Hace casi un mes, Annabel de La nave del bebé, me sorprendió con esto. No uno, ni dos, sino tres premios. Tres, ¡como mis Trastos! A saber: One Lovely Blog Award, Liebster Award y Best Blog. Apenas hacía un mes que me había decidido a abrir este blog. Aún andaba peleándome con Twitter y Facebook, aprendiendo esto de los widgets de WordPress, intentando entender las estadísticas de Madresfera…
Si os cuento la ilusión que me hacía, la sonrisilla en la cara que tuve el resto del día, me diréis que exagero, así que mejor no os lo cuento. Pero os lo imagináis, ¿verdad? Annabel es encantadora, sólo hay que leer un poquito su blog para darse cuenta. Ya la he enlazado desde aquí un par de veces. Seguro que os suena.
Recibir estos premios implica contar algunas cosas sobre mí. Que no haya contado ya por aquí, se entiende. Así que ahí voy.
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Me gustan los días de lluvia y los de niebla. Si no tengo que salir de casa, mucho mejor.
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Aunque mi color favorito es el amarillo, las rosas las prefiero rojas.
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Lo mío con el chocolate no es adicción ni obsesión. Es algo que va mucho más allá.
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Tengo un tatuaje.
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Me apasiona cocinar. Si es algo dulce, mejor que mejor.
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Me pirra la fotografía. Pero no soy buena fotógrafa.
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Un buen puzzle me ayuda a relajarme y a pensar.
Ahora ya sabéis algo más sobre mí. Lo que no sabéis es por qué he tardado casi un mes en otorgar estos premios. Pues por qué va a ser, porque antes he hecho mi lista de contras y pros
CONTRAS:
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Recién aterrizada en este mundo 2.0, aún no conocía muchos blogs. Seguía unos 5, muy conocidos, pero ninguno más. Quería conocer algunos más para poder escoger a cuáles pasarles el testigo.
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No tenía mucha idea de cómo funcionaba esto de los premios. Sí, vale, te los dan y te hace un montón de ilusión, pero luego ¿qué haces con ellos? ¿Hay reglas no escritas? ¿Hay que ponerlos en la página principal? ¿Hay que crear una página exprofeso para ellos? Miles de preguntas me asaltaron. Algunas tontas, lo sé.
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Se corre el riesgo que dar el premio a un blog al que ya se lo había dado previamente. Esto al principio casi me quitaba el sueño. Pero luego pensé que si los actores que ya tienen un Óscar o un Goya no renuncian al segundo y sucesivos por tener ya uno, ¿por qué no iba yo a darle estos premios a un blog aunque ya lo hubiera recibido antes?
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Como poca gente sabe que escribo este blog, no he podido compartir mi alegría con mucha gente. Me lo he tenido que callar y morderme la lengua. En varias ocasiones además.
PROS:
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Que te den un premio siempre gusta. Alimenta tu ego y el resto del día vas por la casa que ríete tú de Katharine Hepburn o Carmen Maura. Quienes, para quien no lo sepa, tienen 4 estatuillas, cada una en lo suyo.
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¿Se pueden dedicar? Espero que sí… yo se los dedico a mis 55 magníficos seguidores. Y a mi marido y a mis Trastos, por supuesto
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Doy los premios con la misma ilusión con la que los recibí.
Bueno, que no me enrollo más. ¿Queréis saber para qué fantásticos blogs van estos premios? Pues aquí están:
- Niños felices, niños buenos. Porque también tiene tres hijos, porque también son todos niños y porque me encanta su blog.
- En paro biológico. Porque su blog es un claro ejemplo de que, en esto de tener hijos, no existe el momento ideal. Y por nuestras charlas nocturnas en Twitter.
- ¡Mamá qué sabe! Porque se pueden decir las cosas más altas, pero no más claras. Y encima te hace pasar un buen rato.
- Mami a tope. Porque, aunque lo he descubierto hace poco, no puedo dejar de leerlo. Y porque su proyecto La princesa que besa es genial.
- La mamá imperfecta. Porque me río mucho con sus historias y, como ahora está en EE.UU., así voy pillando nota de lo que se cuece por ahí, no vaya a ser que al Tripadre lo manden para allá.
¡Enhorabuena!