DE REGINA A LLERENA, PASANDO POR MINA LA JAYONA Y LA ERMITA DEL ARA.
Nos ofrece la Fundación Caja Badajoz “conocer Extremadura”. Y hace muy bien, porque somos muy dados a admirar valores arqueológicos, naturales, monumentales… de los más variados rincones del mundo, y dejamos atrás los que tan a mano tenemos en Extremadura. Por eso, en mayo organizó una excursión a la extraordinaria Olivenza, atravesando luego en barco el Guadiana para visitar la portentosa fortificación alentejana de Juromenha; por eso, en septiembre iremos a la admirable villa de Alburquerque, pasando después a Ouguela, atravesando la raya/raia por otro paraje histórico; por eso, continuarán después otras visitas, y por eso, en junio hemos tomado la ruta Regina-Jayona-Virgen del Ara-Llerena, en una jornada inolvidable.
Hoy nos queda de aquello el esplendor de un paisaje mágico.Una falla horizontal increíble; unos procesos kársticos que dan lugar a juegos vistosos de estalactitas; túneles de altura humana en que aún brilla el metal; oasis fantásticos de verdor -a cielo abierto-, con flora “selvática” de higueras, sauces, madroños, adelfas, zarzas, madreselva, retama, jara, romero… tan compacta, de tan intenso verdor, que pareciera que hemos sido transportados a valles atlánticos; oquedades en que nos sumergimos y parece que estuviéramos en el inter de un cráter de volcán (me recordó uno de ellos: la profunda boca del Algar do Carvão, en la Ilha Terciera de las Azores). Los sonidos de aves (águilas, búhos, cigüeñas, estorninos, zorzales, aviones roqueros, herrerillos, mirlos…) nos reafirman en este ambiente de selva particular.