— Ni hablar. Él es el que tiene la culpa, que nunca pone atención en lo que hace. —respondió la mujer. — Un momento —dijo el religioso. Nos pasamos la vida culpándonos los unos a los otros por cosas que no hemos hecho ya acabamos cargando un fardo que no nos pertenece. ¿Acaso no se os ha pasado por la cabeza que los ladrones son los verdaderos culpables del robo?
Paulo Coelho