De tapas en la confitería Reñé

Por Sentir @menjasa1

Viajar en el tiempo es uno de los sueños de la Humanidad desde hace siglos. Afortunadamente, en Barcelona existen aún algunos locales de rancio abolengo a los que conviene ir de vez en cuando para saber de dónde venimos. Otros, como la confitería Reñé se han reconvertido manteniendo la identidad de lo que fueron. Traspasar el umbral de esta fachada modernista de 1910 es entrar en otra época, aquella en la que las tiendas se diseñaban con materiales nobles pensados para sobrevivir al tiempo y a las modas. Y así, recia, se mantuvo la estética de la confitería estrella de la calle Consell de Cent hasta su transformación en bistró modernista de cocina fusión, con reminiscencias vintage y la categoría de la Barcelona burguesa de otros tiempos.

La barra sobre la que saborear el aperitivo está en la pared opuesta en la que se encontraba cuando ejercía de mostrador para despachar dulces, como atestigua una fotografía en ese blanco y negro de antaño, tan auténtico y tan gastado por el tiempo y las reproducciones de una memoria que sigue viva en las paredes, las lámparas y los muebles de este sugerente lugar que fue templo de la repostería más refinada. Un tabernáculo dulce que hoy nos ofrece tapas sugerentes para disfrutar de una velada en la que será fácil evadirse por el sumidero de la historia mientras contemplamos sus paredes de finas ilustraciones, las antiguas vajillas custodiadas en alacenas de trufas heladas y la colección de botellas que otean desde las modernistas estanterías de nobles maderas.

La carta del Reñé nos invita al tapeo reposado y la buena conversación. Desde el fondo del local, en la cocina, se afanan en mimar el crujiente de sus croquetas de ceps y la turgente textura de los chorizos a la sidra de Zapiain. La celeridad con la que preparan la tortilla de patata a la minute y las reminiscencias pasteleras que se intuyen en los huevos estrellados se compensan con la cremosidad del queso de cabra que reposa, envanecido, sobre los brotes de su ensalada con vinagreta de frutos secos, miel y Módena.

Pasa el tiempo y el romesco se cuela entre las hojas tiernas del corazón de alcachofa braseado imitando el sonrosado bronceado del crujiente pan con tomate barnizado de aceite de intenso sabor a Mediterráneo, a la espera de sus arroces o del pescado fresco que descansa sobre lecho helado igual que lo hacían las confituras de antaño en este rincón del Eixample.

Los postres son también una sorpresa, tributo al pasado dulce del local que nos acoge. Especialmente sugerente parece la reinvención de postre de payés con mouse de chocolate, sal y aceite; competencia directa del milhojas de crema que nos muestra las dos caras de la pastelería: la textura crujiente que oculta la crema que reblandece y endulza la parte baja del hojaldre glaseado que nos llega antes de la hora del café. Cerrando los ojos, volvemos a la confitería que fue y que aún aguarda.

Ficha técnica:

Restaurante: Reñé
Tipo de cocina: Bistró, tapas y cócteles
Dirección: Consell de Cent, 362

Precio medio: 30 – 45 €
Web: http://www.restaurantrene.com/
Horario: De lunes a viernes de 08.00 a 00.00 cocina ininterrumpida Sábados, domingos y festivos de 10.00 a 00.00 horas.
No es necesaria reserva

Propuestas similares

1902 Cafè Modernista: http://www.gruposagardi.com/marcas/41/1902/caf/modernista/
El Gran Café: http://www.restaurantelgrancafe.com/
Vivant: https://www.facebook.com/elvivant