El 16 de septiembre del 2018, Ignacio Camacho escribía el artículo “Sánchez o la estrategia de la simulación” en el que expresaba su impresión sobre el presidente del Gobierno: “Su grata sonrisa esconde un temperamento helado y pétreo. La lección del Padrino –‘nunca digas lo que piensas cuando hables con extraños’- la tiene grabada a fuego. La mañana en que salió llorando de su breve entrevista con Pedro Sánchez, en el último congreso federal del PSOE, Susana Díaz acabó de comprender el carácter del hombre que la había batido con el voto de las bases. Fue una reunión corta, seca, hosca, desagradable, en la que el recién elegido secretario general mostró a la presidenta andaluza su cara más agria y su resolución más tajante. Una versión afilada, desabrida, del ‘vae victis’ cesáreo tras la que Díaz se encerró a desahogarse en un lavabo y al salir, más o menos recompuesta, dio a los suyos la orden de retirarse”. Y, más adelante, se refería a la estrategia de su hermetismo intenso como “una de las dos características claves del jefe del Gobierno. La otra es su capacidad de simulación y de impostura, una doblez asentada en un hermetismo intenso. Nadie, ni siquiera sus ayudantes más estrechos, termina de saber por dónde romperá en cada momento una personalidad que bajo la grata sonrisa esconde un temperamento lobuno, helado, pétreo. Quizá sea el único político que ha logrado engañar al cazurro y desconfiado Rajoy, todo un récord. La lección del Padrino de Coppola a su hijo Sonny –‘nunca digas lo que piensas cuando hables de negocios (política) con extraños’- la lleva grabada a fuego. Su palabra sólo tiene el valor del instante concreto; la considera una herramienta táctica, un instrumento”. ¿Será por esto que su cara de tristeza o de alegría nunca muestra lo que, en el fondo, está pensando?
Pedro Sánchez, participando en un acto de precampaña el martes pasado en León, reclama “la movilización” porque, a su juicio, el PSOE “es el único que puede sumar más que las tres derechas”. Sánchez recuerda que “hay 8 millones de indecisos” que aún no saben qué van a votar y por este motivo pide “a aquellos que nunca han votado al PSOE que le den esa confianza”. Considera “absurdo” que el PP y C's diga que los socialistas “han pactado con independentistas” cuando, de no haberse llevado a cabo la moción de censura, “ellos serían los que habrían pactado con los independentistas”. Pedro Sánchez recuerda lo logrado por su Gobierno “en 10 meses y con 84 diputados” y enfatiza que el próximo 28 de abril “lo que se podría hacer, si le dan la confianza”, que es, precisamente, “lo que necesita este país”. Sánchez recuerda “muchas cosas” de las que pudieron hacer como la subida de pensiones, “sacar de la pobreza a 80.000 niños del país”, el permiso de paternidad de 8 semanas, que las trabajadoras de dependencia puedan cotizar o que los mayores de 52 años puedan acceder a una prestación por desempleo hasta que encuentren otro trabajo. Pero también “eliminar el copago” ante la negativa del PP y otras cosas como “reconocer el derecho a la eutanasia”. Sánchez adelanta que “modernizará” la educación y “acabará” con la Lomce que impuso el anterior Gobierno popular y reconocerá en la sanidad pública “la salud bucodental”. El actual presidente del Gobierno señala que no quiere un país en el que los jóvenes tengan que “elegir marcharse” y en el que los mayores deban optar entre “comer o pagar la factura de la luz”.
Manu Sánchez escribe en Público: “La preferencia de la dirección del PSOE es un acuerdo con Unidas Podemos si suman los escaños suficientes, y si el partido de Pablo Iglesias mantiene una actitud diferente a la del 2015, lo que algunos dirigentes no ven tan claro. Ciudadanos ha arrancado la campaña instalando un cordón sanitario contra el PSOE y poniéndose como objetivo político echar a Pedro Sánchez de La Moncloa. En un principio, era un veto sólo nacional, aunque ahora se ha extendido a posibles pactos en autonomías tras las elecciones del 26 de mayo, como ha ocurrido en Madrid, donde también se rechaza cualquier acuerdo con Ángel Gabilondo. En el PSOE, se entiende el veto de Rivera como una estrategia política para frenar el discurso del PP en el que imputa a Ciudadanos que pueda volver a pactar con el PSOE como lo hizo en 2015. Pero se considera que una vez se conozcan los resultados electorales ya se verá el escenario que queda en el Congreso”. “Nuestra propuesta para llegar a acuerdos va a ser nuestro programa electoral”, insiste Lastra. El PSOE no quiere hablar de pactos postelectorales, pero la preferencia de pactar con Ciudadanos antes de hacerlo con los independentistas, expresada por Ábalos, secretario de Organización del PSOE, en una entrevista en El Español, vuelve a colocar el debate en primera línea. La consigna oficial, expresada por la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, es que Pedro Sánchez está en condiciones de afrontar una investidura con acuerdos con todos los grupos de la Cámara, excepto con Vox, en función de su programa político. Y, entre esas posibilidades, sí se contempla pactar con Ciudadanos, si cambia la actitud que mantiene en campaña.
El próximo 23 de abril, Pedro Sánchez asistirá al debate de La Sexta, televisión privada de Atresmedia Corporación (empresa del Grupo Planeta), en el que también participará Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias, además del líder de Vox, Santiago Abascal (una fuerza política de extrema derecha que ni siquiera tiene representación parlamentaria). El PSOE ha esperado hasta el último momento para tomar la decisión. Será el único en televisión en el que concurrirán fuerzas políticas que presentan candidaturas en todas las provincias de nuestro país. No obstante, algunos miembros del núcleo duro del presidente prefieren que no participe en ese debate televisivo en el que se dará un altavoz a Abascal. Airear el temor a la extrema derecha es uno de los principales mensajes de la campaña del PSOE, que ve como un “riesgo real” que PP, Ciudadanos y la extrema derecha se hagan con el poder. La cadena pública había ofrecido un debate a cuatro el 22 de abril con los cuatro líderes de los principales partidos y un enfrentamiento a seis en el que estaban incluidos PNV y ERC, para el 16 de abril. RTVE tendrá ahora que decidir si mantiene la invitación o cancela la propuesta ante la ausencia del presidente. La decisión de Pedro Sánchez de escoger Atresmedia para acudir al debate electoral en lugar del planteado desde la televisión pública ha sido recibida con “incredulidad” en RTVE. La noticia ha provocado “sorpresa”, “decepción” e “incredulidad” en la Corporación. Fuentes de la dirección manifiestan su indignación ante el anuncio de que el presidente del Gobierno haya elegido una televisión privada para celebrar el único debate electoral al que asistirá, en lugar de la televisión pública, porque en TVE no se hubiera convocado a Vox.
El PSOE eligió 'Haz que pase', una frase inspirada en la película 'Titanic', como lema de campaña para las elecciones generales del 28 de abril, y desde Génova, que no tardaron en comparar la gestión de Pedro Sánchez con el “barco que se hunde”, lanzaron una réplica en las redes sociales con un vídeo en el que Sánchez aparece como Leonardo DiCaprio, abrazado al president Quim Torra, como Kate Winslet, en la mítica escena de los protagonistas. 'Haz que pase y no vuelva', replica el PP ante el lema del PSOE para las elecciones generales, inspirado, según Isabel Celaá en la película 'Titanic'. La elección de este eslogan sirvió a Génova para 'trolear' a los socialistas con este montaje también inspirado de la película, con sus protagonistas 'convertidos' en Pedro Sánchez y Quim Torra. El pasado 2 de abril, Pablo Casado aprovechó para criticar la gestión socialista por la elección del lema 'Haz que pase'. “Este Gobierno es el Titanic, un barco que se hunde, y pretenden que la orquesta siga sonando y que la paguemos todos: con decretazos electoralistas, mentiras sufragadas con un CIS politizado, y con una televisión pública al servicio de Ferraz”, señala el PP. El líder 'popular' afirma que, “si no queremos que eso pase, solo se puede apostar por el PP porque crea empleo, apuesta por la economía productiva, la sostenibilidad de las pensiones, la educación especial, una sanidad sin listas de espera, el prestigio internacional, la seguridad y, en definitiva, el futuro de España”.
Por encima de estos ataques del PP, el PSOE aspira a conformar un Gobierno “monocolor” tras las elecciones generales del 28 de abril. En rueda de prensa en el Palacio de Neptuno -la sede de Ferraz está en obras-, Ábalos se burla, ante los medios de comunicación, de la estrategia puesta en marcha por el PP, que apela a la triple alianza con Ciudadanos y Vox para gobernar, lo que demuestra, a su juicio, que ya renuncian a ser primera fuerza. “Por eso el PP plantea los pactos, la triple alianza de la derecha. Ni siquiera le da con dos”. Ábalos recuerda también el viraje ideológico de Ciudadanos, “que comenzaron definiéndose como socialdemócratas, para luego hacerse liberales y ahora ya ni eso, a juzgar por las ‘compañías’ que tienen”. E intenta contraponer el deseo de “integrar” que tiene el PSOE con la “cultura de la expulsión” que, a su juicio, practican PP y Ciudadanos, obsesionados, a su juicio, por echar a Pedro Sánchez de La Moncloa. El secretario de Organización ve a su partido “más movilizado que nunca” y con un “relato nítido” con el que presentarse a las elecciones, como representa el hecho de haber preparado unos Presupuestos para “restaurar muchas de las lesiones” que provocó la crisis y que se bloquearon por “intereses espurios”.
Pero, pese a la simpatía que Pedro Sánchez despierta en no pocas personalidades, también cuenta con críticas feroces. “Un rasgo podría lesionar la apuesta del juego preelectoral de Sánchez: la vibración de prepotencia que transmite, de que la partida es suya, de que lleva mano de naipes ganadores”, escribe José Antonio Zarzalejos bajo el título “La contracampaña de Sánchez y sus cinco claves”, en El Confidencial. “Le sonríen las encuestas a Sánchez. También lo hacían a los partidarios británicos que abogaban por mantenerse en la Unión Europea y no hubo sondeos que detectasen que Donald Trump vencería (en compromisarios, no en voto popular) a Hillary Clinton. En 2016, sin embargo, ganaron los 'brexiters' y los 'trumpistas'. Fueron el voto oculto (no detectado) y el ocultado (no manifestado) los que provocaron en unos la sorpresa y en otros el estupor. En España es preciso, por mera prudencia, dejar margen al acaecimiento de lo imprevisto el 28-A. Si los resultados fueran los que las encuestas proclaman, el PSOE y Sánchez ganarían las elecciones con comodidad, aunque resultase menos confortable formar Gobierno. Dicho lo cual, hay que apreciar la habilidad del presidente del Gobierno para moverse certeramente en la precampaña”.
En su artículo “Una campaña marciana: Sánchez y el increíble lema mutante”, aparecido en Público el 8 de abril, César Calderón comenta que, el cúmulo de errores estratégicos y tácticos de sus rivales es tan inconcebible y apabullante, que para que el PSOE gane las próximas elecciones con rotundidad, a Sánchez le basta con hacerse el muerto y no cometer demasiados errores no forzados en las próximas semanas. “Con una derecha partida en 3 trozos, en pelea permanente por las migajas del naufragio del Partido Popular, y con un Podemos empeñado en aburrir a su clientela a base de deserciones, duelos, purgas y destierros bastante incomprensibles para alguien que no se haya criado en el PCE o en la Lubianka, el PSOE tiene a su disposición a todo el electorado de centro-izquierda del país por primera vez desde la segunda victoria de Zapatero, sin que nadie además compita seriamente por él. Y no, Ciudadanos no está compitiendo por pescar el gigantesco y vacío de competidores océano azul de centro político, por alguna extraña razón que no alcanzo a comprender sigue empeñado en disputar a dentelladas con PP y Vox los escasos peces disponibles en el pequeño y ensangrentado mar de la derecha. Doctores tiene la iglesia. (…) Y, no contentos con esto, da la impresión de que un peligroso espíritu de victoria anticipada está invadiendo a cuadros, dirigentes y militantes socialistas, algo realmente sorprendente dados los antecedentes andaluces, de tal suerte que el motor de la campaña, a pesar de que se ha probado y suena bien, a tres semanas de ir a las urnas, no termina de arrancar, mientras que sus rivales -aún a base de errores- comienzan a llenar medios, redes y calles de sus colores y ocurrencias. Deben andarse con ojo los socialistas, porque entre una cosa y otra, especialmente la segunda y a pesar de que nadie va a discutir su victoria, lo de hacer gobierno no estará garantizado hasta que se cuenten voto y diputados, y si la campaña sigue realizando experimentos, prodigiosas mutaciones y bellas metamorfosis, pueden llegar a olvidarse de que deben llevar masivamente a las urnas a sus votantes, y que un votante despistado o demasiado seguro de la victoria de su partido, tiende a quedarse en su casa”.
Antonio Casero escribe, desde Menorca: “El Roto es genial. Con su humor podemos reírnos o expresar el dolor y la rabia por todas las cosas que nos rodean. Hay que reírse, siempre desconfiemos de todos esos que no son capaces de reírse ni de su sombra ni de la de los otros. Pienso que la risa es profundamente humana. Riéndonos, podemos ver tanto la grandeza como la miseria. Empezada la campaña, vemos miles de carteles y todo tipo de materiales impresos con esas caras retocadas con sonrisas, pero sin ningún contenido. No importa, no vale la pena el dar explicaciones y menos presentar programas. ¿Para qué? Si nadie lee ni escucha. Solo se dejan llevar por las rutinas de vivir en la comodidad y que sean los otros los que les saquen las castañas de su fuego… Es la hora de pensar -termina Antonio Casero en Faceboock- que hay medios y maneras para elegir a diputados y senadores que configuren un nuevo gobierno y que éste dé respuestas a los problemas y a las cosas que durante este tiempo han sido temas de tantos debates, de insultos, de ataques o de mentiras. Las alternativas para acabar con esas cosas que tanto hemos denunciado o criticado no están en esa derecha de las tres cabezas. Que no vuelvan ni en pinturas. Aunque tengo mis reparos, pienso votar, y seguiré apoyando a la izquierda plural”.
Hoy recordamos el 80 aniversario del final de la guerra civil. Uno de los mayores éxitos propagandísticos del franquismo fue insertar en el imaginario popular el binomio inseparable “República = Guerra Civil”, como si lo segundo fuera la consecuencia inexorable y fatal de lo primero. El mensaje estaba claro: si no hay república nunca habrá guerra, sin entrar en cuestionar que de por medio hubo un golpe de estado militar que desencadenó una guerra, cuyo final se cumple hoy. La bandera de la República volverá a izarse este 14 de abril en la explanada del Puerto de Cartagena, en homenaje a los valores republicanos de justicia y libertad y de reconocimiento a cuantas personas se comprometieron en su defensa. Un 80 aniversario que lo es también del inicio de la dictadura franquista en toda España, una etapa histórica que hay que recordar como elemento didáctico de las consecuencias de ideologías excluyentes y totalitarias, y del enorme valor de la democracia, la tolerancia y la justicia social, para afrontar el reto del presente y del futuro, desde el triunfo de la Verdad, la Justicia y la Reparación …y no desde el olvido.
Imágenes sorprendentes y fotomontajes:
Un año y diez meses más tarde, el 2 de junio de 2018, se convertía en el séptimo presidente del Gobierno de España.
“El proceso de consolidación de las mafias es similar en todas partes: primero se compra a los políticos y a los policías, después a los jueces, y al final, como todo el mundo quiere tener buena imagen, a los periodistas”. #LlibertatJulianAssange.
El humor de esta semana en la prensa: El Roto, Peridis, B. Vergara, J. R. Mora, Pat, Manel F., Malagón, Atxe, Ferranmartín…
Pep Roig, desde Mallorca: La clase evanescente, Cartelera, Desmadrados en busca del poder perdido, La desmadre patria, Ni si, ni no…
Los vídeos de esta semana:
El 29 de octubre del 2016, el exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se emocionaba hasta estar al borde de las lágrimas, al anunciar que renunciaba a su escaño en el Congreso de los Diputados para no desobedecer el mandato del Comité Federal, que decidía la abstención para dejar gobernar a Mariano Rajoy, y seguir siendo fiel a sus ideas.