Ya estamos a unos pasos de que abran las convocatorias para la inscripción a secundaria. Los niños están muy nerviosos, todo el mundo habla de ello. Casi llega el momento de que los niños se despidan de sus compañeros, en el caso de Constanza, tendrá que despedirse de quienes compartieron con ella seis años de aventuras, aprendizaje, crecimiento y desarrollo. Ha llegado el momento de analizar las diversas opciones y elegir a qué secundaria deberá irse.
Una decisión no tan a la ligeraLos niños probablemente estén pensando que ellos quieren seguir viendo a sus amigos, así que quizá pidan ir a donde irá la mayoría de sus allegados.
Pero el director lo ha mencionado: -No dejen en manos de los jóvenes una decisión tan importante.
Y yo, que soy anti normas y anti educación tradicionalista, esta vez concuerdo con él. Podría parecer que el siguiente paso no es tan importante, muchos padres dicen que lo realmente importante es cuando llegan a nivel medio superior, pero ojo, la secundaria es únicamente el trampolín a este escalón. Es decir, los conocimientos y hábitos que adquieran durante esta trayectoria, les van a abrir o cerrar las puertas de una buena institución a nivel medio superior. Claro que si hay la solvencia para instituciones particulares y no se está pensando en las instituciones públicas, no habrá de que preocuparse, pero si se anhela pertenecer a alguna de las mejores instituciones públicas del país, entonces sí es momento de empezar a preparar terreno.
La secundaria es una etapa algo compleja, llena de cambios y desajustes para los chicos. Los cambios son por doquier, físicos, anímicos, emocionales, y en su entorno también. Y aunque es una etapa en la que debemos brindar todo nuestro apoyo y comprensión, también es el momento de fijar límites claros y adquirir y fortalecer buenos hábitos y disciplina.
Les voy a platicar nuestras experiencias personales y por qué creemos que la secundaria es algo muy importante. Algún aprendizaje hemos adquirido después de ser tres hermanas, dos que ya hemos terminado una carrera profesional y una que esta a meses de terminar.
Mi hermana mediana y yo entramos a una secundaria pública. Pienso yo que la disciplina fue relajada, y nosotros no fuimos claras en nuestras metas. Pasamos la secundaria, literalmente por pasar, no con las mejores calificaciones. El deseo de mis padres era que asistiéramos al politécnico y para sorpresa de todos, ambas logramos entrar. Sin embargo, gracias a los pocos hábitos de estudio y disciplina que traíamos, desertamos de un nivel tan exigente como el que tiene una vocacional. Ambas seguimos nuestro camino escolar en instituciones privadas.
Más tarde, mis padres decidieron que no querían repetir la fórmula con mi hermana menor, así que decidieron buscar una institución que tuviera un excelente nivel educativo. Mi hermana no logró entrar, así que mis padres buscaron las mismas cualidades pero en una secundaria privada.
Fueron años de trabajo arduo para mi hermana y finalmente también logro entrar a una vocacional. ¿La diferencia?No deserto, termino su vocacional y siguió sus estudios en la ESCA de Santo Tomás. Con un camino más disciplinado, logro seguir sus estudios sin desertar ni perder tiempo como mi otra hermana y yo.
Es verdad que “el que es perico donde quiera es verde” y mucho hay de cierto en que el alumno hace a la institución y no al revés, sin embargo es importante recordar que en una etapa tan vulnerable, como lo es la adolescencia, quizá sea bueno fijarnos que entorno queremos para que los chicos formen un carácter y una identidad. .
La escuela no va a resolver el futuro del alumno, si este de mano de sus padres no pone empeño y dedicación. Pero es probable que la escuela le ayude a forjar mejores hábitos y a desarrollar mejor ciertas habilidades.
Antes de elegir una secundaria, investiga lo que la institución ofrece, busca los semáforos educativos que son un referente del nivel educativo que tiene cada escuela. Averigua, pregunta y visita los planteles. No dejes esa decisión a la deriva. Platica con tu hijo lo importante que es que además de sentirse cómodo en una escuela, esta tenga un buen nivel educativo.