Pues sí, ya estamos de vuelta. Han sido unos días estupendos, donde hemos descansado, disfrutado y aprovechado al máximo el tiempo. Ha sido un pequeño paréntesis en este verano, y por suerte no será el único. Agosto nos tiene reservados unos díitas para continuar con el remojo playero que tanto nos gusta.
El nene se fue con otitis pero eso no ha enturbiado estas vacaciones. En la playa se pueden hacer muchas más cosas aparte de sumergirse: hemos corrido, volado cometas, hecho castillos y fortalezas, pozos, saltado las olas (con un tapón mágico en el oído malito),...., y fuera de ella también hubo un sinfín de actividades. Mi peque viene feliz, recuperado, con un apetito voraz y contando ya los días para regresar.
A mi también me vino bien desconectar un poco, lo necesitaba. Un par de días antes mi espalda dio un aviso peligroso, conseguí recomponerla un poco. El descanso ha hecho el resto, vengo como nueva.
Para colmo ayer Madrid nos recibió con una temperatura estupenda, la cual se mantiene hoy. ¡¡No necesitamos el aire acondicionado!!, todo un logro para las fechas en las que estamos. Eso ayuda a que tanto el niño como yo estemos de mejor humor.
Todo sería perfecto si papá estuviera disfrutando de su acordada jornada de verano. Os suena eso de salir durante tooooodo el año media horita más tarde para disfrutar de una jornada más corta en verano, ¿verdad?. Recuerdo otros trabajos donde podía salir a las 3 de la tarde. Llegaba a casa, comía contento y con mi peque, siendo aún muy chiquitín, nos íbamos a la piscina, o nos quedábamos en casa disfrutando de una merecida siesta los tres juntos.
Este año tiene también jornada de verano, aunque un poco extraña, ya que sale a las 4:30 de la tarde. Pero no nos quejamos, ya que podría pasar toda la tarde con nosotros. Pero la jornada que se ha trabajado todo el año ahora no está permitida. La mal llamada crisis, de la que se aprovechan algunos empresarios no se lo está permitiendo. Falta personal, no se quiere contratar a pesar de que hay trabajo para dar y tomar. A mi esto no me suena a crisis, me suena a explotar a los trabajadores y por el mismo sueldo sacamos más beneficio. ¿¿¿Crisis???, de eso nada, si hay trabajo no hay crisis, y haberlo haylo en esta empresa, damos fe. El resultado es una plantilla trabajando como mulas de sol a sol, sin recompensas económicas, sin agradecimientos, sin respetar la jornada de verano incluso sin vacaciones.
Mi marido no concilia, no porque no quiera, sino porque no le dejan. El padre de mi hijo no puede disfrutar de estas tardes de verano con su familia, no sabe a qué hora saldrá de trabajar. A sus jefes no les importa su vida personal, ni su familia, ni nada. Solo les interesa que el proyecto salga adelante aunque se lleve su vida familiar por delante.
El pobre me dijo que me quedara en la playa porque nos íbamos a ver muy poco. Pero, no podía quedarme. Mi niño ha extrañado muchísimo a su padre, su relación es tan hermosa que se necesitan. Cuando el viernes su padre llegó, ya no hubo ojos para nadie más. Solo existía papá. Y aunque le vea menos de lo esperado, su rato de la tarde noche es suyo, lo necesita. Los niños tienen que estar con su padre y su madre. Y salvo períodos cortos de tiempo, así debe ser.
Señores empresarios, espero que el tiempo y la justicia (divina o humana) les coloque en el lugar que merecen. Espero que llegue un día que se sientan tan pisoteados, asaltados y ninguneados como esta familia se siente en este momento.
Y con todo y eso, para muchos mi marido ha de dar gracias por tener trabajo. ¡No estoy de acuerdo!. Él se gana el sueldo muy dignamente, trabajando muchísimo. Lo que gana no es un regalo, así que no, aquí no damos las gracias.