En las fiestas de Navidad del cole, al Chiquinini le ha tocado ir de pastorcillo. En la reunión de padres se anunció que tal niño iría de Baltasar, tal niña de virgen María, y el resto, incluido por tanto el Chiquinini, de pastorcillos. ¡Bien!
La reacción del resto (tios y abuelos) no ha sido tan entusiasta, sino todo lo contrario. "¿Otra vez de pastorcillo?" .Claro, porque ellos no tienen que preparar el disfraz! Lo siento, pero para mí ha sido un alivio. Ya me veía yo recién salida del hospital con la niña e ingeniéndome un disfraz de reno...Uf! Qué sudores!
De pastorcillo está bien, hombre, todos hemos ido alguna vez de pastorcillos...
Además yo no soy como mi madre. En una ocasión mi hermana tuvo que disfrazarse de pez. Y en lugar de recortar una silueta de pez o algo así ( como habría hecho mi cutre-yo...) cogió un maillot, recortó en cartulina plateada un montón de escamas y las fue cosiendo una a una, todas, toditas. Quedó un disfraz espectacular, claro. Pero yo me conformo con el disfraz de pastorcillo.