Dimos una vuelta por la zona centro, pero estabamos mas cansados que nada y no disfrutamos mucho de lo que íbamos viendo, la verdad sea dicha. De camino de vuelta al hotel, entramos en un centro comercial a comprar pan para cenar tranquilamente en la habitación del hotel, que mañana nos esperaba la última tirada.
Este ha sido un viaje para no olvidar, disfrutamos cada día como si fuera el último. Encantada estoy de haberlo compartido con todos vosotros.