De Ucrania a España

Publicado el 02 marzo 2014 por Cronicasbarbaras

No hace ni dos semanas que el consejero de Presidencia y portavoz de la Generalidad barcelonesa, Francesc Homs, retó a los españoles, balanceándose al estilo mussoliniano, al advertirles que Cataluña sería una nueva Ucrania si no se obedecían las exigencias separatistas.

Por entonces el centro de Kiev, la capital de ese país poco más grande que España, y de población similar, estaba tomado por “luchadores de la libertad” anti rusos, entre ellos muchos ultraderechistas.

Destituido esta semana, el corrupto presidente electo del país, Víktor Yanukóvic, huyó a Rusia, donde recibió el apoyo del presidente Vladimir Putin, y desde donde proclama que sigue siendo el líder del país: ¿anuncia guerra civil?

Ucrania tiene algunas fronteras poco definidas. Sus nacionalistas reclaman tierras de las actuales Rusia y Bielorrusia: hay un expansionismo ucraniano, algo así como el de los Paisös Catalans de los secesionistas barceloneses.

Pero Ucrania, cuya historia es sumamente sangrienta, tiene además numeroso problemas étnico-culturales.

Entre ellos: casi el veinte por ciento de la población es de origen ruso, cuyo idioma es el primero para la cuarta parte de los ciudadanos, que tienen a gala haber luchado contra los nazis, aunque siguiendo a Stalin, mientras muchos ucranianos nacionalistas, héroes ahora, lo hacían a favor por odio a los comunistas.

Y en la zona más estratégica del país hay mayoría rusófila. Es la península, casi isla, de Crimea, entre los mares Negro y Azov, de extensión como Galicia, dos millones de habitantes, con Sebastopol, base militar rusa.

Y Yalta, la de las lujosas mansiones comunistas y la de los acuerdos en la II Guerra Mundial: lo que para la Generalidad barcelonesa sería como separar Lérida o Gerona del resto de Cataluña.

La anexión a Rusia es una posibilidad, por mucho que amenace a Putin, un oso hinchado, ese gato incapaz de sacar las uñas porque sólo maúlla, Barack Obama.

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