos empezarán a llamarlos enemigos) se empeñan en enfrentar a unos españoles con otros. Por mi parte, y también como catalán les dije a los gibraltareños que en 1714, en vez de traicionarnos, dejándonos columpiando a merced del anterior Felipe, nos podían haber incluido al menos en el paquete de Gibraltar y Menorca