“Gente, gentuza y gentecilla…”
Una vez alguien me dijo que no comentara nunca de qué trabajaba, y otra persona me comentó que nunca contrataría a un profesional que ha realizado trabajos de forma gratuita, eso indica: “poca profesionalidad”. Con ambos corté la relación básicamente, con el primero por qué si tanto le preocupaba aquello ¿por qué quería seguir intentando conocerme si “no soy lo suficientemente buena para él”? Francamente que trabajase en una empresa de teléfonos, y no precisamente de alto cargo, no es que me muestre que “lo suyo” es bueno y “lo mío” malo. Al segundo sinceramente… Es cierto, a todos nos gustaría trabajar de lo nuestro y cobrar, pero hay una cosa que es “si no tienes experiencia” no te contratamos, por lo que se convierte en un continuo pez que se muerde la cola. Y conozco a bastante gente que ha trabajado básicamente “gratis” en lo suyo porque no podían pagarle. No me sirve eso de “te vas a otro lado porque si eres bueno siempre tendrás trabajo”. Permíteme que me ría de ello, las cosas están tan perfectas que ahora es tan sencillo como decir “adiós”, ponerte a buscar y no encontrar nada. Y antes de que me repliquéis, a mi me han llegado cvs de ingenieros con 2 master y 3 idiomas que me quedé francamente asustada. Así que nadie me venga de “sabe lo todo” porque lo único que me demuestra es una inseguridad enorme…
Muchas personas son inseguras o no están satisfechas con su vida, porque es monótona, gris, y siempre se encuentra metida en una misma rutina desde por la mañana hasta la noche. Nunca le pasa nada interesante, y el trabajo es siempre lo mismo, pero le sirve para pagar facturas y sobrevivir que al fin y al cabo es lo que cuenta. Entonces conocen a otra persona, que digamos, no trabaja en lo que ellos catalogan como “algo bueno”, no tiene directamente trabajo o vive del paro, y empiezan a infravalorarla porque cuanto mas le infravaloran, mas se hincha su ego y por lo tanto su “falsa confianza”. Mientras te comenta lo maravillosa que es su vida, sonríen como pavos, cuando en realidad es que al llegar a su casa se sienten de nuevo vacíos. Tienen que hacerse demostrar que su vida vale para algo, y la única manera de conseguirlo es hundiendo a los demás.
Puede que sea verdad, tengo un trabajo que no es ninguna maravilla, pero me da dinero a fin de mes. De vez en cuando aparece trabajo de lo mío, me pagan poco pero me pagan algo. Y paralelamente trabajo en otro territorio, donde no me pagan pero me abre puertas… Cierto es que a veces me pregunto ¿puertas para qué? Pero también cierto es que estoy aprendiendo mucho y relacionándome con “personas de alto cargo”. Comparada con la vida de esos dos, vidas rutinarias, grises y vacías, prefiero la mía que tiene un poco mas de color y no necesito hundir, humillar ni infravalorar a nadie para sentir que mi vida tiene sentido. Porque ya la tiene.
Y otra cosa, con hombres como vosotros… Es normal que haya muchas mujeres solteras, porque ellas no necesitan estar a la sombra de nadie. Es mejor proyectar tu propia luz sin sombras directamente.