Por Javier Silvestre
Hace apenas dos meses que Marina, antes conocida como Marina and the Diamonds, lanzó su último trabajo discográfico, ‘Love + Fear‘. Sin embargo, parece que a estas alturas el disco está más que acabado y da la sensación de que su promoción comenzó hace décadas, a pesar de ser un disco de comeback después de cuatro años de sequía musical.
La percepción de muchos es que este trabajo no solo es el peor disco de la autora, sino un disco bastante malo, lo cual la ha llevado a obtener unas ventas bastante pobres. Por eso hoy quiero analizar el disco y ver si de verdad este ‘Love + Fear‘ es tan malo como la gente dice. Pero para empezar, hay que aclarar unas cuantas cosas:
‘Love + Fear’ se presentaba como un disco doble, publicado 4 años después de ‘Froot,’ su anterior trabajo discográfico, que sonaba bastante más elegante, alternativo y retro. Pero Marina, sintiendo que ya había hecho todo lo que tenía que hacer, se retiró de la música, cayó en una depresión porque no sabía cuál era su nuevo rumbo ni el sentido de la vida y no empezó a ver la luz hasta que comenzó la carrera de psicología.
Esta disciplina ha sido clave para Marina, pues estudiar a la psicóloga Elisabeth Kubler le ha otorgado los pilares sobre los que edificar este disco, pues la psicóloga indica que todos los sentimientos provienen del amor o del odio, que es de lo que trata el álbum.
Así, Marina, en un momento en el que afirma estar bastante tranquila y centrada, retoma su camino en la industria musical desde la serenidad. Para ello, vuelve acompañada de este trabajo discográfico en el que pretende ser directa, sonar a pop contemporáneo y llegar a la mayor cantidad de gente posible. Sin embargo, parece que algo se le ha perdido por el camino, pues en estos meses no han parado de lloverle críticas.
¿QUÉ SE LE HA CRITICADO?
En primer lugar, a Marina le han criticado las letras de este nuevo trabajo. Los fans se han llevado las manos a la cabeza al ver cómo su cantante favorita pasaba de hacer letras larguísimas, elaboradas y con veinte metáforas por verso a hacer unas composiciones excesivamente básicas, simples y haciendo uso de herramientas e imágenes bastante manidas.
Según sus declaraciones, uno de sus principales objetivos con este disco era el de transmitir las emociones de la manera más sencilla posible para llegar al máximo número de personas y, sobre todo, que todos la entiendan fácilmente.
Si esta era la intención de Marina, lo ha conseguido, pues es muy evidente que “Handmade heaven” es una canción de amor a la naturaleza, que “True” nos anima a ser fieles a nosotros mismos, que “Enjoy your life” es una invitación a disfrutar de la vida y que “Karma” es vomitar sobre alguien a quien se la tienes jurada por mala persona. Que esto sea bueno o malo es bastante subjetivo y dependerá del gusto de cada uno…
Pero la lírica no es lo único que se le ha echado en cara a la artista. Crítica y fans se han puesto de acuerdo para decirle que la producción musical es un poco pobre. Marina ya nos adelantaba que este disco sonaría a pop contemporáneo, y así es. El problema es que, en ocasiones, las canciones son excesivamente lineales y nunca llegan a un clímax o momento memorable. Son simplemente una sucesión de estrofa más estribillo con una producción bien hecha y moderna, pero que no termina de explotar.
Al final no se termina de sacar partido a las canciones que deberían ser más rítmicas. Ninguna de ellas se convierte en un banger como sí lo era “Radioactive”, por poner un ejemplo. Esto también hace que las baladas, por muy bonitas que sean, también queden diluidas dentro del conjunto, ya que el disco da la sensación de ser un medio tiempo constante.
Con ‘Love + Fear‘, Marina ha dado demasiada importancia a la homogeneidad y a la cohesión, cuando a un CD de tantas canciones le habría sentado mejor una mayor variedad rítmica. Además, así tampoco destaca ninguna canción como sencillo para promocionar el disco. Y sin singles que engachen al público, no se venden discos…
¿Cuál es el problema? Que si las letras son básicas y la producción también lo es, al final nos está trayendo como disco de regreso un trabajo muy poco ambicioso, y más aún después de varios años de silencio. Esta falta de ambición es llamativa precisamente por el objetivo que Marina dice perseguir, el de conectar con mucha gente y que su mensaje llegue con facilidad.
Lo bueno es que la identidad de Marina está presente en todo momento. Su voz suena mejor que nunca y, en verdad, no hay nada que esté realmente mal hecho. No obstante, creo que hay varios elementos que han perjudicado en la promoción del disco y que también han hecho que se vea más fracaso de lo que en realidad ha sido.
El concepto de amor vs. odio es muy interesante, pero está muy visto. Al álbum no le favoreció en absoluto el haber lanzado la parte de ‘Love‘ varias semanas antes de que el disco completo viera la luz, máxime cuando todo es un conjunto coherente y homogéneo.
Además, el CD se ha promocionado solo con adelantos de ‘Love‘. ¿Por qué no se ha intentado dar sacar provecho a “Life is strange” o “No more suckers” cuando son mucho mejor que “Orange trees” ? De verdad que no entiendo como la canción más insulsa se ha convertido en el sencillo principal.
De lo que sí es representativo este “Orange trees” es de que en ‘Love + Fear‘ no hay nada sorprendente. Bien… estamos en un cuarto disco y, cuando un cantautor llega a estas alturas en la mayoría de las ocasiones ya le conocemos las costumbres, las manías y tiene una línea melódica bastante definida.
Pero una cosa es esa y otra es que no haya lugar para la sorpresa en ningún momento, como sí lo hubo cuando trajo ‘Electra Heart’ con “Radioactive”, “Primadonna” o “How to be a Heartbreaker”, o como cuando nos vino con “Froot” (la canción), “Forget” o “Blue” para promocionar su tercer disco.
Y a pesar de todo lo que he dicho, ‘Love + Fear’ no me parece un disco malo. De lo que más adolece, es de exceso de linealidad, lo cual perjudica enormemente a la segunda mitad del disco (la de ‘Fear‘). Y es una pena, porque me parece que en esta parte es donde se encuentra la mayor magia del disco.
Es cierto que es un disco que está hecho sobre el amor y el odio, que es bastante obvio, pero no lo es tanto el que haya huido de los clichés del amor romántico y de lo evidente que es hacer una primera mitad más up tempo y luminosa con temazos radiables y luego hacer una segunda mitad oscura y alternativa.
Es más, me encantan los elementos que ha utilizado para diferenciar la parte de amor de la del miedo. En la primera, consigue crear en todas las canciones una sensación de estar a gusto, de calma y de serenidad a través de la producción y la interpretación vocal. En la parte del miedo, me fascina que recurra a los susurros de canciones como “Believe in love”, a letras con un punto más macarra como “Karma” o “No more suckers” o a atmósferas más asfixiantes (pero sin pasarse, que ya hemos dicho que Marina quería un trabajo cohesivo).
Al final, lo más destacable es “Soft to be strong”, la canción que cierra el álbum en la segunda parte y que mezcla referencias del amor y del miedo. Nos da esperanzas sobre el amor (no el romántico, sino a nivel más global) y nos confiesa que para ser fuertes debemos ser blandos. Me encanta cuando dice que por fin el miedo se ha ido (“finally I feel the fear is gone”).
Aunque, como decía, la producción no es ambiciosa y las letras son bastante básicas, ella ha querido hacerlo así. El problema es que esta manera de trabajar no parece que conecte con el público, que no la asocia a la antigua Marina, la que sí llevaba a los diamantes en su nombre.
Al final, Marina ha hecho un disco que está bien, que es disfrutable y me gusta que lo haya creado desde la honestidad. Y lo critico no porque me parezca un trabajo mediocre, sino porque todo lo que puedo decir de él es que es un disco disfrutable que está bien. Me duele decir que no es un pepinazo petardo como lo era ‘Electra Heart’ o una maravilla atemporal como ‘Froot‘. Esperemos a ver cuál es el siguiente movimiento de Marina, si decide seguir promocionándolo, si vuelve con nueva música o si desgraciadamente desaparece por la presión.