Ya estamos de vuelta en Madrid después de estar casi todo el verano fuera entre playa, pueblo y más playa. Y menudos calores que hace por aquí, hemos ido a volver en plena ola de calor.
He estado totalmente desconectada de la red. Ni en el pueblo ni en la playa tengo internet y con el móvil me resulta muy pesado escribir o leer mucho, así que tengo que volver a coger el ritmo y volver a conectarme a esto de los blogs. Y si ahora no tengo mucho tiempo en quince días vuelvo al trabajo después de diez meses así que no se de donde voy a sacar el tiempo. He pensado en dejar de escribir porque verdaderamente me resulta muy difícil encontrar tiempo para dedicarle al blog y cada vez actualizo cada más tiempo, pero después de más de dos años me da pena así que en vez de abandonarlo escribiré cuando buenamente pueda si es que puedo.
Y cambiando de tema. Ayer en el viaje de vuelta de la playa empezaron a salir hormigas por los asientos del coche. Casi me da un patatus. Tuvimos que parar para intentar aspirarlas en una gasolinera pero en cuanto vieron nuestras intenciones se escondieron todas. Y por ahí estarán por los bajos del coche (espero que no hayan vuelto a salir). Necesito cargármelas pero no quiero echar insecticida directamente dentro del coche por los niños. Que aunque luego ventiles bien el insecticida se queda en todos los sitios y luego los niños lo chupan todo. Si a alguien se le ocurre alguna otra forma.