Continuamos nuestra andadura por la calle Ramón y Cajal y la verdad es que entramos en un bar que estaba lleno, además parecía el típico bar de barrio, pero nos decepcionó bastante. Se trata del Bar Elena, nos cobraron 2,50 euros por la cerveza y de pincho nos pusieron unas patatas de bolsa y unas aceitunas.
Aunque sí lo que queréis es matar el hambre de verdad, os recomiendo que visitéis La Complutense se encuentra en la calle Encomienda, antes de llegar a la calle Libreros y la verdad es que las tapas son enormes. Nosotros nos comimos una de queso brie a la plancha y otra de pan tumaca con jamón que estaban bastante buenas y el tamaño era espectacular. Esto acompañado de dos cañas nos costó 5,40 euros.
Finalmente, paramos en el establecimiento Exit para que nuestra pequeñaja comiera algo dulce y la verdad es que las tapas fueron bastante normalitas, aunque la de anchoas y tomate estaba bastante buena, pero la bollería nos defraudo, ya que el muffin con chocolate de la niña estaba como una piedra.