En un artículo en “Última Hora”, Pep Roig, haciendo alusión a la canción de Quintín Cabera, se preguntaba la semana pasada de qué se reía Pablo Casado en estas elecciones cuya campaña acaba de empezar. “No es una sonrisa —comentaba—, ni causa de accidente. Es una mueca del rostro que seguramente precisa de sesión de masaje al término de la jornada para encajar en su sitio músculos y huesos de la cara y descanso del cerebro. Hay que estar a la par con Casado, del que ya son más reconocidos sus dientes que su rostro, de tanto enseñar los colmillos”. En cambio, de Rivera, del que hoy nos ocupamos, no sé si se puede decir lo mismo, porque nunca se sabe si ríe o simplemente saca a relucir sus dotes de sarcasmo. Aunque se pone muy serio y preocupado cuando habla de los malos, los independentistas catalanes.
La batalla entre el líder de Ciudadanos y el del PP, que pelean papeleta a papeleta, por sacar un voto más, se recrudeció el miércoles. Por mucho que Casado y Rivera admitan que se necesitan para sacar a Sánchez de La Moncloa y formar gobierno, la competición y hostilidades entre ambos llegó al límite, después de que Rivera pidiera a los populares que se comprometiesen a conformar un Gobierno de coalición con Ciudadanos si, tras los comicios, ambas fuerzas sumaban. La propuesta era un dardo envenenado porque en el partido de Rivera dieron por hecho que el pacto debía liderarlo “un partido moderno”, es decir, el suyo. Y ambos partidos se enzarzaron en una escalada de reproches sobre el supuesto compromiso de cada uno de ellos con el centro derecha. El líder del PP elogió al de C’s, ofreciéndole como posible candidato al ministerio de Exteriores en un gobierno comandado por él, una oferta muy cuestionada desde la formación naranja. Casado le recordó: “Creo que Albert Rivera sería un excelente ministro de Exteriores que llevaría mucho mejor la política contra las mentiras de México y contra la actuación de senadores franceses”. Y Albert Rivera, en el programa de Antena 3 “El Hormiguero”, entró al trapo en un tono no menos jocoso: “Hombre, siguiendo la broma, yo le podría ofrecer a Pablo Casado el ministerio de Universidades, pero no lo voy a hacer, no lo voy a decir”. Al día siguiente, Casado matizó: el 'naranja' sería mejor ministro que Josep Borrell y mejor ministro de cualquier otra cartera, pero también “mejor vicepresidente que Carmen Calvo”. Con esta nueva propuesta, ascendía a Rivera en el Ejecutivo, a pesar de que éste ya había rechazado su oferta y le había dejado un 'recadito' relacionado con el 'caso máster'.
José Alejandro Vara resume, desde Vozpópuli, lo acontecido entre PP y C’s. El PP siembra de dudas el territorio del posible acuerdo de Gobierno con Ciudadanos, en respuesta a la proposición de Rivera. “Votar a Ciudadanos es votar a un intermediario, como ya demostró Rivera al pactar con Sánchez”, asegura Javier Maroto, jefe de campaña del PP. “Cs no es un valor seguro, está lleno de contradicciones, como el hecho de presentar esta idea de coalición un día después de que se hayan publicado las coaliciones en el BOE y ya no se puedan concretar”, añade el vicesecretario de los populares. Maroto asegura que “la verdadera coalición la haremos con humildad con los votantes de Ciudadanos, porque el PP es el único valor seguro para echar a Sánchez. Si agrupamos el voto, el cambio será posible”. Desde Génova se descarta cualquier posibilidad de acuerdo con Ciudadanos. Se piensa que es una trampa, una maniobra por parte de Rivera porque le va mal en los sondeos. “La única forma de echar a Sánchez es aunar el voto”, afirma Maroto. Sin embargo, en Génova están muy satisfechos con esta operación naranja porque consideran que “nos ha centrado al menos tres puntos porque Rivera viene a decir que el centro es el PP, ya que no quiere pactar ni con socialistas ni con Vox”. Y la idea que difunden los dirigentes del PP es que “hay muchos votantes de Ciudadanos que se estarán preguntando si Rivera, que ya pactó con Sánchez, podrá hacerlo una segunda vez”. Tampoco Vox es un valor seguro, dice Maroto, porque anima a llevar armas por la calle y otros disparates. “Si, el 28-A, aunamos nuestro voto en torno a Casado se lograría el cambio y se hará frente a la nube negra de la economía que se avecina”. El jefe de campaña del PP afirma que ya se han hecho propuestas de ir juntos en Álava, por ejemplo, donde Ciudadanos y Vox se han negado, pese a que saben que no tienen posibilidad de sacar escaños y que favorecen a Bildu. La postura de Génova ante la proposición de Rivera se basa en que, en primer lugar, llega tarde, porque ya no hay posibilidad de concretar coaliciones y, en segundo lugar, que no cumple los objetivos que se propone, que es el de conseguir la concentración del voto, única vía para que se produzca un relevo en la Moncloa. No considera Maroto que la iniciativa de Ciudadanos sea muy seria. “Estas cosas no se hacen así, ha de concretarse en una reunión, en una negociación formal”, señala. “Y todo eso lo tendríamos que haber hecho antes de las elecciones”. Pero Rivera no ha intentado conversar sobre este asunto con Casado. “Las cosas no se hacen así, es una contradicción más de Cs, que dice una cosa y luego hace otra”.
En Ciudadanos ha calado la creencia de “la traición de Sánchez” y entienden que ningún voto de su partido debe ir a parar a respaldar al PSOE. Ante las críticas del bautizado 'pacto del abrazo' —en referencia al acuerdo firmado entre Sánchez y Rivera en marzo de 2016 que condujo a una investidura fallida (Podemos no la respaldó y el bloqueo político se perpetuó hasta la repetición electoral de junio)—, el partido naranja tiene claro que aquel PSOE no es el de ahora. En realidad, aseguran, basta con ver una imagen de los equipos negociadores para ver que las coincidencias son ya casi inexistentes. Está claro que los socialistas estarían más cómodos con Ciudadanos. Lo dijo el pasado domingo el propio secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, al asegurar que “es preferible siempre alguien que no cuestione la unidad de España”. La número dos del PSOE, Adriana Lastra, que asimismo se pronunció sobre el asunto pese a no suscribir las palabras de Ábalos como tal, tampoco descartó un pacto con Ciudadanos, dejando claro, eso sí, que las líneas rojas para su partido son el programa y el evidente veto a Vox. En la formación de Rivera reconocen que no sería fácil de explicar un no rotundo si existiera una suma suficiente entre ambos partidos y hubiera coincidencias programáticas con Sánchez (y obviamente una negativa taxativa de entendimiento con los grupos independentistas). En Ciudadanos son muchos los que siguen pensando que la línea roja siempre será permitir que Podemos llegue al Gobierno.
De pronto, Marcos de Quinto, exvicepresidente de Coca-Cola, con 61 años, acompaña al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, como 'número dos' de la lista de la formación naranja al Congreso de los Diputados por Madrid. Lo anuncia en un acto público en Toledo, donde participan Rivera, el cabeza de lista, Juan Carlos Girauta, y la candidata de Cs a la Presidencia de Castilla-La Mancha, Carmen Picazo. De Quinto asegura que dar el paso de entrar en política le da “un poco de vértigo” pero que lo hace “para arrimar el hombro y ayudar al país”. Sus razones para ir de la mano de Ciudadanos son que cree que es el partido “que de verdad lucha por la libertad”, el que defiende realmente “una España unida de ciudadanos libres e iguales”, y porque es una formación que aspira a “un país que no sea sectario, sino abierto y sin complejos”. Albert Rivera admite que “admira” a De Quinto, del que destaca su “capacidad intelectual, su valentía”, y asegura que “es innovador y ha roto todos los esquemas”, después de 36 años trabajando en Coca-Cola. Comenta que “España se merece ministros como él en el Gobierno”. Un nuevo Gobierno y un cambio que, a juicio de Rivera, necesita España sin Pedro Sánchez, que “está premiando a aquellos que han intentado dar un golpe de Estado” y que “se ha dedicado a ostentar el poder y no a ejercerlo”.
Seis meses antes, el exvicepresidente mundial de Coca Cola rechazaba la idea de que le fichara Ciudadanos porque “enrolarse en un partido supone renunciar a la independencia”. Marcos de Quinto declaraba abiertamente: “A mí me interesa la política, pero enrolarse en un partido supone renunciar a la independencia, y yo la valoro demasiado como para perderla. Más que los partidos me interesan las personas. Lo único que le puedo decir es que no soy del PP, aunque tengo amigos que lo son o han sido dirigentes importantes del PP y les respeto”. Hoy, el presidente de la formación naranja anuncia el fichaje del exvicepresidente mundial de Coca Cola como número dos en la lista por Madrid a las elecciones generales. Desde que abandonó su carrera como directivo, a principios de septiembre de 2018, Marcos de Quinto se muestra muy activo en la red social de Twitter, defendiendo postulados cercanos a Ciudadanos y atacando con especial virulencia a Unidos Podemos, a los partidos independentistas catalanes y al presidente Pedro Sánchez. Rodrigo Ponce de León, escribe sobre el mismo en Eldiario.es: “Alabado por su talento directivo, atacado por su verborrea, De Quinto es capaz, en una misma mañana en Twitter, de alabar a Margaret Thatcher y atacar posturas sectarias, de renegar de las banderas (‘menos colores y más razones, menos banderas y más maneras...’) de lanzar un ardid patriótico por ‘sentirse orgulloso de nuestra historia y de las gestas de nuestros antepasados’ o de señalar como una ‘reivindicación social justa’ al feminismo para luego matizar con que está en contra del ‘feminismo excluyente’ o que el machismo es un ‘problema doméstico’. A los sindicatos les sigue teniendo la misma beligerancia que hace años: ‘La sociedad cada día les da más la espalda por sectarios, parasitarios e inútiles’. Inconformista, ingenioso y seguro de sí mismo, para unos, arrogante, lenguaraz y prepotente, para otros, está por ver cómo el ex directivo de la multinacional, que asegura ‘sentir poco respeto por la jerarquía como expresión simple de que hay otro por encima’ o que ‘sin desobediencia no hay desarrollo’, se las arregla en las aquilatadas estrecheces de los argumentarios de un partido político”.
Pero volvamos al tema de Ciudadanos. Tras las “irregularidades cometidas” en las primarias de Castilla y León, los dirigentes de Cs solicitaron a la Comisión de Garantías y Valores del partido una auditoría externa que contribuyera a “demostrar la transparencia y garantía del sistema telemático empleado por el partido en las votaciones”. La Comisión de Garantías y Valores les responden con “evasivas” y “acreditaciones parciales de poco interés” para ellos, lo que confirmaría que “efectivamente no se han adoptado todos los mecanismos viables internamente dentro de un partido que se presume leal y transparente en el cumplimiento de sus obligaciones”, presumiendo una alteración de “la fiabilidad” con la que se emitieron los votos y perturbando así “el real recuento de las votaciones”. Tras un “análisis pormenorizado” de “las actuaciones reseñadas” y de “las evidencias que nos constatan”, el informe jurídico determina que “es clara la conducta delictiva”, al haberse “obstaculizado el leal funcionamiento del sistema telemático como objeto del delito, todo ello reconocido no solo en nuestra legislación sino recogido igualmente en la propia Convención sobre Ciberdelincuencia y en la Directiva 2013/40/UE de 12 de agosto”. “Estos determinados comportamientos han supuesto una amenaza por los riesgos que generan, haciéndose acreedoras de todo reproche penal…, estableciendo “las sanciones correspondientes en atención a la importancia de los daños causados, muy superiores a los posiblemente evaluables económicamente”, advierte el informe de Legal Orbis Abogados.
Tras las primarias, Ciudadanos recibió una decena de reclamaciones además de la de Francisco Igea, en Castilla y León, donde la denuncia del diputado acabó provocando que se invalidara la victoria de la exdirigente del PP, Silvia Clemente, para reconocerle a él como ganador. Esta es precisamente la única excepción que reconoce el partido como denuncia “formal” admitiendo también que llegó dentro del plazo reglamentario. Pero se sigue sin investigar y aclarar quién o quiénes fueron los responsables de que aparecieran esos votos de más. Una vez destapado este “error”, hubo otros afiliados presentados a otras primarias que reclaman a la Comisión de Garantías detalles de las votaciones al considerar que podría haber fraude o anomalías. Es el caso de Juan Carlos Bermejo, en la candidatura autonómica en Madrid, pero también en la de Castilla La Mancha, en la de Murcia y en la de Cantabria. Además, otros candidatos se unieron a esta solicitud de datos y aclaraciones, como en Aragón, en la alcaldía de Valencia, en las primarias de las generales de Cádiz, en las del cabildo insular de Gran Canaria, o por las candidaturas en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas. El partido dictamina en todos estos casos prácticamente lo mismo. Nada raro. Todo en orden, dando por válidos los resultados. Al final del informe, se advierte a los que han puesto en cuestión la limpieza de los procesos “que han podido crear una situación anómala y perjudicial para el partido” por lo que se les podría abrir un expediente disciplinario. Fuentes de la dirección del partido aseguran que, dado que a la Comisión de Garantías no llegó ninguna denuncia formal excepto la reclamación de Igea, no ha lugar a que los demás afiliados “recurran nada”. “Los demás solo solicitaron información y se les ha facilitado. Por lo tanto, no hay recurso posible”, afirman. Algunos de los candidatos que se han visto afectados por estos casos afirman que estudiarán los pasos a seguir ahora, sin cerrar ninguna puerta. Aunque lamentan que “por otros antecedentes, aquí el que discrepa, ya se sabe cómo acaba”.
El informe de valoración del despacho madrileño Legal Orbis Abogados –encargado por varios dirigentes de Ciudadanos– constata la vulneración de “todos los trámites legales” en las primarias de Cs, lo que podría suponer la “disolución” del partido naranja. “Es viable el pleito que se pretende iniciar” por parte de esos dirigentes de Cs “mediante la interposición de una querella con bastantes garantías de éxito”, concluye el informe. Dicho informe especifica que, en las primarias celebradas por Cs en diversas comunidades autónomas españolas, “se han vulnerado todos los trámites legales establecidos para el voto telemático, simulando y manipulando con engaño y temeridad el recuento y votación de los afiliados del partido”. Se insiste en que “la actuación llevada a cabo por las personas implicadas” en el caso supondría supuestos delitos de “falsedad documental, corrupción entre particulares, revelación de secretos” o “daños informáticos”, al haber perseguido supuestamente “conseguir un resultado a través de un sistema informático, obstaculizando de forma grave el real proceder de un sistema de votos en un partido político, simulando y falsificando el verdadero resultado electoral”. Supuestos delitos por los que, “conforme a la reforma del Código Penal operada en 2015 y en base a los artículos 31 bis y 33” de dicha norma, “un partido político, como persona jurídica con capacidad de responsabilidad penal, podrá ser condenado a su disolución”. Y se insiste en que se habría incurrido en una “responsabilidad penal”, tipificada por el artículo 31 bis del Código Penal, al haberse actuado “en nombre o por cuenta del partido político para intereses ajenos y de terceros”.
Enric Sopena recuerda el pasado 23 en ElPlural.com: “En donde en estos momentos más se masca la competición es entre el PP y VOX. En el ánimo de empatar al rival, Pablo Casado no ha dudado en fichar, además de a personajes conocidos por su participación en tertulias televisivas, a dos toreros; Miguel Abellán, que va en las listas por Madrid y Salvador Vega, por las de Málaga. Aún más, la número 2 por Segovia es Raquel Sanz, viuda del torero Víctor Barrio. Por no mencionar a Adolfo Suárez Illana, que no se sabe si estará en las listas de Madrid por hijo de expresidente o por torero. La intención clara del partido es pegarse con VOX por el voto de los aficionados a la tauromaquia. Su presidente, Santiago Abascal, ha fichado como número 3 para el Congreso por Barcelona al diestro Serafín Marín, que toreó la última corrida de la Monumental el 25 de septiembre de 2011, tras la prohibición del Parlament de celebrar corridas, que luego corregiría el Tribunal Constitucional. Y pesa mucho que VOX cuente, además, con el apoyo incondicional del sevillano Morante de la Puebla, una figura de relieve para los taurinos. En la semana del aniversario del gran referente del periodismo español, Mariano José de Larra, sus palabras recobran vigencia como si no hubieran pasado dos siglos: ‘... van a ver a un animal tan bueno como hostigado, que lidia con dos docenas de fieras disfrazadas de hombres...’. Si estos representantes son los que queremos para nuestro Congreso, apaga y vámonos. En este punto, Abascal y Casado protagonizan una especie de duelo al estilo de la letra con la que García Lorca inmortalizó el café de Chinitas, ya saben: ‘Soy más valiente que tú, más gitano y más torero’. Lamentable, sin duda”.
“Alberto Carlos, el de los ministros largos” titula en Público David Torres. Y sigue: “Albert Rivera empezó en esto de la política hace más de una década, en un cartel donde aparecía en pelota picada, una metáfora que indicaba varias direcciones a la vez, pero que daba demasiadas pistas. Quería decir que no tenía nada que ocultar y tampoco nada que ofrecer, salvo a sí mismo. Las manos que le tapaban las vergüenzas avisaban que Albert no era de derechas ni de izquierdas sino todo lo contrario, lo mismo que esos señores que, sentados en un bar de carretera, beben coñac Fundador mientras se declaran apolíticos con un palillo entre los dientes y debajo de una cabeza de toro. En principio Albert y Ciudadanos representaban un proyecto que no traía muchas ideas encima, excepto la de oponerse con todas sus fuerzas al nacionalismo catalán, principalmente mediante una botella de coñac Fundador, un palillo entre los dientes y una cabeza de toro. Después, poco a poco, esa desnudez adánica se fue cubriendo con diversas prendas, pantalones, corbatas, sombreros, corbatas y camisas, muchas camisas azules. La chaqueta de manga ancha es un clásico de su vestuario hasta el punto de que dentro de ella le cabe prácticamente cualquier cosa: pactos con la gente con la que nunca iba a pactar (de Vox al PSOE pasando por el PP y la ultraderecha irlandesa); un feminismo neoliberal desde el que explica a las mujeres pobres cómo vender sus hijos a las parejas de millonarios que no pueden tenerlos; una candidata a la alcaldía de Madrid multada por Hacienda y especialista en eludir el pago de impuestos; y unas primarias del partido con más irregularidades que los cimientos de la sede de Génova. Repasando otra vez la foto, se veía claramente que Albert no había engañado a nadie, que no tenía nada que esconder salvo el manubrio con la que nos la iba a meter doblada.
“Ahora -continúa David Torres-, gracias a un despiste del BOE, se ha descubierto que ni el nombre era de verdad, que Albert Rivera en realidad se llama Alberto Carlos Rivera, una revelación que ha llenado de intriga e inquietud a sus partidarios y de risas y palomitas a sus detractores. No se sabe todavía si lo de ‘Albert’ era un guiño al electorado de derechas catalán ni si lo de ‘Alberto Carlos’ no será un guiño al electorado de derechas venezolano. Se trata de un nombre compuesto de telenovela que remite inmediatamente a Roberto Carlos, un cantante brasileño de capa caída que quería ser civilizado como los animales y que ahora prefiere ser civilizado como Bolsonaro. Esto de cambiarse de nombre a dos días de la plena promoción puede ser algo muy peligroso: le ocurrió a Prince cuando modificó su apodo por un símbolo bisexual y no le permitieron entrar a un especial de Los Teleñecos que le habían dedicado porque el guardia de la puerta no encontraba el ideograma en un manual de tráfico. Pablo Casado, siempre atento a la jugada, ha aprovechado para proponerle como futuro ministro de Asuntos Exteriores recordando la facilidad con que Alberto Carlos, el artista anteriormente conocido como Albert Rivera, viajaba a Caracas a repartir abrazos. Si al menos se hubiera llamado Carlos Alberto, no habría dado lugar a estas confusiones. En breve corregirá su nombre otra vez para que sus votantes sepan a qué atenerse, pobrecillos”.
Fotomontajes e imágenes sorprendentes de esta última semana:El análisis más técnico y riguroso encontrado hasta el momento de la derecha en España.
Pablo Casado se lía, al situar Getxo en Guipúzcoa en lugar de Vizcaya... Vaya Nivel el del 'Licenciado'.
Los twitterosse cachondean del “masaje” de Pablo Motos a Albert Rivera, tras la tensión con Pablo Iglesias.
Ogni uomo è un'isola. (Cada hombre es una isla). Las aguas del Mediterráneo están llenas de ahogados pobres y vulnerables que Europa condena a morir sin piedad. Que no se vean, no significa que no existen. Sin testigos, no hay culpables. By Urka #FreeOpenArms Ayúdanos a seguir. Openarms.es
PP Fichajes. Con tanto fichaje frikazo y populista, algunos pretenden un Congreso variopinto.
El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, B. Vergara, J. R. Mora, Pat, Manel F., Pat, Puigbert, Ferrán Martín, Pedripol…
Era cuestión de tiempo.
Ciudadanos, la política útil.
Amarillo, y hablando catalán.
Pep Roig, desde Mallorca: Con cerebro basta, En busca del candidato perdido, Estrategia en contra, Segundas partes nunca fueron buenas, Hacia atrás, más valientes…
Los vídeos de esta semana:
Ciutadans con los aficionados en La Monumental de Barcelona: por la Libertad (26/09/2010)
Catorce meses más tarde, se publicaba El sueño frustrado de Albert Rivera [HUMOR].