PLACERES
P1. Tiene gracia, porque el mayor placer de esta semana está relacionado también con el mayor desahogo. Este finde hemos tenido quedada guetil (las amigas de la universidad & family, en Tarragona - Barcelona). Ya hacía tres meses que no las veía, aunque la verdad es que es como si las viera cada día, porque vaya vicio con el wasap, nos contamos la vida al dedillo. Así que llegué y creo que a alguna (somos 6) no le di ni los dos besos, como si acabara de verla, vamos. Pocas horas, pero buena compañía, buenas conversaciones, buen comportamiento de todos los peques y buena - y demasiada - comida. Y los regalos de Reyes a los peques - más aun, haaala! -. Y uno para mí, que esta semana os enseñaré, que merece post en exclusiva.
Por cierto, mis postales de Navidad les parecieron chulísimas.
P2. El jueves pisé la pelu, después de varios meses. Iba para esconder unas cuantas canas con un baño de color - de mi color - y salí con un corte considerable; un buen cambio de look, que ya me apetecía.
P3. Sí sí sí, me voy para Madrid! Otra vez, jeje. Esta vez es por trabajo, lo que no sería un placer si no fuera porque ya he quedado para cenar con varias de mis amigas blogueras de la capital. Qué ganas tengo. A la mayoría volveré a verlas después de haberlas conocido - poco - el #15J, pero también conoceré a alguna a la que tengo muchas ganas de desvirtualizar. Y como es una cena más en petit comité que el #15J, seguramente podré intimar un poco más, hablar un poco con cada una.
DESAHOGOS
D1. El sábado, una hora antes de la hora de salida prevista, marido estaba malísimo; le dije - ay! lo que me costó - que si no estaba para ir nos quedábamos, y subí a decírselo a Marcela, que estaba acabando de vestirse. Cogió tal berrinche por el disgusto que su padre le dijo que sí íbamos. Eso sí, dejándole claro que hacía el esfuerzo por ella y que esperaba que ella se comportara. Yo no acababa de tenerlo claro, él estaba realmente hecho polvo y para colmo hacía un viento que asustaba, y le dije que si no estaba para conducir que nos quedábamos, que yo no iba a hacerlo con ese viento. Pero salimos. Tal cual llegamos se tumbó y hasta hoy, que antes de comer y a pesar de las infinitas ganas que yo tenía de aprovechar cada minuto con mis chicas, le he dicho que nos volvíamos. Él no se ha quejado en ningún momento, a penas ha abierto la boca - entre otras cosas por las anginas -. Le miraba y se me caía el alma a los pies; y es que alguna vez me he encontrado en esa situación de no saber qué hacer, de verme desesperada por el dolor y el malestar, viendo que el tiempo pasa lentamente y no hay mejoría, y sé que se pasa realmente mal. Me he puesto en su lugar. Uff, ni si quiera sé si yo habría hecho tal esfuerzo por él o por los niños. Así que bueno, esto también es un placer, y de los gordos, jeje. Le estoy inmensamente agradecida por el gran esfuerzo que ha hecho, y mentiría si dijera que sólo lo ha hecho por Marcela, porque sé que también lo ha hecho por mí, porque sabe lo importante que es y lo feliz que me hace reunirme con el gueto.
D2. El jueves llevé a los niños a la peluquería - a otra diferente a la mía - y a Bruno le hicieron una desgracia. Madre mía qué flequillo le dejaron, pobrecito mío. Lo tenía largo y hacia un lado y se lo dejaron corto cortísimo y recto. Que sí, que en nada le crece, pero cada vez que lo miro...
D3. Nunca un post me había costado tanto de escribir como el anterior, el de la segunda parte de los Regalos de Papá Nöel y los Reyes Magos. Llegué a un punto en el que me sentía como metida en una bola de la que no sabía salir. Día tras día escribiendo y borrando. Diez días dedicados a un sólo post, que tenía que salir sí o sí antes de publicar otros. Nunca os habéis encontrado en esta situación? Se os ha atragantado alguna vez un post? Este por fin el viernes vio la luz.
Qué tal ha sido vuestra semana?
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