De ronda por Ronda, la ciudad malagueña partida por un tajo de 100 metros

Por Acedera

   Ronda es sin duda uno de los pueblos más bonitos y visitados de toda Andalucía. No es para menos, su famoso Tajo atrae las miradas de todo el mundo, normal, ¿ quién no se queda enamorado contemplando la espectacular imagen del Puente Nuevo?..
...precisamente por vistas como esta, Ronda es para muchos el municipio más bonito no solo de Andalucía, sino de toda España. Pero bueno, como esto son palabras mayores, en vez de entrar en la discusión, os propongo dar una vuelta por esta bella localidad conmigo y luego ya juzgan ustedes mismos.
   Y para ello una buena idea es empezar la visita por la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Ronda.
¿Sabían que esta plaza está considerada la más antigua del país? para muchos la de Ronda es la cuna de la tauromaquia moderna, surgida en el siglo XVIII de la mano de ilustres del toreo, en especial de la familia Romero, con Pedro Romero (1.754-1.839) como principal figura. 
   Pedro Romero y su familia lograron elevar el arte del toreo, profesionalizando el mundo de los toros y favoreciendo los primeros estadios cerrados con entradas para sufragar los gastos. Pedro Romero fue quien inauguró esta plaza como principal exponente de la escuela rondeña, frente a la escuela sevillana que estaba representada por Pepe Hillo, su mayor rival en los ruedos y quien también estuvo en esa corrida inaugural.
   Hoy en día, en septiembre, se celebra todos los años en Ronda la Fiesta de Pedro Romero, imagínese la importancia que la localidad otorga al torero.
   En el siglo XX, hubo otra familia de toreros rondeños que volvieron a elevar el arte del toreo, me refiero a los Ordóñez, quienes, abanderados por Cayetano Ordoñez y su hijo Antonio Ordoñez (creador en 1.954 de las famosas corridas goyescas), despertaron el interés de figuras tales como Orson Welles o Ernest Hemingway, ambos representados con sendos bustos en el Paseo Blas Infante, junto a la plaza.

   Debajo del busto de Orson Welles se puede leer la famosa frase "un hombre no es de donde nace, sino de donde elige morir", y es que el director de películas como "Ciudadano Kane", tenía tanta pasión por España, su fiestas y los toros, que eligió que lo enterraran en Ronda, y así fue. Hoy en día sus cenizas descansan en un pozo en la finca "El Recreo de San Cayetano", propiedad actual de Fran y Cayetano Rivera (herencia de su abuelo Antonio Ordóñez, gran amigo de Orson Welles) y que por cierto se alquila como finca rural por unos 700€ la noche ¿les parece caro?.
   Por su parte, Ernest Hemingway, amigo también de Antonio Ordóñez, fue un gran apasionado de los toros, como reflejó en obras como "Fiesta" o "Muerte en la tarde". Por cierto, que el premio nobel también se alojó en "El Recreo de San Cayetano", al igual que otro nobel como Mario Vargas Llosa o artistas como Lola Flores o el actor Adrien Brody...al final va a ser un chollo alquilar la finca jaja.
   Como curiosidad los bustos de Welles y Hemingway miran a lados opuestos, y es que al parecer, ambos genios compartían su pasión por Ronda, pero mantenían una relación tormentosa, llegando incluso "volar sillas" entre ellos en alguna ocasión.
   Pero mejor nos vamos a centrar en las cosas que enamoraron a ambos, como las vistas desde Ronda, y para ello, lo mejor es acercarnos a uno de sus muchos miradores, como el Mirador de la Sevillana, con su espectacular balcón voladizo.
   Mucha gente piensa que este es el famoso "Balcón del Coño", llamado así por la expresión que sale de la boca de aquellos que se asoman por primera vez. En realidad, el original es un mirador situado algo más al norte en la Alameda del Tajo. No obstante no se preocupen porque "efecto" es el mismo en este jaja.
   Para sacar la foto de perfil del balcón y apreciar el sobrevuelo del mismo, deben bordear el Parador de Turismo camino hacia el Puente Nuevo, que es precisamente la ruta que seguimos, por el conocido como Paseo de Kazunori Yamauchi. 
   Y ustedes dirán, ¿y este señor quien es? pues ni más ni menos que el creador de famoso juego Gran Turismo, que incluyó a la ciudad en el GT6, y fue escogida además para su lanzamiento a nivel mundial.
   Desde luego debe ser un gran honor poner tu nombre a un paseo desde el que se puede divisar el falso "Balcón del Coño"... y también la peña popularmente conocida como la  "Picha del Moro" (perdonen ustedes como me está quedando el post, el cachondeo del pueblo no tiene fin) que es ese monolito de piedra que emerge cerca de la muralla medieval.

   Como curiosidad os contaré que el monolito está lleno de fósiles marinos de mioceno superior, prueba de que esta zona estuvo sumergida en el mar hace millones de años.
    Desde aquí no es posible divisar la Puerta del Viento de origen andalusí, pero sí que podemos ver las murallas medievales y el Arco del Cristo o Puerta de los Molinos, que era la entrada oeste a la antigua Medina.
   Pero si hay una vista que llama la atención desde el Paseo de Kazunori Yamauchi es esta.
   El Puente Nuevo, una obra maestra de ingeniería que tardó 34 años en hacerse realidad, del 1.759 al 1.793. Con una altura de 98 metros y 70 metros de longitud, esta obra maestra logró cumplir por fin el sueño de los rondeños de salvar el acantilado por su lado más elevado.
   En 1.735 ya habían intentaron sin éxito construir un puente que acabó desplomándose 5 años más tarde y matando a casi 50 personas. El problema fue que intentaron salvar el barranco con un puente de un solo arco, aún se puede observar los restos del arco en las paredes.
 Por suerte el actual Puente Nuevo (lo de nuevo ya es un decir porque tiene casi 230 años) sigue manteniendo el tipo perfectamente uniendo así la parte antigua y nueva de la ciudad.
   Una de las curiosidades del Puente Nuevo es su efecto mímesis con el acantilado, y es que para su construcción usaron material del fondo de la garganta, por lo que parece una extensión de las propias paredes naturales.
   El autor de semejante logro fue el arquitecto José Martín de Aldehuela, creador también de otro símbolo de la ciudad como es la Plaza de Toros (aunque realmente no está confirmado). Existe una leyenda según la cual Aldehuela, una vez acabada su obra decidió arrojarse desde lo alto de la misma ya que nunca podría superarla. Lo cierto es que el hombre no era tan pasional ni tan estúpido, y falleció de forma natural en 1.802.    Justo sobre el arco principal del Puente Nuevo, podemos ver una ventanita que da a una estancia oculta que en su momento fue una cárcel. Según cuenta, la ventanas no tenían barrotes...lo cual era una mayor tortura para los presos, quienes tenían la libertad a su alcance, pero claro, le faltaban las alas, pues los mismos pájaros vuelan por debajo del Puente. Posteriormente la habitación se convirtió en un mesón, y actualmente es un centro de interpretación del Puente Nuevo.
   Cruzamos el ahora el puente para verlo desde el otro lado, desde el conocido mirador de Aldehuela, al dado del Palacio del Congreso. Desde aquí podemos ver el Tajo de Ronda en todo su esplendor, casas colgantes, jardines colgantes, el Puente Viejo, la Casa de Rey Moro...sin duda un espectáculo para la vista.
   Dicen que en Ronda a veces llueve "parriba", y es que en los días tormentas, el viento sopla tan fuerte por el Tajo de 1oo metros excavado por el Guadalevín, que eleva el agua del fondo del barranco...¿será cierto?.
   Seguimos la ruta bajando hacia el casco antiguo por la calle Armiñán, y en seguida nos encontramos con esta preciosa placa de azulejos homenaje de Ronda a los Viajeros Románticos

   Con el auge del movimiento del romanticismo, la España del siglo XIX y principios del XX recibió numeroso escritores, poetas, y en general viajeros de todo tipo, que quedaron embrujado por la belleza de un país que contaba con lugares tan aislados y a la vez tan fascinantes como Ronda. Esta mezcla entre el bandolero, la maja serrana y el torero valiente, alimentaba la fantasía de muchos extranjeros que esperaban vivir en el sur de España la aventura de sus vidas, y a juzgar por sus escritos, muchos de ellos lo consiguieron. Esta placa viene a ser el homenaje de Ronda a los "influences" de siglos pasados.

   Continuamos nuestro recorrido ahora girando a la izquierda por la calle Tenorio, hasta encontrar la fachada de un palacete modernista de principios del siglo XX, la Casa Museo De San Juan Bosco.

   Este palacete construido por el arquitecto Santiago Sanguinetti, perteneció al ingeniero Don Francisco Granadino Pérez y a su esposa Doña Dolores Gómez Martínez quien, tras la muerte de Don Francisco, donó la casa a la Congregación Salesiana.
   Hoy en día, convertida en casa museo, la visita permite conocer cómo era un palacete modernista de la época, incluyendo mobiliario original, pero sobre todo sorprende el jardín ubicado al borde mismo del precipicio con unas vistas increíble del Puente Nuevo y de toda la Serranía de Ronda.
   Un consejo, si quieren una foto del puente desde este lado sin tener que andar mucho, visitar esta casa museo es una gran opción y por muy poco dinero (durante mi visita tan solo 2,50€).
   Pero si lo que quieren es acercarse lo más posible al símbolo rondeño, lo mejor es seguir bajando la calle Tenorio hasta la Plaza de María Auxiliadora, desde donde salen unas escaleras que os llevarán tan cerca como quieran del puente.
   Bajar no cuesta mucho, pero ojo que subir es otro cantar. Nosotros como íbamos con niñas de 6 años optamos por no bajar, sin embargo contábamos con un plan B para conseguir la ansiada postal rondeña, y que es mucho más cómodo con pequeños. Aunque decidimos ir a última hora de la tarde para tomar fotos del puente también iluminado, al final del post os lo cuento.
   Por el momento continuamos nuestro paseo hasta llegar al palacio más famoso de la ciudad, el Palacio de Mondragón, que alberga el Museo Municipal de Ronda.
   Se trata de un palacio del siglo XIV de origen andalusí, donde residió el rey benimerí Abd al Malik, hijo del sultán de Marruecos. Posteriormente el palacio pasó a manos de los gobernadores nazaríes dependiente del Reino de Granada, y, tras la conquista cristiana en 1.485, fue la residencia temporal de los Reyes Católicos...muchas historias hay en esos muros.
   Nosotros esta vez optamos por no entrar y continuamos nuestra ruta pasando por callejones estrechos que delatan su origen árabe.
   El objetivo era doble, por un lado las calles altas y estrechas protegen del calor estival, por el otro, en caso de invasión cristiana obliga a la caballería e infantería a entrar de uno en uno en barrios laberínticos, desde donde se les podía atacar desde las plantas superiores tirando todo tipo de objetos.
   Seguimos y al poco tiempo encontramos la Plaza Duquesa de Parcent, donde podemos encontrar la Iglesia Santa María la Mayor, construida sobre la que fuera la antigua mezquita del barrio árabe.
   Pocos restos queda de la época árabe, solo parte del mihrab situado en el edificio blanco que pueden ver a la izquierda del campanario, y que se salvó porque fue usado como casa del cura.
   Otra curiosidad de su fachada es la triple galería construida en el siglo XVII abierta a la plaza, antiguamente por aquí estaba la entrada principal a la iglesia, pero tras la caída de un rayo decidieron construir aquí una balconada ¿por qué?, pues porque esta plaza era la plaza principal de Ronda (de hecho sigue el Ayuntamiento de la ciudad) , aquí se celebraban corridas de toros y demás espectáculos, y el clero y nobleza querían tener una posición privilegiada para poder disfrutarlos.
   La iglesia es de varios estilos en su construcción, gótica, manierista, y si se fijan parece como si no la hubiesen querido acabar. Esto se debe a que existía un impuesto que grababa los edificios finalizados...pero claro, si todavía no lo está no te podían clavar....hecha la ley, hecha la trampa.
   De cualquier forma merece la pena visitarla por dentro, pero nosotros en esta ruta no nos vamos a detener dado que el objetivo es pasear y seguimos hasta la plaza de Abul Beka, de nuevo en la calle Almiñán, donde nos topamos con el singular minarete de San Sebastián.
   Datado en el siglo XIV, este minarete perteneció a una antigua mezquita ya desaparecida, y luego fue convertida en campanario de una iglesia de San Sebastián también desaparecida...pero la torre sigue ahí, dotando el espacio de un singular encanto a otra época.
   Continuamos paseando dirección a las murallas este de Ronda, y en poco tiempo llegamos a la placita donde se alza el Palacio Marques de Salvatierra.
   Este palacio, al igual que el minarete de San Sebastián o la Iglesia de Santa María la Mayor también está declarado Bien de Interés Cultural, y en su fachada barroca podemos ver cuatro figuras de influencia indiana.
   Como curiosidad los chicos están sacando la lengua, por el esfuerzo de sostener el peso del escudo de la familia Salvatierra, mientras que las chicas se tapan sus partes íntimas por vergüenza frente a los mirones que pasamos por la calle.
   Justo enfrente del palacio vemos una terraza que pertenece a otra casas más conocidas de Ronda, la Casa de Rey Moro, también declarada Bien de Interés Cultural. Sobre esta casa escribiré próximamente una reseña, así que continuamos nuestra ruta bajando por la cuesta de Santo Domingo disfrutando del paseo hasta el Puente Viejo.
   Por el camino pasamos por el Arco de Felipe V del siglo XVIII. Cuando se cayó el primer Puente Nuevo, la ciudad tuvo que renovar toda esta parte dado el incremento de personas y comercio que se vio obligado a transitar de nuevo por esta zona, como nosotros ahora.
   El río Guadalevín se ve superado por tres puentes en Ronda, el Puente Nuevo que ya conocen, el Puente Viejo que data de principios del siglo XVII, y el Puente Árabe que es del siglo XIV...(ahora se entiende mejor lo del nombre del Puente Nuevo a pesar de sus 230 años ¿verdad?).
   Y justo detrás del Puente Árabe vemos otro de los rincones maravillosos de la ciudad, los Baños Árabes del siglo XIII-XIV, unos de los mejores conservados de toda la península.
   Nos encontramos en barrio de San Miguel, en el extrarradio de la antigua medina andalusí de Ronda, y frente a nosotros se abre un yacimiento único cuyo sistema hidráulico de noria se ha conservado hasta hoy en día. En la actualidad un centro de interpretación muestra los orígenes de estas instalaciones y descubrimos que no es casualidad que los baños estuviesen situado junto al Puente Árabe, el único acceso a la ciudad en aquella época.
   Desde aquí además se observan perfectamente las murallas interiores defensivas de la ciudad, las murallas de Levante y la puerta de la Cijara (algo escorada a la izquierda de la siguiente imagen) una de las puertas mejor conservada y más antigua, dado que es original de época nazarí.
   Después de un rato, decidimos volver sobre nuestro paso subiendo hasta el puente viejo para descansar en un lugar idílico, los jardines de Cuenca, unos preciosos jardines situados en la cornisa del tajo de Ronda y que enamoran por su ingeniosa disposición escalonada.
   Por supuesto el nombre no es casual, y es que Ronda esta hermanda con la ciudad de Cuenca, con quien comparte algo más que su amor por "colgarse de las alturas".      El recorrido por el jardín abarcas unos 3.000 m2 y se extiende desde el Puente Viejo hasta "casi tocar" el Puente Nuevo, y si no tienes vértigo, te regala unas vistas inolvidable de algo único en el mundo, una ciudad partida en dos por un abismo de 100 metros.
   Estoy seguro de que poco tiene que envidar a los famosos jardines colgantes de Babilonia, además como broche de oro, los jardines ofrecen una panorámica del omnipresente puente de Aldehuela, pero esta vez visto desde el "otro lado". Será imposible no caer en la tentación de hacerse mil fotos y selfis en este lugar.
   Y hablando de fotos de postales, os comentaba que teníamos un plan B para conseguir la ansiada postal rondeña pero sin casarse demasiado. Para ello lo mejor es coger el coche y dirigirse al Mirador de la Hoya del Tajo, el camino da un poco de reparo, pero con cuidado es posible bajar con el coche (salvo que este sea muy bajo, entonces no lo recomiendo). La recompensa final...
   ...y si vais al atardecer...
   Espero que disfruten su visita a Ronda, os dejo ya con el mapa del recorrido.
 
   Hasta la próxima.