De vuelta a Hungría (II)

Por Desde Hungría
Para leer la primera parte, haz click aquí.
El otro día escribía sobre la actualidad húngara que me encontré en mi retorno al país. Se quedaron algunos asuntos en el tintero, que espero rematar hoy.
Otro de los acontecimientos que sucedieron en Hungría fueron las huelgas y manifestaciones de profesores. Protestaban por el gran control y protagonismo que el gobierno está adoptando en la educación húngara. Los profesores cada vez controlan menos asuntos de su competencia. Por ejemplo, los libros ahora son impuestos por el gobierno, y el contenido de los mismos es incluso aún más polémico, algunos han llegado a acusar al gobierno de deformar en ellos la historia del país. Además se quejan por las condiciones, largas jornadas de trabajo, etcétera. Del salario esta vez no hay protestas, aunque está bastante por debajo de lo que cabe esperar, hace poco los profesores lograron una subida en el sueldo, más que merecida, por supuesto. Basta recordar que apenas llegaban a los 300 € mensuales antes del aumento.
De hecho, hubo huelga de estudiantes y profesores el lunes 29 de Marzo, con amplio seguimiento. Eso sí, mientras comía en el Hummus Bar frente al ELTE en Budapest (la Universidad Eötvös Loránd), vi una "gran" protesta estudiantil: una docena de alumnos con camisas de cuadros (por unas polémicas declaraciones se ha puesto de moda como forma reivindicativa usar camisas de cuadros), se hicieron algunas fotos frente a la universidad, y después pa' casa, quizás rápido para subirlas al Facebook, en estos tiempos tecnológicos. En fin. Previamente hubo manifestaciones de verdad en Budapest y Miskolc, donde comenzaron las protestas, a las cuales se unieron también trabajadores de la sanidad, para seguir reivindicando mejoras en las condiciones de trabajo y en sus salarios. La sanidad húngara está en la UVI desde hace tiempo, de esto puedo dar fe como estudiante de medicina que fui en Hungría. Mi experiencia como usuario no me permite compararme con los húngaros, porque nosotros teníamos un seguro médico obligatorio por la universidad (ya que el gobierno de Rajoy en España quitó la tarjeta sanitaria europea a los mayores de 25 años que no trabajan en España, cosa obvia si estás estudiando en el extranjero), vamos, que al tener seguro a mi me trataron excelentemente y prácticamente no tenía que esperar en el médico (iba a la sanidad pública pese a todo, como he dicho era un seguro para estudiantes relativamente barato).
Vista del várkert (jardines del castillo) desde el Palacio de Buda.
Bajada del castillo de Buda, con el parlamento a la derecha, al otro lado del Danubio.
Puente de la libertad, desde la colina Gellért.
Las dificultades que atraviesa Hungría mucho tienen que ver con la transición del socialismo al capitalismo, del cual ya escribí hace tiempo, dejo aquí el enlace a dicha entrada. En realidad no profundicé mucho en el asunto, ya que confío en añadirle una segunda parte. Como resumen, decir que el capitalismo que se "disfruta" aquí es muy diferente al de Europa occidental, donde hay salarios más elevados, mejores condiciones laborales y mejores servicios públicos. Aquí, como lo definió un amigo mío húngaro "ez Magyarország: sok munka, kevés pénz" (esto es Hungría: mucho trabajo, poco dinero). De hecho, la vida es tan dura (relativamente, comparo con Europa occidental, claro), que mucha de la gente que ha vivido durante el socialismo opina que este, pese a estar plagado de dificultades, era mejor que el capitalismo que viven ahora. Probablemente tengan mejor opinión del capitalismo de Europa occidental, que sí permite una vida digna para la mayoría de la gente. Pero aquí, no.
Y esto me lo dijo gente que tuvo una vida difícil, de los que tras la segunda guerra mundial tuvieron que abandonar su casa en Eslovaquia (muchos húngaros que vivían en Eslovaquia, fueron obligados a irse a Hungría tras la 2º guerra mundial, siendo intercambiados por eslovacos que vivían en Hungría, como quien cambia cromos en el patio del colegio). El decreto fue obra del presidente eslovaco Edvard Benes, que seguramente esté ahora mismo ardiendo en el infierno de existir este. Pero sobre este tema estoy preparando otra entrada que me parece interesante, sobre la vida en la Hungría de la posguerra y la Hungría comunista.
También ha habido una intensa polémica con la privatización de tierras agrícolas. El Estado contaba con un gran número de parcelas de cultivo que alquilaba a los agricultores. Desde hace meses estas tierras se han privatizado, vendiéndose a particulares. La mayoría de los agricultores no disponía de suficiente dinero para comprarlas, así que han sido oligarcas, entre ellos algunos afines al Fidesz de Orbán, quienes han adquirido las tierras para alquilárselas ellos mismos a los agricultores. Para ellos apenas hay diferencias, siguen pagando lo mismo, pero la diferencia es que el dinero, en lugar de ir a las arcas públicas, va directamente a bolsillos privados.
Y para terminar, no puedo evitar escribir unas líneas sobre el metro 3. Qué decir. Si en los últimos años la construcción de la línea 4 fue la obra eterna de Budapest, puede decirse que la renovación de la línea 3 ha tomado el testigo: sigue cayéndose a trozos y la renovación va muy lenta, se habla ahora de 2019 como término de dicha obra. Veremos si para esa fecha aún queda algún tren en circulación. La prensa, con humor, habla ya de "ruleta rusa" el subirse a los trenes de esta línea de metro, pues es rara la semana que no hay alguna avería, normalmente eléctrica, a juzgar por las grandes humaredas que forman y que obligan a detener el tren y a sustituirla por autobuses en superficie. Esta línea tiene más de 40 años de antigüedad, en los que apenas ha recibido inversión para su mejora.
Ahora bien, el metro de Budapest ofrece la posibilidad de realizar un viaje en el tiempo de casi 120 años por menos de 1 euro. Con el precio de un ticket se puede viajar en la línea 1, inaugurada en 1896 (que convirtió a Budapest en la segunda ciudad con metro de Europa, y que parece una línea de juguete, dándole un encanto especial), hacer transbordo con la línea 3, de la época socialista, y luego otro transbordo con la línea 4, inaugurada hace apenas un par de años y con decoración futurista. No deja de ser una curiosidad, pero es un viaje en metro más que peculiar.
En Hungría, en muchos restaurantes se puede pedir la sopa dentro de una pequeña hogaza de pan previamente vaciado. Es una delicia. Esta es con una sopa goulash (gulyásleves), a base de cebolla, pimentón, zanahoria y ternera.
Y para finalizar, un desayuno típico húngaro (sobre todo en los pueblos): szalonna (panceta curada), chorizo, pimiento crudo, rebanadas de pan y un krémes. ¡No está mal para empezar el día!