En segundo lugar, La ley en España favorece a los delincuentes «de esto no tengo la menor duda», la prueba la tenemos cuando oímos en los medios que hay delincuentes, y me da igual que sean «españoles o rumanos» o de cualquier otro país, que tienen sobre sus espaldas 20, 47 o 127 detenciones por delitos contra la propiedad privada y no han pasado ni una sola vez por la cárcel. Esta dejadez de nuestro sistema judicial para castigar ha producido un efecto llamada entre los delincuentes de medio mundo, que han encontrado en España un verdadero chollo a la hora de delinquir ya que si les pillan les sale muy barato. Así se comprende el aumento de los delitos contra la propiedad privada en los últimos años.
Muchas veces son Okupas profesionales, de tránsito o por necesidad, pero su comportamiento con el resto de vecinos suele ser muy agresivo. Crean muchos problemas y muy serios en las comunidades por donde pasan, incluso sicológicos por el ruido y las amenazas continuas que son sometidos los vecinos por estos indeseables. Las viviendas son enganchadas ilegalmente a los puntos de luz y de agua potable del resto del vecindario y los destrozos causados pueden sumar miles de euros en el inmobiliario y bienes de la comunidad como ascensores o telefonillos. Como no tienen llave, suelen destrozar en múltiples ocasiones la puerta de entrada al edificio e instalan antenas donde les da la gana sin respetar nada, ni a nadie y etc.
Dicho esto, yo también tengo una historia que contar: Como muchas personas mis padres, trabajando muy duro y pagando durante años una hipoteca consiguieron una vivienda propia. Con el tiempo y años de duro trabajo, consiguieron un terrenito donde construyeron una segunda vivienda, que se convertiría en el centro de reunión de la familia, sobre todo en los fines de semana y en el verano. Un día nos encontramos que un individuo saltado la valla y entrando por una ventana había ocupado nuestra vivienda, había cambiado las cerraduras de la puerta de la valla y de la casa, y no podíamos acceder a nuestra propiedad. Teníamos dos opciones, obligarlo a irse por la fuerza o recurrir a la ley”esto último fue nuestro gran error”, nos encontramos con que una vez el okupa esta dentro automáticamente adquiere unos derechos y NOSOTROS!!! legítimos propietarios, no podíamos entrar en nuestra propiedad. Esto era todo muy surrealista, ya que podíamos ser nosotros los detenidos al entrar en lo que era nuestro habiendo otra persona, incluso hoy día después de 12 o 13 años a un me cuesta asimilarlo. Nos buscamos un abogado, y nos dice -que lo mejor que podemos hacer es ofrecerle dinero para que se vaya-, “naturalmente nos negamos” pero aquí no acaba la cosa, nos advierte el abogado que tenemos que seguir pagando el agua, la luz, impuestos etc. ya que si no lo hacíamos podía ser el okupa el que nos denunciara a nosotros por acosarlo para que se fuera. Después de más de un año y a través de una inmobiliaria vendimos el chalet, les explicamos la historia del okupa y no les importó y nos deshicimos de lo que tanto nos había costado conseguir, por supuesto…perdiendo dinero. Para finalizar, yo me encuentro preso de un sistema que tiene que hacer cumplir la ley y no lo hace, también el sistema está preso de una minoría apoyado por grupos anticapitalistas radicales. Y unos políticos, abogados, jueces, fuerzas de seguridad, compañías eléctricas, de aguas y otros servicios, que están aterrorizados de que empiecen a acusarlos de racistas, insolidarios, de ir contra las minorías y contra las personas que están en riego de exclusión social y...nadie hace nada. Y tú a callar, porque si protestas te viene toda la opinión pública a darte de hostias. Creo hoy día en la justicia ¡¡NO!! lo que si tengo claro es que si me volviese a pasar, no volvería confiar en la justicia, actuaria como lo hacen ellos y recuperaría mi casa por las buenas o por las malas.