De vinos por California

Por María Paz
Si la semana pasada os contaba mis peripecias cenando en un yurt en las montañas nevadas de Utah, hoy os propongo un paseo por la costa Oeste de los Estados Unidos. La ruta de los vinos californiana es una opción estupenda si tenéis unos días para visitar esta región, y por supuesto, si os gusta el vino. El recorrido que yo hice fue por las regiones de Sonoma y Napa, que son las más conocidas por la calidad de sus caldos. Entre varios amigos, alquilamos una casa rodeada de viñedos y una furgoneta para desplazarnos, y pasamos unos días viajando por la zona y visitando diferentes bodegas.

nuestro alojamiento

La mejor manera de llegar hasta esta zona es volar a Oakland o San Francisco, y conducir desde allí. Os recomiendo pasar al menos un día visitando la ciudad de San Francisco, que es una de las ciudades más interesantes de los EEUU y tiene mucho que ver. Una vez en carretera, el paisaje de la región vinícola de California es bellísimo, con colinas redondeadas y valles verdes cubiertos de viñedos por todas partes. El tiempo en California suele ser además soleado y cálido, lo que hace muy agradable bajarse del coche y pasear por la campiña. Mi familia es originaria de La Rioja, y he pasado allí muchos veranos en mi infancia y adolescencia. El estar rodeada de viñedos me trajo muy buenos recuerdos y un pelín de nostalgia, y la verdad es que me hizo sentir como en casa.


vista de los viñedos desde la casa

La zona que comprende los valles de Sonoma y Napa es relativamente pequeña, pero en ella hay muchísimas bodegas que visitar, y algunas producen vinos de muy buena calidad que vale la pena catar. En algunas bodegas las degustaciones son gratuitas, y en otras se paga una pequeña cantidad. En general, los vinos blancos de esta región suelen ser afrutados y amielados, con aromas florales. Los de tipo chardonnay son un buen ejemplo, ya que al envejecerse en barricas de roble adquieren un sabor muy especial, podríamos decir que meloso. Si os gustan más los blancos secos, probad el sauvignon blanc, que tiene un punto más ácido. En cuanto a los tintos, los hay bastante apreciables, como por ejemplo el elaborado con la uva de tipo zinfandel. Este tipo de uva se da en los Estados Unidos pero no en Europa, sin que se sepa exactamente cómo ni cuándo llegó esta uva a América. El vino resultante, el zinfandel, se caracteriza por ser de un color púrpura intenso y tener buen cuerpo. Resulta aterciopelado en la boca y el sabor es complejo y rico en matices. Es uno de mis favoritos. También hay otros vinos que gozan de mucha popularidad, como el pinot noir o el merlot, ademas de otras muchas variantes elaboradas a partir de la combinación de varias clases de uva.
Comprando vino en las bodegas se consigue un precio mucho más barato que en cualquier tienda, así que no dejéis pasar la oportunidad si os gusta alguno de los que probáis. De las bodegas que visitamos, mis favoritas fueron las de Clos du Val, que está en un edificio precioso y cubierto de hiedra, la pequeña bodega familiar de Sbragia, y la de Joseph Phelps, con mucho encanto al estar construida de madera y contar con unas gigantescas barricas de roble en la sala donde hacen las degustaciones.

Bodegas Clos du Val


  

Bodegas Joseph Phelps

Nosotros combinamos la ruta de degustación con visitas a la Universidad de Berkeley y a la ciudad de San Francisco y otras localidades cercanas, y culminamos nuestro viaje el último día con una cena memorable en el Culinary Institute of America, más conocido como CIA (no confundir con la otra CIA). La CIA es una escuela de hostelería de altísimo nivel, donde se come de maravilla. La escuela ocupa un antiguo monasterio en Greystone, en el valle de Napa, que se alza imponente en lo alto de una colina. La CIA tiene sucursales por todo el país, y es algo que también os recomiendo si alguna vez tenéis la oportunidad. La zona del comedor incluye un espacio con cocinas, donde estudiantes y profesores de la escuela discuten técnicas de cocina y preparan los platos que luego os servirán. En nuestro caso, pudimos ver cómo preparaban un espectacular soufflé de chocolate que salió del horno justo a tiempo para el postre. Impresionante.

Culinary Institute of America en Napa


Otra de las excursiones que podéis hacer por la zona es la visita a un bosque de redwoods gigantes. En el Redwood National Park podréis pasear entre estos gigantes silenciosos, ante cuya longevidad y majestuosa delicadeza se siente uno totalmente maravillado. Un hecho poco conocido es que el nombre de California se debe a los descubridores españoles, que lo tomaron de una novela de caballerías muy famosa publicada en 1510, Las sergas de Esplandián. En esta obra, el nombre de California designaba un lugar mítico y paradisíaco, una isla habitada por mujeres amazonas, rebosante de oro y flanqueada por espectaculares acantilados rocosos. Lo cierto es que, con amazonas o sin ellas, la imagen de California como tierra de maravillas sigue vigente hoy en día en el imaginario colectivo. Así que, si os gustan la aventura y la buena mesa, venid a disfrutar de la belleza del paisaje y las delicias gastronómicas y enológicas de estas tierras.