De un cristiano para su excelencia Obiang

Publicado el 15 diciembre 2013 por Javier Flores Letelier

Querida excelencia, soy ecutoguineano de nacimiento pero debido a mi larga ausencia en el país, no me consideraría como un buen conocedor de la cultura ecuatoguineana, sino que me clasificaría como ecuatoguineano por derecho de nacimiento. No soy patriota ya que no soy un individuo que derramaría sangre por un país, ni religioso ya que no estoy aferrado a ninguna doctrina. Más bien me identifico como un simple cristiano, porque creo en Cristo y sus enseñanzas ya que fue un hombre libre y como tal, juzgarte sin conocerte es condenarme a mí mismo.

Las personas nunca llegamos a saber quiénes somos hasta que nos llega la muerte, y precisamente cuando llega, uno se da cuenta de los frutos que ha estado sembrando a lo largo de la vida. Al ser presidente de una nación, ejerces un cargo público, de modo que los ecuatoguineanos tienen derecho a estar en conocimiento de tus actos públicos ya que eres el encargado en administrar los bienes de la misma. A estas altura se te acusa de muchos actos inhumanos a todos los niveles internacional y nacional. Deberías tener miedo a Dios y arrepentirte por tus actos por el afán de hacerte con todo el poder y la total manipulación al pueblo ecuatoguineano para que te adore.

No eres un Dios y nunca lo serás, tu nacimiento y muerte fueron escritos al igual que los míos y los de cualquier otra persona, incluso el Diablo tiene su fin escrito. Debes saber que todo lo que se te ha dado te lo quitarán y serás juzgado de acuerdo a como has administrado lo que te fue otorgado, parte de ello, es la nación ecuatoguineana, yo creo que es tiempo que empieces a reflexionar sobre todo por su avanzada edad porque será imposible que tengas al pueblo ecuatoguineano eternamente sujeto a TU autoridad.

Treinta y cuatro años son más que suficiente para demostrar tu capacidad y caridad al servicio de nuestra nación. Arrepiéntete y permita que el pueblo te perdone, a que sea tarde y que tenga que juzgarte. Señor Obiang, ¿por qué insistes en seguir manipulando, engañar y controlar a tus compatriotas usando el dinero como máxima tentación? Deseo dedicarte este texto bíblico, si te identificas en este verso, ¡arrepiéntete!

Hijo mío, si los pecadores quieren engañarte, no vayas con ellos. Éstos te dirán: «¡Ven con nosotros! Acechemos a algún inocente y démonos el gusto de matar a algún incauto; traguémonos a alguien vivo, como se traga el *sepulcro a la *gente; devorémoslo entero, como devora la fosa a los muertos. Obtendremos toda clase de riquezas; con el botín llenaremos nuestras casas. Comparte tu suerte con nosotros, y compartiremos contigo lo que obtengamos.» ¡Pero no te dejes llevar por ellos, hijo mío! ¡Apártate de sus senderos! Pues corren presurosos a hacer lo malo; ¡tienen prisa por derramar sangre! De nada sirve tender la red a la vista de todos los pájaros, pero aquéllos acechan su propia vida y acabarán por destruirse a sí mismos. Así terminan los que van tras ganancias mal habidas; por éstas perderán la vida. Proverbios 1: 8-19

Tener miedo significa condenarse a muerte, y tengo la certeza de que su gobierno está muerto ya que tu infringes miedo sobre tus subordinados, que es la cultura del dedo. En la cultura del dedo no existe el respeto, la autonomía, no existe autoestima, ni seguridad. Tu propio orgullo te matará si no cesas, de modo que, no insistas en destruir tu espíritu.

Señor Obiang, el mundo entero sabe que estás haciendo propaganda con el único objetivo de obtener amor, prestigio y reconocimiento, pero ya estamos en siglo 21, las cosas han cambiado. Esas estrategias opacas ya no funcionan, El mundo está más informado debido a la tecnología, conoce tus actividades y sabe las dos caras que intentas representar.

El amor no se compra, Mandela no pagó para que fuese reconocido, se hizo reconocer a través de sus valores humanos, al contrario de lo que usted hace, hacerte reconocer a través de valores pocos humanos, pero yo creo que Dios te creo para ser una persona mejor de lo que actualmente representas y puedes cambiar. Reflexiona, piensa y se consciente de las decisiones que tomas respecto al bienestar del pueblo guineano, ¡alimenta al León antes de que te coma a ti!. No dejes que toda tu familia arrastre todo el peso de ser participe en la irresponsabilidad de cuidar y proteger una nación. No dejes que tengan que avergonzarse de sus apellidos cuando no estés presente, al igual que se esconden familiares de tiranías ya caídas.

Que Dios te bendiga.

El Estudiante anónimo