Las que conocemos de la vida de Carrie, transcurre en la maravillosa ciudad de New York pasados los 30 años de edad. Sus afortunadas y desafortunadas andanzas siempre nos han movido desde las carcajadas hasta el llanterío mismo, y es que todas, en alguna medida, nos sentimos Carrie. Todas queremos correr en los Manolo Blahnik por la ciudad, con trajes maravillosos, tener aventuras y desveturas con hombres guapos, escribir en una revista, tener un clóset lleno de ropa maravillosa y tres amigas en las que puedas confiar ciegamente. Pero a Carrie (y a nosotras también) le hacía falta algo, y ese era el verdadero y absoluto amor de Mr. Big.
Después de todo lo que ambos hicieron, estar con otras personas, intentar ser amigos, separarse, etc., etc. Porque finalmente, John, logra conectar con las necesidades de Carrie, con sus ideas, con sus reflexiones, con su estilo de vida, inseguro, alocado, descontrolado. Porque finalmente, John, deja de pensar en sí mismo para empezar a pensar en dos y porque ama a Carrie desde lo que es y no intenta cambiarla. Finalmente, nosotras, las mujeres queremos lo mismo que quieren los hombres, ¿vio?Cuántas veces, más allá de querer tener la vida de Carrie, nos hemos sentido como ella. Cuántas veces hemos tenido que dejar de ser nosotras mismas (muchas veces inconscientemente) por estar con un otro, cuántas veces nos hemos conformado con nuestras parejas y hemos decidido quedarnos ahí, porque nos creemos enamoradas. Cuántas veces, hemos cambiado nuestros planes, por la maldita palabra "ceder" antes las necesidades de tu pareja. La invitación, es a que no dejes de ser tú misma por estar con el otro. La invitación es a que te dejes querer sólo por aquel que es capaz de entenderte y valorarte desde lo que eres, no de lo que se supone que deberías ser para él. La invitación es a poner sobre la mesa tus necesidades y evalúes qué es lo más importante en tu vida. Quizás, en algún minuto, Big también quiera casarse contigo, entonces dejarás de buscar.