De profesional a microemprendedor

Publicado el 23 enero 2013 por Davidtorne @davidtorne

¿Soy un knowmad? ¿Estoy preparado para serlo? Me preguntaba leyendo el post de Chema Cepeda que os he enlazado. Una persona con una capacitación multidisciplinar que rompe el paradigma actual de fuerza de trabajo para una organización, para pasar a ser un componente que aporta su talento a distintos equipos. Un cambio de paradigma que ocupa mi tiempo de reflexión y de preparación. Los textos del Pigmalión son píldoras que a menudo remueven pensamientos y provocan reflexiones, en este caso todo lo que se refiere al futuro profesional, el empleo y cómo están cambiando las cosas en este ámbito.

Crisis en parte, las tecnologías de la información, el trabajo en red han creado una nueva realidad que hace que cualquiera pueda diseñar y vender sus servicios, su marca en todas partes. Acompáñame en unas reflexiones sobre el tema.

Imagen vía Daniel Y. Go bajo licencia Creative Commons

Más allá de la formación académica para desarrollar una profesión hay una serie de habilidades que yo -y gran parte de mi generación-  siempre había visto desde la distancia. Me refiero lo que se llama buscarse la vida, o venderse. Hasta hace poco consistía en crearte un currículum atractivo y prepararte para hacer frente a las entrevistas de trabajo. Ahora preparar el currículo consiste en formarte, poner en práctica lo aprendido, dándole visibilidad para que te conozcan. Ya no a los vecinos y las empresas cercanas, todo tu círculo de influencia profesional, aquí, en Pekín o en Medellín.

Trabajar tu marca personal, construir tu plataforma para difundir contenido y bagaje profesional en forma de blog o web, con extensión al 2.0, consolidar tu fama como experto… Son tareas que quedan lejos del viejo precepto de conseguir una buena formación para obtener una buena posición con el uso del apadrinamiento como la forma de networking más eficaz.

Hay algo más difícil que el hecho de encontrar tu segmento donde desarrollar tu actividad dentro de tu sector, adquirir conocimientos que complementen tus habilidades, o diseñar tu oferta de productos y servicios … Decidirse a dar el paso, cambiando la liga donde has jugado toda tu carrera profesional y pasarse al mundo autónomo. Este paso al vacio para algunos resulta más que difícil:

  • Significa salir del confort en el que estás establecido. Los que contamos con un trabajo estable no pensamos en ‘nuestro negocio’,  más bien en mejorar nuestra formación y especializarnos para seguir siendo atractivos para las empresas.
  • Actuar de forma diferente a la norma. En otras sociedades resulta normal dedicar parte de tu tiempo a una ocupación autogestionada para complementar tus ingresos, o buscar oportunidades para establecerse por cuenta propia. Hasta el día de hoy, aquí esto sólo sucedía cuando no había otro remedio.
  • El miedo al fracaso. Hemos convertido el miedo al error en un handicap insalvable, desplazando la participación en proyectos, la suma de ideas para objetivos con otras personas, o el hecho de probar algo nuevo, al área de peligro.
  • Administrar de forma diferente, tanto económicamente como a nivel de tiempo. No es lo mismo vivir con un sueldo a final de mes que con las remuneraciones obtenidas por objetivos, cobrando en intervalos mucho más amplios.

Todo suma, tenemos una falsa sensación de confort basada en unos estándares de otra época. A menudo me pregunto qué pasará el día que tenga que empezar de nuevo, fuera del confort de mi actual empresa. ¿Buscaré un nuevo puesto de trabajo, o intentaré crear uno? Probablemente muchos nos decantaremos por la segunda opción cuando llegue el momento, no por emprendedores sino por la falta de alternativas de calidad.

Es importante comprender que el futuro no es un punto distante que llegará un día u otro. El futuro es un estado a cierta distancia que se empieza a construir AHORA, desde el momento que pensamos volcándonos diseñar una visión donde queremos llegar, y trazamos un camino que empieza trabajando para conseguir unos objetivos inmediatos. Implementarlos y decidirte a dar el paso siempre será lo más duro. Hasta el momento, mi camino de progreso consiste en:

  • Aprende sobre los temas que te interesan, te gustan o que están relacionados con tu trabajo actual.
  • Elegir que es lo que te mueve. Muchos hablan de buscar una pasión, yo me decantaría más por buscar un nicho donde poder desplegar tu actividad.
  • Transmite, todo lo que aprendas y hagas en este microcosmos. Yo creé mi blog para hablar sobre TIC y posicionarme en la red, salté a la productividad para hablar de mi proceso de cambio.
  • Relaciónate con gente que busca lo mismo que tú. Para las redes o en persona, con expertos de tu especialidad o con los que buscan consejo. Intercambia opiniones información, intenta generar valor sin esperar nada a cambio.
  • Da tus primeros pasos. Ofrécete como solucionador de problemas, crea un pack de servicios que puedas ofrecer y espera la oportunidad.
  • De momento yo me quedo aquí aunque en un futuro…

Asumir una mayor responsabilidad en la gestión de la actividad profesional de uno mismo… una mayor carga te puede llevar a una mayor satisfacción y retribución. Vivir con un espíritu diferente donde la colaboración, el intercambio de información y la creación de valor a terceros forman parte del tuétano del nuevo profesional. Aprendamos, cambiamos de hábitos y de mentalidad para aprovechar nuestra oportunidad cuando ésta se presente.