Gildas, que estaba en oración, fue al lugar del hecho e invocando a Dios, lanzó un puñado de tierra contra el castillo de Conomor, que se derrumbó al instante, quedando este mal herido. Luego Gildas tomó la cabeza de Trifina, la puso sobre sus hombros, la bendijo y ella volvió a la vida (!), quedándole para siempre la cicatriz en el cuello. Trifina quiso irse con Gildas a su monasterio de Rhuys, pero este no la aceptó, recomendándole que volviera a casa de sus padres y cuidara a su hijo. Ella lo hizo y cuando nació el niño, le llamó Gildas, aunque por sobrenombre le llamaban "Tremeur" (el victorioso). Cuando era aún pequeño, Trifina lo llevó al monasterio de Gildas, y ella misma ingresó en un monasterio de monjas.
Tremeur creció y fue un joven muy aplicado. Cuando tenía 15 años tomó el hábito monástico. Pero un día en que daba un paseo se encontró con Conomor, su padre, el cual, al enterarse de quien era, sacó una espada y le cortó la cabeza. Tremeur entonces tomó su cabeza y echó a andar hasta Broons, Côtes-du-Nord, donde cayó definitivamente y se le sepultó. En el sitio donde se le enterró se venera una pequeña parte de sus reliquias. Otra parte se veneraba en París, pero en la Revolución Francesa fueron dispersadas. Se le invoca contra las lesiones y heridas mortales. Es conocido entre los "santos cefalóforos".
A 21 de julio además se celebra a
San Víctor de Marsella, soldado mártir.
San Daniel, Profeta.