Fernando Pessoa"De regreso a la Baixa, es decir, a la parte céntrica y baja de la ciudad, se pasa por una de los más pintorescos barrios de Lisboa, Alfama, el viejo barrio de pescadores, que aún conserva gran parte de su antiguo aspecto. El turista que pase algunos días en Lisboa no debe perdérselo. Tendrá así una noción, que ningún otro lugar le proporcionará, de cómo era Lisboa en el pasado. Aquí todo le evocará dicho pasado- la arquitectura, el tipo de calles, los arcos y escalinatas, los balcones de madera, las costumbres de la gente, que lleva una vida llena de ruido, conversaciones, cantos, pobreza y suciedad."
Victor Hugo"La casa de la ciudad de Pamplona es un elegante y pequeño edificio de tiempo de Felipe III. La fachada ofrece una curiosa muestra de un género de ornamentación propia del siglo XVII en España. (...) Lo que no me ha gustado menos es la feria, que se celebra en ese momento en una plazuela, precisamente frente a la casa de la ciudad. Los puestos al aire libre, llenos de juguetes y fruslerías, los mercaderes llenos de palabras risueñas, los transeúntes codeándose, los compradores ocupados, todo aquel torbellino de gritos, risas, injurias y canciones que denominan una feria, tiene bajo el sol de España más rumor y alegría. (...) No hay modo de recorrer una feria, y aquella sobre todo, sin comprar. Yo me dejé llevar de la corriente, abrí la bolsa y envié a la fonda todo lo que me habían vendido. A mi regreso, encontré sobre la mesa un fardo completo de buhonero: amuletos de Zaragoza de oro, plaqué y filigrana, ligas con divisas de Segovia, pilas para agua bendita de vidrio de Bilbao, lamparillas de hojadelata de Cauterets, una caja de cerillas químicas de Hernani, una caja de bastones resinosos que sustituyen las velas en Elizondo, papel de Tolosa, un cinturón de montañés del collado de Panticosa, un palo de boj herrado, alpargatas, y dos muletas de Pamplona que son de lana magnífica, de trabajo grosero y de gusto exquisito."
Casa de la ciudad (Ayuntamiento)
Plaza de Pamplona
-o-O-o- ROMA
Rubén Darío"A un lado del Pincio se halla villa Borghese. A ambos lugares se entra por la Piazza del Popolo. Al Pincio por la escalera monumental; a la villa por una amplia puerta en donde un empleado municipal cobra el precio del paso. Desde la entrada se nota lo vasto y bello de ese parque armonioso, lleno de sitios encantados y deliciosas umbrías y rincones de amor. Cipreses, encinas, pinos, se alzan, evocadores, en el vasto convento de árboles. Columnas desvencijadas, invadidas de hieda, ilustradas de arcaicas inscripciones, templetes y fuentes de un prestigio antiguo deleitan con su gracia clásica. Se pasa por una construcción de estilo egipcio, para llegar, entre simulacros paganos, flores y hojas que mueve la más dulce brisa de los cielos, a un precioso lago, compuesto con un gusto lírico, en donde una loggia central a que se accede por un puentecillo, se alza sobre el agua esmeraldina y transparente en que se solazan silenciosos cisnes y evolucionan cardúmenes de truchas rosadas.(...) Desde ese magnífico mirador la vista descubre valles y colinas y pintorescos perfiles, en una lejanía de las que gustaba el mágico Leonardo para fondo de sus cuadros. El sol va bajando como en una suavidad de adormecimiento, la luz se agota lentamente en un interminable suspiro de crepúsculo. Las estatuas, lo peristilos, adquieren un misterio resplandor de oro y violeta. Y cuando dejo con pesar ese paraíso, al pasar por una senda nueva, veo un luminoso revoloteo de faisanes. Siento en mi espíritu de poeta el saludo amable de la tierra, la generosidad de la naturaleza."
Vista de Roma
Villa Borghese
-o-O-o- RUSIA (Tumba de Tosltoi)
"No he visto en Rusia nada más grandioso e impresionante que la tumba de Tolstoi. (...) El viento susurra en los árboles que cobijan la tumba del anónimo; el sol juguetea sobre ella; la nieve pone su tierna nota de blancor sobre la tierra oscura, y se podría transitar por aquí, verano e invierno, sin advertir que ese pequeño rectángulo prominente acogió en su seno la parte terrena de uno de los hombres más poderosos de nuestro mundo. Mas precisamente ese anonimato conmueve más que todos los mármoles y pompas posibles: de los centenares de personas que hoy, este día excepcional*, ha atraído hacia su rincón de descanso, ninguno ha tenido el atrevimiento de tomar como recuerdo ni una sola flor del oscuro túmulo. Nada de este mundo resulta más monumental- eso se experimenta de continuo- que la suprema sencillez. Ni la cripta de Napoleón bajo los mármoles de los Inválidos, ni el sepulcro de Goethe en la tumba principesca de Weimar, ni el sarcófago de Shakespeare en la abadía de Westminster impresiona a su vista una y otra vez las fibras más humanas del hombre como esa conmovedora tumba anónima perdida en el bosque, con su solemne silencio, en la que sólo susurra el viento y que está desprovista de todo aviso y palabra. "
Stefan Zweig
Tumba de Tolstoi
San Petersburgo (antigua Leningrado)
-o-O-o-Es fácil apreciar en estos fragmentos que he seleccionado que el de Zweig es un viaje, como el propio autor, nostálgico y sentimental; el de Victor Hugo, sin embrago, es de talante más mundano y costumbrista; Pessoa se muestra aquí objetivo y muy profesional; el recorrido de Rubén Darío- no podía ser de otro modo- está preñado de poesía... Cada uno de ellos arroja una miraba bien distinta, como distintas son sus maneras de ver el arte, sus estéticas y su personalidad, sobre lo que les rodea.
Decidme, si hubiese plazas, ¿A qué itinerario os apuntarías?...