¿Quién no se ha preguntado alguna vez "qué tiene esta persona que me siento tan bien después de estar con ella"? Con la misma intensidad notamos a veces que otras personas nos dejan agotados. Y ahí entramos en la reflexión que me lleva a hacer este comentario de hoy: las personas Vampiro y las personas Transfusión. También me da por llamarles personas Recargantes y personas Descargantes. Son seres que te recargan la energía o que te la absorben. Creo que en este punto, aunque sólo sea por comparación, ya debéis saber quienes son de cada grupo. Y en ocasiones no tiene que ver con la bondad o maldad de la persona, es más una característica independiente. He conocido personas Vampiro de buen corazón, aunque es más común que las personas que te cargan las baterías sean los generosos y cariñosos. Debe de ser una cuestión de energías, de polaridad o de algún factor difícil de definir, pero lo cierto es que las personas Vampiro por mucho que se empeñen en empujarte o en proponerte ideas, sólo consiguen chuparte las energías y dejarte agotado.
Me quedo con los seres recargantes, esas personas que, ya sea con su actitud vital o con su comportamiento, son capaces de cargarte las pilas y sentir que su compañía te da vitalidad. Doy gracias por haber tenido a mi lado amigos que me han hecho resurgir y afrontar retos que ni yo mismo era consciente de que podía realizar. Esos han sido mi revulsivo, los que han conseguido con sus conversaciones, su compañía, sus palabras o sus oídos, recargar mis energías día a día. Esas personas son tan valiosas que los busco, intento cuidarlos y los disfruto cada minuto, cada segundo que vivo con ellos.
Yo no creo en los gafes, pero quizá los seres Vampiro pueden llegar a provocar situaciones gafe cuando descargan tanto a los demás que la energía se convierte en negativa. No es nada producente estar rodeado de negatividad.
Quizá un psicólogo pueda establecer causas-efectos en la mentalidad humana, pero yo, como un simple viajero, sólo sé hablar de mis sensaciones.