De visita a casa de la familia batlló, barcelona 1904

Por Catgo
¿Quién no ha soñado alguna vez con poder viajar en el tiempo, y comprobar en persona el glamur que emanaba el Passeig de Gràcia a principios del siglo XX? 


Desde que en marzo de 2002 se abrió al público la Casa Batlló con la finalidad de que dejase de ser un feudo cerrado, y de que todo el mundo tuviese la oportunidad de disfrutar de la obra de Gaudí que más arte contiene por metro cuadrado, este edificio de Barcelona se ha convertido en uno de los iconos de la ciudad, en parte gracias a la política de constante mejora que se ha seguido en la organización de las visitas guiadas, y que ha permitido irse adaptando a lo que los tiempos iban pidiendo. Si inicialmente la información que se ofrecía a los visitantes se limitaba a un simple folleto en formato papel, con el tiempo se amplió a la que se podía grabar en un CD, y que mejoró sustancialmente con la introducción de las audioguías.


No obstante, los tiempos han seguido evolucionando, y la llegada de las nuevas tecnologías y de la técnica de la realidad aumentada han permitido dar un salto cualitativo en este campo. La información no solo se ha vuelto mucho más completa y detallada, sino que ha incorporado la posibilidad de viajar virtualmente al 1904, y de visualizar in situ cómo era la vivienda de la familia Batlló en aquella época. Todo ello es posible gracias a una videoguía en formato tablet que desde ya se ha puesto a disposición de los visitantes, y que pueden usar durante la visita sin coste adicional al de la entrada. Con la ventaja añadida de que se puede escuchar en 10 idiomas diferentes, y contribuye a que podamos dejar volar la imaginación.
Tal y como nos explicó Gary Gautier, responsable de gestión y organización, durante la presentación oficial de todas las novedades, la introducción de estas innovaciones es la apuesta que ha hecho la Casa Batlló tras una larga fase de investigación y análisis de diferentes experiencias museológicas, que les llevaron a darse cuenta de la necesidad que había de ofrecer al público sistemas más prácticos y comprensibles que los que se estaban utilizando de manera general. Por ello, la Casa Batlló se ha convertido en pionera.


Paralelamente a los cambios introducidos en la forma, también se ha rediseñado el fondo. Si hasta ahora la información que se ofrecía al visistante se limitaba a explicar lo que veían sus ojos, a partir de ahora se han incorporado nuevas informaciones que estaban en manos de los expertos, y no al alcance del público en general. En base a la ciencia de la biomimética, que permite introducir en el campo de la ingeniería y de la tecnología métodos y sistemas basados en la propia naturaleza, se ha establecido un paralelismo que explica diferentes soluciones aplicadas en la construcción del edificio a partir de esa ciencia. De ahí que podamos ver durante el recorrido barandillas similares a las espinas dorsales de animales, patios de luces que recuerdan el fondo marino, luminarias en forma de tortugas marinas, técnicas de ventilación inspiradas en las branquias de los peces… Algo parecido a lo que pudo haber hecho Gaudí para diseñar su obra.



Otra de las novedades que se incorporan a la visita es la recreación del Mapping que se presentó en 2012, con motivo de la celebración de los diez años del inicio de las visitas guiadas, y que se proyecta sobre una maqueta tridimensional de dos metros de altura. Ese evento supuso un punto de inflexión en la historia actual de la Casa Batlló, ya que no solo mostró públicamente la riqueza y la belleza que guarda el interior del edificio, sino que sirvió para dejar constancia de la devoción que Barcelona siente hacia el edificio. A pesar de las persistentes lluvias torrenciales que acompañaron todas las representaciones, allí estuvieron los barceloneses, paraguas en mano, para disfrutar del magnífico espectáculo que supuso la proyección animada de la historia y las leyendas que giran a su alrededor... Desde la leyenda de Sant Jordi, el dragón y la princesa para unos, hasta la alegría del carnaval entre arlequines, máscaras y confeti para otros.

"El despertar de la Casa Batlló". (Foto: Lightecture)


 
Y por último, para aquellos que se encuentran físicamente lejos de Barcelona, pero también quieren visitar la Casa Batlló, se ha incorporado un tour virtual en la página web que permite moverse por todos los espacios visitables del edificio, además de poder hacerlo también por algún que otro lugar que no está abierto al público, como por ejemplo es una especie de fresquera subterránea que los expertos han atribuido a la posible existencia de una antigua masía en el mismo lugar que ocupa el edificio. Una teoría bastante acertada, dado que esa zona de la Barcelona fuera murallas -por la que transcurría la carretera que llevaba hacia el antiguo pueblo de Gracia-, era eminentemente agrícola y dedicada al cultivo de la vid.
Algunos detalles que vale la pena conocer. El edificio es obra de Emili Salas i Cortés y se construyó en 1877. La remodelación de Antoni Gaudí es del año 1903, cuando lo adquirió el industrial textil Josep Batlló i Casanovas y encargó la obra al "arquitecto de moda" tras descartar su total reconstrucción, lo que daría lugar al resultado que lo ha convertido en uno de los iconos de esta ciudad. Desde el año 2005, está incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

Familia Batlló. Foto: Internet




Como he comentado al principio, es el edificio gaudiniano que más riqueza artística contiene por metro cuadrado, combinando todas las técnicas artesanales que se trabajaron en la época modernista: madera, vidrio emplomado, piedra, forja, cerámica y, evidentemente, “trencadís”. De todos es conocida la gran tribuna que abre la planta noble al Passeig de Gracia, a diferencia de su desconocido, pero interesante, patio interior típico del Ensanche. Según explica y recrea la videoguía, una de los elementos más característicos de ese patio fue una gran pérgola, ya desaparecida, que me recordó la que hay en los Jardines del Palau de Pedralbes, y que diseñó Gaudí.








En la zona de la azoteca llaman la atención los enormes lavaderos de la época que todavía se conservan, y que le dan el toque vecinal al edificio. No faltan los típicos pasillos gaudiniamos con arcos parabólicos, que no solo aportan amplitud visual a los espacios sino que, tal y como comentan en la videoguía, tienes la impresión de estar caminando por el interior del esqueleto del dragón, cuyo lomo corona el edificio.





La casa se abrió al público un 19 de marzo, gracias a la voluntad de sus propietarios, la familia Bernat, de ahí que se eligiese simbólicamente el pasado día de San José para presentar oficialmente todas las novedades de las que os he hablado.



Para saber más:
La Casa Batlló