Estuve hace unos días en Valladolid y no podía dejar de descubrir los numerosos bares que tiene la ciudad y probar sus excelentes tapas. En este caso las tapas se pagan no es como en otros lugares como León o Granada, que te la sirven con la consumición, por lo que tenerlo en cuenta. Y como en todas las ciudades hay lugares con tapas más baratas y algo menos elaboradas y sitios con el precio más alto y pinchos algo más trabajados. En este caso os pongo un poco de las dos opciones, siempre teniendo en cuenta que realizo los viajes con un precio ajustado.
Voy a comenzar por uno de los lugares que más me gustaron y por un pincho excepcional, que lo recree ayer en el blog. Se trata del bar jamonería Sarmiento, que se encuentra en la calle Conde Ansúrez, 11. Es un local pequeño, pero muy acogedor y los pinchos y pulgas más demandados son los compuestos de jamón. Nosotros tal y como os comenté ayer pedimos dos pinchos de lacon y jamón con salsa holandesa que estaban de muerte. Además, allí podéis comprar embutido y queso, aunque os aconsejo que lo hagáis en otro lugar y os ahorraréis unos euros. Por las dos cañas y las dos tostas nos cobraron 6,80 euros.
El siguiente lugar que me gustaría destacar es La Taberna de Los Herreros, en la calle Calixto Fernández de la Torre, 4. Si pasáis por allí no dejéis de probar sus sartenes de huevos rotos están deliciosas y cuestan 4,5 euros y por un pequeños incremento podéis añadirle jamón, chorizo o torreznos. Además, te lo sirven en el momento, por lo que son muy eficaces y amables. También estuvimos probando sus pinchos y estaban deliciosos y rondan los 1, 5 euros probamos uno de cecina relleno de queso espectacular.
En el tercer puesto situaré a la Venta del Fraile en la zona de San Martín tiene muy buenos precios y es una excelente alternativa para tomar el vermú. Por seis euros degustamos una deliciosa jarra de sangría y unas picardías que son unas patatas presentadas de una forma bastante original. Además, probamos el huevo de fraile y el capricho de monja, cada uno por uno euros. El huevo de fraile es un huevo rebozado con bechamel, mientras que el capricho de monja se parece un poco a los preñaos de chorizo que se degustan en Asturias.
Si os gustan las croquetas no dejéis de visitar El Corcho, en la calle Correos número 2. Sus croquetas de jamón serrano son espectaculares con una bechamel muy fina y cuestan un euro cada una. Cerca de allí, se encuentra el bar Ceyjo, también es famoso por sus croquetas en este caso cuestan 1,10 euros y tiene cuatro variedades: jamón, huevo, gambas al ajillo y bacalao. La mejor fue la de huevo, aunque la verdad es que estaba bastante mejor la de El Corcho.
Uno de los bares más emblemáticos para tomar pinchos en Valladolid es El Jero, en la misma calle Correos que los dos anteriores. Tiene unos pinchos espectaculares que han ganado diversos premios, sin embargo a mí me pareció algo caro con respecto a los anteriores. Por una coca- cola, una caña y cuatro pinchos nos cobraron 14,30 euros. No es para ir todos los días, pero simplemente por ver la barra que tienen merecen la peña entrar, probé uno de champiñones que estaba delicioso.
Si lo que os gustan son las tostas, me encantó La Carcava, en la calle Cascajares. Cuestan 2,90 euros y tienes infinidad de tostas donde elegir, probamos una de queso roquefort con bacon que estaba deliciosa. Justo enfrente nos acercamos a otro local llamado Casa Pedro, ofrecen los pinchos a un euros y tres euros si lo acompaña con un vino, es un poco de batalla, pero para ir llenando el estómago puede valer.
Justo al lado del hotel donde nos hospedábamos se encontraba la Mejillonera, calle Héroes de Alcántara número 8. Tienen buenos precios, pero también es un poco de batalla, las bravas están ricas, aunque los mejillones no están muy allá.
Finalmente, no podía dejar de visitar en Valladolid, la cadena Lizarrán para los que habéis leído otros post como este sabéis que me encanta esta marca, porque considero que tienen una buena calidad precio y ya nos han sacado de más de una apura en alguna que otra ciudad. En Valladolid, creo que está muy bien orientado, ya que los pinchos suelen ser más caros en otras ciudades y por lo tanto estos establecimientos que tienen el precio más ajustado puede ser un acierto para los turistas.