De Rodillas (Venganza 1)
Malenka Ramos
Autoedición - Amazon (Próximamente Planeta)
262 páginas aprox (pero parecen más)
Sinopsis:
Dominic, como era poco popular en el instituto y Samara no le hacía caso, quince años después, convertido en un exitoso abogado, decide entrar en su casa y violarla. Será el inicio de una bonita historia de amor, llena de violaciones, humillaciones, zurras, insultos y todo eso tan romántico. Pero Dominic no está solo en sus inocentes aficiones. Bien dicen que Dios los cría y ellos se juntan…
Comentario:
La nefasta novela "50 sombras de Grey" y su incomprensible éxito pusieron de moda un tipo de historia caracterizado por el sexo "alternativo", con preferencia por el cliché de hombre dominante y frío con trauma y mujer sumisa que hace todo por amor (ya que el amor, según estas novelas, es lo más importante, más que la dignidad y que la autoestima). Pero esta novela, tomando el patrón archimanido, decide ir más allá y nos presenta una narración arcaica, retrógrada y machista, donde un acosador, Dominic, maltratador físico y psicológico, violador y torturador, se convierte en el protagonista, mientras la mujer, Samira, es una sumisa con medio cerebro, siendo generosa.
Bien es cierto que en el género rosa abundan los prototipos masculinos dominantes, chulescos, celosos, machistas y demás, pero es que aquí, se exacerba todo de un modo que llega a lo grotesco y risible (impagable cuando el perturbado la va a violar analmente y ella dice "no, no, que soy virgen de ahí..." ¡De ahí!). Aunque se supone que la versión que saldrá en julio publicada por Planeta (¡Sí, Planeta!) es más suave que la que yo he leído y se suprime la violación del primer capítulo, no deja de tratarse de un hombre con un pasamontañas que entra en tu casa, te ata a la cama y te amenaza y aterroriza. En la versión digital, la viola directamente y amenaza con más. Un buen principio para una novela erótica. ¡Me salen fluidos como a la prota solo de pensarlo!
No es la primera novela que narra torturas y violaciones, en efecto, pero el quid es cómo se cuenta y de parte de quién se pone el narrador... Si yo leo un relato donde todos los personajes piensan que eso es bueno y lo aceptan como tal, y no hay ni una sola opinión en el libro contradictoria con esto, ningún punto de vista que relativice el de los protagonistas, lógicamente voy a interpretar que la autora simpatiza con estos personajes o que se me está trasladando un cierto mensaje. Si tras una violación, humillaciones a todas horas, insultos y amenazas, una mujer se enamora de un hombre así tengo que concluir que ese libro es un insulto a las mujeres, e incluso a los hombres, por la imagen deplorable que se da de ellos.
Lo peor es la falta de justificación de las acciones. Que el violador decida, quince años después, vengarse de la chica que a los diecisiete lo despreció violándola y humillándola hasta extremos brutales me habla de un problema grave en la mente de ese hombre. Que ella tras la violación, o el allanamiento, en la versión light, no denuncie a la policía y encima se vaya enamorando de este sujeto perturbado, habla de otro problema mental si cabe más severo y de peor pronóstico. Así pues, diríase que se trata de una novela sobre enfermos mentales, que encima caen mal porque no son nada simpáticos y carecen por completo de sentido del humor. Ah, y se creen mejores que los demás, que viven "relaciones aburridas, monótonas y rutinarias", según la autora, y no saben lo que se están perdiendo siendo normales y no haciéndose daño entre sí.
La autora para hacer más suave todo esto (para “justificar”, en suma), nos dice que el prota "sufre mucho" con sus actos. Yo me pregunto por qué si sufre tanto no pide el tratamiento médico que un enfermo como él precisa. Para algo inventaron los antipsicóticos y los ansiolíticos.
Todas las mujeres que aparecen en la historia son sumisas "avant la lettre", y se dejan maltratar y mangonear, torturar y violar; todos los hombres que aparecen, pese a los fallidos intentos de la autora de insistir en lo buenos que son (lo dice pero no se ve nada de eso), son psicópatas, violadores, torturadores y personas incapaces de una relación sexual sin violencia.
La autora se ampara en que es "consentido" para evitar que la tachen de apóloga de la violencia de género. Hay una escena de tortura al final donde la autora utiliza la estratagema de dar a la víctima la opción de irse o seguir con las aberraciones, y como la sumisa descerebrada acepta quedarse, pues ahí tiene el camino expedito para todas los maltratos que se le ocurran... ¿Hasta que punto una enferma mental, como las descritas en esta obra, puede dar consentimiento? Es lo mismo que decir que una mujer maltratada da consentimiento a su pareja para que la sacuda porque como no denuncia y no reacciona... Vamos, que en este caso todos dirían que no, que la pobre mujer es que tiene la mente alienada y está tan asustada por el maltratador que no puede ni pensar en lo que le conviene. Sin embargo, cuando esto sucede en un marco sexual, todo vale, y el consentimiento es el argumento.
La novela carece de estructura, por lo demás. Se trata de escenas sueltas centradas en la violencia, sin casi partes de unión, y cuando las hay, como alguna elipsis, son realmente fallidas, denotándose un escaso dominio de los recursos literarios. Se intenta tapar la inexistencia de trama metiendo montones de personajes (iguales a los psicópatas principales) y cansinas escenas de sexo, por llamarlo de alguna manera, y tortura, que destacan por su falta de imaginación, ya que son todas iguales: él la humilla, ella protesta un poco, él le mete los deditos y ve que está húmeda y que en realidad lo desea porque es una perra guarra zorra, consuma la humillación o la violación diciendo que la "hace suya" (sí, eso tan antiguo), y ella tiene un orgasmo "devastador".
La falta de recursos se evidencia también en las poco creíbles coincidencias y casualidades que se saca de la manga la autora (increíble la forma que tiene Samara de averiguar quién es el enmascarado y la suerte que tiene de que justo entonces haya una reunión de antiguos algunos y él vaya), así como las pueriles formas de concluir los simulacros de subtramas que aparecen, y que no son sino relatos muy similares al principal intercalados en él y que no aportan gran cosa, salvo propiciar más escenas de sumisión-dominación. Especialmente ridícula la subtrama con Luis, el hermano perdido de Samara y su inexplicable odio hacia el padre. Aunque ahora que lo pienso, también es ridícula la subtrama con Sara y Mateo. Ahora que lo pienso de nuevo, es todo absurdo: que parece más que una novela un largo relato destinado supuestamente a ponerte cachonda, aunque la reacción normal al leerlo sea apretar bien los muslos y pegar el culo contra la pared, además de evitar a los abogados atractivos, exitosos y ricos, por si acaso...
Aunque se supone que esta "novela" la va a publicar Esencia, de Planeta, un sello de romántica, creo que no he leído nada más antirromántico en mi vida, incluso más anti sexual. Es el tipo de libro que podrían dar a leer a la gente para quitarle las ganas, a falta de bromuro. A mí me parece más encajable en Valdemar, en alguna colección de terror gore, o en Dolmen, en el género zombi, aunque muchos de los muertos vivientes tienen más luces que Samara, la heroína.
A pesar del intento de superarse en el tema de las parafilias, la autora cae a menudo en contradictorias y perturbadoras muestras de mojigataría y en blanduras impropias de las fustas de los torturadores. La prota, que no es precisamente virgen (no al menos del agujero convencional), se ruboriza y siente vergüenza por ponerse desnuda y en otras situaciones, pero no le afecta ser violada. Luis, que es un violento sádico (aunque la autora dice que es muy buena persona), siente remordimientos por acostarse con ella, ya que es su hermana (a la que ni conocía personalmente). La propia Samara se escandaliza al enterarse de que es su hermano y se enfada con Dominic, el violador, por haber organizado el tema, ¡pero cuando la viola y maltrata él, no le dice nada! ¡Eso le parece bien!
Por otra parte, de la protagonista no sabemos absolutamente nada, ni tampoco de qué la lleva a comportarse así, la razón de su falta de reacciones lógicas, cómo era antes, si ya apuntaba maneras de tonta, si fue por algún golpe en la cabeza o falta de oxígeno en el parto, etc. Parece un robot o una marioneta con relleno de paja en el cerebro.
La guinda del pastel está al final, con la gran escena de tortura a una sumisa rebelde, donde se cae en situaciones tan grotescas como llegar a decir que más sufría el Amo, un tal Roberto, al ver como le daban estopa, ya que la quiere muchísimo. Pobre Rober, me dan ganas de llorar solo de pensar en su sufrimiento... Y es que a veces las sumisas son tan obstinadas y se ponen tan tercas queriendo recibir lo suyo... (palabras de Robert en el libro).
Otro momento cumbre del final, de echar lágrimas y no precisamente de emoción, es cuando Dominic le pide matrimonio a Samara...
Habiendo leído por algún foro intervenciones de la autora, indignada por los comentarios a su obra, la cual, según ella, ha de leerse en su totalidad (cómo no, es trilogía), y a pesar de haberme costado Dios y ayuda terminar el primer tomo, he hojeado un poco del inicio del segundo para ver cómo evoluciona. Lo primero que se observa es que se hace algo más light o bien que ya estás tan estragada y con tanto callo del anterior que ya ni te afecta.
Lo segundo que el machismo sube a límites mucho más preocupantes, con la intervención de una domina, una tipa que tiene un sumiso, y que antes fue sumisa. Naturalmente, la interpretación de los habitantes de la casa de los horrores es que es una resentida al haber perdido a su amo, una amoral (jaaaaaaa) y todos la odian por su forma de vida, y desprecian al sumiso que la sirve, cuyo comportamiento no logran entender (sin embargo, si entienden ser ellos los amos y las mujeres las sumisas).
Dejé de leer cuando el supuesto sumiso se rebela contra la "arpía" y le da también y la viola (en esta novela "violación" es la palabra clave). Y es que a quién se le ocurre, mujeres mandando. ¡El mundo al revés!
En fin, que una persona para entretenerse escriba estas cosas, bueno, se puede entender, pero que una editorial como Planeta las publique... es la más clara demostración de la decadencia del sector en España, agonizante, suplicante por algún éxito de ventas, capaz de venderse al mejor postor con tal de sacar unos euros y no hundirse, cuando lo que van a lograr es lo contrario, hundirse más al difundir infraliteratura que ningún lector con un cierto nivel va a consumir. Perder a los lectores de verdad e ir muriendo poco a poco, así como el gusto por la literatura que aporta algo, porque este libro ni excita, que supongo es su propósito.
Ni que decir que la prosa es pobre, hay erratas, laísmos, leísmos y hasta palabras que significan cosas diferentes de lo que cree la autora. La ambientación brilla por su ausencia. No se sabe dónde transcurre la acción, ya que mezcla datos culturales que parecen norteamericanos con detalles españoles, como que la prota leía el SuperPop de adolescente. Tampoco hay grandes descripciones ni de lugares ni de personas.
Mucho van a tener que editar los de Planeta para sacar algo en limpio de esto… Bueno, si es que editan…
La novela, a pesar de todo, te deja con la intriga de saber: ¿Qué será lo próximo? ¿Un aficionado a la necrofilia, a la zoofilia, un pederasta traumatizado? ¿Sexo con ortigas? ¿Intercambio de mascotas? ¿Un club de niños fetichistas de Hello Kitty vestida de cuero?
Estoy en ascuas.
Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión.