Antes de acercarnos al centro de la localidad, en la avenida Rioja paramos en el bar Duke, ya que es famoso por sus patatas bravas y tengo que decir que me gustaron mucho tanto las patatas como el ambiente del establecimiento. Por supuesto, el precio es bastante más barato que en el centro, ya que por dos copas de cerveza y un platito de bravas nos cobraron menos de cinco euros. Las bravas están de lujo y nada más entrar si te fijas en su mostrador no puedes dejar de pedirlas, la salsa está deliciosa, ya que simplemente tienen un punto picante por lo que se pueden comer sin ningún problema, pero a la vez te deja ese regusto a picantillo. Te sirven una bandejita con pan y no dejas ni un solo cacho de lo ricas que están. Así que aunque no esté en el centro del tapeo de Haro os recomiendo que os acerquéis.
Justo antes de entrar en las calles que forman La Herradura, se encuentra el bar La Esquina. Es uno de nuestro preferidos de Haro, siempre que vamos paramos, nos encantan sus zapatillasy en este caso decidimos probar otras de sus especialidades como su tosta de jamón, setas con salsa riojana, que estaba deliciosa. También nos encantó el pimiento relleno de bacalao, que además estaba rebozado, pero no era nada aceitoso por lo que era muy sencillo comerlo. Lo que más nos decepcionaron fueron sus croquetas, aunque tampoco estaban malas del todo, pero para mi gusto los trozos de jamón demasiado grandes y la bechamel un poco espesa.