Dejamos Dublín, conduciendo un Golf con el volante en el otro lado, pero eso sí: que no falte la música. Lunasa a todo volumen.
La primera mañana de la ruta está llena de claros y oscuros. Una inglesa, la encargada de la empresa de alquiler de coches, nos intenta hacer una clavada típica, a base de idioma. Alguno estará pensando: "Esta no sabía con quien se la jugaba", pues sí, cierto :-). Tonterías aparte, nos hace perder tanto tiempo, que solo podemos ver la mitad de las cosas programadas, pero por suerte, lo que vemos merece la visita con creces.
Nada más montarnos en el coche, sigo las recomendaciones que me hicieron antes de viajar, para aquello de conducir por la izquierda. Concienciar a María de sus obligaciones para con mi tranquilidad al volante; manejo de las marchas con la izquierda, espejos, salir y entrar varias veces del coche para convencerte que este es el lado del volante (esto no lo conseguiré nunca). Cosas así, lo importante, me decían es ir pegadito a la raya del medio. Pero resulta, que vengo con un comodín en la manga: soy ambidiestro, mi lateralidad es nula. Incluso en España me ha costado mucho aprender a poner bien el intermitente y no el contrario. Así que todos aquellos problemas de conducir por la izquierda, para mí, se ven resumidos a adaptarme de las 6 marchas de mi coche a las 5 que tiene el que nos dan. Nada más, excepto lo dicho, más de una vez me montaré en el lado izquierdo y me preguntaré dónde está el volante.
Por la pérdida de tiempo, la mañana acaba en The Old Mellifont Abbey (County Louth), en Tullyallen, al noroeste de Drogheda, donde para nuestra sorpresa no hay absolutamente nadie, salvo la chica responsable del Centro de Interpretación.
The Old Mellifont Abbey fue fundada en el siglo X por San Malaquías de Armagh (sí, el mismo de las profecías sobre los papas), y fue un centro de culto y de estudios importante en su época y vino a sustituir al monasterio vecino de Monasterboice. "Después de la Batalla del Boyne fue abandonada y cayó en el olvido", reza en una placa descriptiva antes de entrar.
Su importancia se debe a que fue el primer centro cisterciense de Irlanda, la semilla de una gran cantidad de centros que se abrieron a partir de ese momento por todo el país.
Adornos vegetales en un capitel del lavabo del claustro de la abadía (S. XIV)
The Old Mellifont Abbey, Tullyallen (Co. Louth)
Los primeros monjes llegaron aquí desde Clairvaux (Francia) en el 1142, seguidos de un segundo grupo de monjes irlandeses. Las disputas entre ambos grupos hizo que parte del grupo francés abandonara la congregación y un tal Robert se puso al frente y a él se debe la mayor de la construcción del monasterio, pues también abandonó la congregación antes de que acabara y fuera consagrada en 1152.
Actualmente y en su mayoría, solo quedan ruinas, pero son suficientes para hacerse una idea de las dimensiones del lugar pues estas corresponden con los lugares donde había columnas y paredes. Lo que queda en pie, aunque también en ruinas son algunos arcos del claustro, el arco de entrada al monasterio, la sala capitular (actualmente en restauración y no visitable), un lienzo de pared de la iglesia y la estrella del lugar: el lavabo del S. XIV, único en su género, de planta octogonal y con arcos románicos, del que quedan en pie sólo cuatro paredes.
Lavabo de la Old Mellifont Abbey, situada en el interior del claustro y junto al refectorio.
The Old Mellifont Abbey, Tullyallen (Co. Louth)
Por eso me resulta sorprendente que no haya nadie, porque el lavabo es una obra de arte olvidada y es el motivo que me trae aquí, porque es, como he dicho, único en su género. Queda claro que fue añadida siglos después a la construcción original por la diferencia de tiempo. Al parecer existía en el centro del mismo una fuente en la que los monjes se lavaban las manos antes de entrar al refectorio. No tiene grandes ornamentos, la decoración de los capiteles es simple, con motivos vegetales, pero antiguamente tuvo que ser precioso.
Aproximación al aspecto que pudo haber tenido originalmente el lavabo octogonal.
The Old Mellifont Abbey, Tullyallen (Co. Louth)
Mellifont estaba marcada como parada recomendada camino a la Calzada de los Gigantes desde Dublín, junto a Monasterboice, que no podemos visitar dado el retraso que acumulamos. Lo del alquiler del coche tuvo como consecuencia que, en lugar de llegar esta mañana al centro de visitantes de Brú na Bóinne a las 9:00 de la mañana, lleguemos a las 11:30, lo que significa que, en lugar de visitar Newgrange a las 10:00, nos toca por acumulación de solicitudes hacer la visita a las 13:15.
Aunque Newgrange estaba señalada como visita prescindible, porque no había oído hablar del lugar hasta que no comenzamos a organizar el viaje, lo pusimos en primer lugar por ese motivo, sólo se puede visitar desde el centro de visitantes y en grupos muy reducidos, por eso se recomienda estar allí a primera hora de la mañana si quieres aprovechar el resto del día.
Me alegro, por el impacto que me causará el sitio, y a pesar del retraso, de haber decidido quedarme a ver Newgrange, en lugar de seguir dirección norte con el programa establecido.
Como digo, llegamos al Centro de Visitantes de Brú na Boinne alrededor de las 11:30. Este se encuentra en Donore (Co. Meath) y sólo a través de él puedes visitar los túmulos funerarios neolíticos de Newgrange y Knowth. Aquí es donde compramos la Heritage Ireland Card, por 21€ cada una, que tiene validez de un año y con la que podemos visitar la gran mayoría de monumentos, castillos, museos, etc. de todo el país (además de la guía de regalo que incluye todos los sitios visitables con ella).
Para mí, esto es una genialidad que facilita el turismo y de la que es responsable la OPW, Office of Public Works, algo así como el Ministerio de Fomento, que es quien se encarga de gestionar estos sitios, restaurarlos o mantenerlos en orden para que sean visitables. Para que te hagas una idea, basta para un sólo día que hagas 3-4 visitas es rentable esta tarjeta, solo la visita guiada a Newgrange y el centro de interpretación cuesta 6€. Echa cuentas, que todavía te queda un año para seguir usándola.
Praderas y bosquetes alrededor de Newgrange y mirando en dirección a Howth.
Brú na Bóinne, Donore (Co. Meath)
La primera parte de la visita, el Centro de Interpretación, ya es digna de mención. Es inmenso, todas las salas son amplias y tienen un torrente de información sobre la importancia arqueológia de la zona, sus antiguos moradores y sus costumbres. Aquí es donde comienza, para mí, a caerse el mito de los hombre de la edad de piedra, de los que construyeron los túmulos de Newgrange, Kwoth y Howth. No es que mi idea de ellos fuera la de los trogloditas torpes y peludos, pero desconocía con mucho muchas de las habilidades que tenían y que aquí se muestran. Los tejidos, las herramientas, las chozas... una infinidad de cosas en las que tenía una idea equivocada y errónea. Creo que más bien confusas.
La visita guiada a Newgrange afirmará aún más la idea que voy teniendo de la gran inteligencia que tenían estos antepasados irlandeses.
Hasta ahora no lo he explicado detenidamente: Brú na Bóinne, que significa "el palacio del Boyne" en irlandés, es el nombre que se le da al complejo arqueológico alrededor del río Boyne, formado por los túmulo funerarios de Newgrange, Knowth y Dowth, siendo visitables sólo los dos primeros (el tercero está todavía en fase de investigación y restauración). Forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1993.
Ahora viene lo bueno: fue construido 500 años antes que las pirámides de Gizeh y 1000 años antes que Stonehenge, o sea, que más o menos tiene unos 5000 años de antigüedad.
El más importante, de los 3 túmulos es Knowth, con casi 67 metros de diámetro y 12 metros de altura, aunque su importancia no está en su tamaño si no en que está rodeado de otros 17 pequeños túmulos de diferentes tamaños y cientos de losetas con grabados. Alrededor de él su actividad se ha sucedido durante miles de años: existen restos de la edad de bronce, celtas, medievales y los normandos incluso construyeron un castillo sobre él, que con el tiempo acabó convirtiéndose después en un salón de té, que a su vez fue destruido para que el túmulo volviera a tomar su forma original. En este lugar se han encontrado objetos y numerosas piedras grabadas del tipo de calendarios solares, lunares, etc.; y con espirales, muchas espirales.
Panorámica de Newgrange
Brú na Bóinne, Donore (Co. Meath)
Nuestra visita a fondo, y guiada, la hacemos en Newgrange, cuyo nombre procede del tiempo en que la parcela de terreno donde se encuentra servía de granja para los monjes de, precisamente, la abadía de Mellifont. Desde aquí se divisan los otros dos túmulos, no muy lejos y el Centro de Visitantes, y por supuesto todo el valle del Boyne. Hasta con mal tiempo las vistas te quitan el hipo.
Las dimensiones son mayores que las de Knowth, 80 metros de diámetro y 15 metros de altura. Rodeada por un cinturón de 97 piedras, la mayoría con grabados de zig-zag y espirales, a ras de suelo y de gran volumen, de unos 1000 años más nuevo que el túmulo original, y con una cubierta con una pradera haciendo las veces de techo exterior. Exteriormente lo único que se ve una fachada, que ocupa casi un 40% de la circunferencia del túmulo, hecha de piedras blancas con "incrustaciones" de cantos rodados.
Detalle de la fachada de Newgrange. Dándole uso al 50mm 1.4 de Abraham
Brú na Bóinne, Donore (Co. Meath)
Nos cuenta, casi todo lo que puede y antes de entrar por el pasadizo, la guía, Therese. Que fue necesario el trabajo de 300 personas durante 20 años para su construcción, que el pasillo mide 19 metros, que fue descubierto por casualidad semienterrado cuando se buscaban materiales para la construcción de una carretera, etc. Y luego, nos da un montón de pistas. Unas más sutiles que otras, para las que la asociación de ideas vendrá cuando salgamos al exterior.
Nos dice que de todo el cinturón de grandes piedras sólo 3 son de la construcción original: la que tapa la entrada al pasadizo, la que se encuentra tumbada frente a esta y otra más que está en la parte posterior del túmulo, enfrentada a la puerta principal.
También, que aquello no sólo es un enterramiento, que una utilidad añadida es la de marcar territorio con las tribus o clanes vecinos, además de la de atalaya de vigilancia por situarse donde se sitúa.
Nos pide que nos fijemos bien en la triple espiral de la roca que está frente a la entrada entre otras muchas cosas porque es de las más antiguas que se conocen. También por otro motivo: la espiral inferior, supuestamente, señala donde está Newgrange con respecto a los otros dos túmulos. También tenemos que fijarnos en el hueco que forma la fachada, el "mordisco", dice ella, de piedras negras interrumpiendo la fachada blanca. Nos pide además, que nos fijemos en el otro hueco, más pequeño, que hay justo encima del dintel de la entrada. Se nos acumula el trabajo, también tenemos que fijarnos en una piedra que tenemos a nuestro lado de unos 2 metros de altura, que nos fijemos en la línea recta que se forma la lado de la triple espiral, y que volvamos a mirar el hueco sobre el dintel. Y después de fijarnos en todo eso, nos dice que entremos dentro, indicándonos que el pasillo no es totalmente recto, que en su interior un par de losas de las que jalonan el corredor, pueden hacernos daño si no ponemos cuidado, tenemos que agacharnos al llegar al punto indicado, girarnos un poco y pasar casi de perfil.
Una vez dentro nos coloca a todos, uno por uno, formando un corro y dejando un hueco desde la entrada y vuelve a repetir algo que ha dicho fuera, totalmente prohibido fotos, móviles, vídeo, etc. Nada de nada.
La cámara funeraria en la que estamos tiene forma de cono, pero con una peculiaridad, sobresalen hacia el interior los extremos de los lanchones de piedra con la que ha sido construida, una sobre otra, sin argamasa ni nada por el estilo, claro. Después del murmullo general del grupo mirando hacia arriba mientras acaba de colocarnos, se alza la voz de Therese: "Estáis en una de la construcciones más seguras de Irlanda, si hubiera un diluvio universal de nuevo, aquí no entraría ni una sola gota, al menos no por el techo. Es totalmente impermeable" Y solo está hecho de los lanchones estratégicamente colocados unos sobre otros, cantos rodados sobre ellos y tierra. Si en ese momento se hubiera caído una piedra de aquellas, además de quedar muy mal Therese, yo me la hubiera tragado entera. No podía tener la boca más abierta mirando hacia arriba.
Nos explica que son los 3 huecos que hay en las paredes: los verdaderos enterramientos, de los cuales el que está de frente a la entrada es el principal y conserva la piedra del suelo. A ambos lados, igual que en el exterior y en el pasillo, espirales y zigzags.
Parte posterior de Newgrange
Brú na Bóinne, Donore (Co. Meath)
Apaga las luces, y comienza el espectáculo. El pasillo, mirando de dentro hacia afuera, está orientado al este. En realidad, no exactamente al este, está orientado al punto por donde sale el Sol en el solsticio de invierno. La piedra de casi 2 metros donde nos ha pedido que nos fijemos en todo fuera sigue esa orientación también, y por supuesto el hueco sobre el dintel toma ahora importancia, desde dentro solo puedes ver un trozo de cielo a través de él.
Cada año, en el amanecer de un día entre el 20 y el 23 de diciembre, la noche más larga del año da paso al día más corto. La oscuridad del pasillo de 19 metros no deja ver otra cosa salvo que el cielo se empieza a colorear a eso de las 8:45. Fuera, por el clima local y la situación de la colina, quizás empiecen a verse algunos rayos mientras que, puede que entre la niebla, el Boyne siga en su sitio. El Sol se levanta, dicen, acelerando su paso, hasta que a las 8:50, la sombra de la piedra de 2 metros se ha acortado lo suficiente como para dejar entrar los primeros rayos a través del hueco sobre el dintel. Mientras el Sol avanza fuera, los rayos van inundando el pasadizo en forma de mancha informe hasta que llegan a las 2 piedras mal colocadas. Eso pensaba yo, que se habían caído, que estaban mal puestas.
En ese punto la mancha informe de luz solar toma forma triangular, y avanza poco a poco, pero acelerando, igual que el sol, hacia nosotros. Durante 17 minutos avanza hasta que toca el centro de la cámara funeraria principal para desvanecerse instantes después.
Creo necesario recordar en este punto una cosa: 5000 mil años de antigüedad. Mi pregunta es fácil ¿Serías tú, hombre o mujer moderno/a que me lees posiblemente a miles de kilómetros de distancia de poner dos palos clavados en el suelo y alineados con el día más corto del año sin necesidad de un calendario? Yo, desde luego, no.
Bien, vamos sabiendo quién es más troglodita.
Newgrange
Brú na Bóinne, Donore (Co. Meath)
Ahora viene la asociación de ideas, la línea tangente a las espirales, casi en el centro de la piedra grabada del exterior. Esa es la que indica por donde va a salir el Sol. Sí, hace falta otro punto de referencia para formar la línea, se encuentra en la parte posterior del túmulo y la has visto, en otra roca grabada que tiene sólo dos espirales, pero que también tiene una línea recta bien marcada con el zig zag que la acompaña.
La triple espiral, ese pseudomapa, un trisquelion sospechoso de ser el más antiguo, grita más significados de los que tenía antes de entrar. Tiene una peculiaridad en la que no había prestado atención, es una triple espiral formada por una línea continua, nunca se acaba. Tomes la dirección que tomes, siempre acabas haciendo círculos cada vez más pequeños, hasta que cambia el sentido y los círculos cada vez son más grandes y ocurre lo contrario, cambia el sentido y los círculos son cada vez más pequeños.
Imagen del haz de luz en el solsticio de invierno
Fuente: Knowth.com
La luz entra en el túmulo para homenajear a los sepultados, es la idea básica del lugar, pero quizás demasiado básica.
Esa luz con forma de triángulo, que avanza poco a poco por el pasadizo, significa algo más, no tiene esa forma al azar porque se hayan descolocado dos piedras en medio del pasillo, ni pasa acariciando la triple espiral porque sí. Ese eterno girar, que siempre y de toda la vida, simboliza el eterno retorno, a la vida o a lo que sea. Y no está alineado con el amanecer de un día cualquiera. 20-21-22-23 de diciembre, nosotros necesitamos uno de esos 4 días para definir el día más corto del año y la noche más larga. Aquí, en este lugar, simplemente ese día, caiga en nuestro calendario el día que caiga, ocurre lo que tiene que ocurrir.
Parece claro, este día no es un punto estático en el calendario, a partir de hoy los días serán más largos y las noches más cortas. Ya puedes girar como quieras, que siempre acabas en un punto donde lo que menguaba comienza a crecer, y lo que crecía comienza a menguar.
Que la luz entre en el túmulo, para homenajear a los sepultados lo entiendo desde que entré o casi desde que decidí venir.
Lo que no me esperaba era que un lugar, además de la grata sorpresa elegido porque estaba de paso, me diera tal lección de humildad.
Si vienes a Irlanda, tienes que hacerle un círculo rojo bien grande a este sitio, aunque siento haberte destripado el final.
INDICE DEL VIAJE
SITIOS DE INTERÉS CERCANOS:
- Colina de Tara
- Monasterboice
- Castillo de Trim
- Castillo de Slane
- Armagh